El Misterio de Isis–María–Sophia y el Ser de la Antroposofía

En la conferencia anterior (en su 1ª parte, publicada en el nº 12 de esta Revista BIOSOPHIA) nos  quedamos en las siguientes cuestiones:

Si el Alma Natánica, las fuerzas etéricas de Adán, se convirtieron en las portadoras de las fuerzas del Hijo, el Ser macrocósmico de Cristo, y si el Adán terrenal estaba destinado a posibilitar el descenso de Cristo en las envolturas físicas posibles de su alma hermana, ¿cuáles eran las tareas de las fuerzas etéricas intactas de Eva, la Eva celestial, y su reflejo en la Eva terrenal? Y, por otra parte, ¿Cuál es su conexión con el Ser de la Antroposofía?.

Rudolf Steiner habla poco de la Eva Celestial, sin embargo lo hace más en lo  concerniente al Alma Natánica, su gemela, y por ello es posible el construir y comprender a este ser ilusivo.

Hemos de recordar que estas dos almas en el Paraíso, el Alma Natánica y la Eva celestial, eran realmente los éteres rarificados del aspecto Adán/Eva no influidos por la “Caída”. Estos éteres fueron (posiblemente) separados del Adán/Eva terrenal alrededor del cuarto día de la creación. Rudolf Steiner relata esta separación como la segregación de los elevados aspectos etéricos del ser humano Adán:

     “Entonces hemos de figurarnos que, al lado del alma natural que se encarnó en el cuerpo de Adán, había una parte humana, un ser humano que permanecía detrás y todavía no encarnado, que no había entrado en un cuerpo físico, y que permanecía como “alma pura”. Valdría tan sólo imaginar cómo, con anterioridad a que surgiera el hombre físico en la evolución de la humanidad, había un alma que entonces se dividió en dos partes. Una parte descendió al alma común, y encarnó en Adán, y con ello entró en la corriente de las encarnaciones, sucumbiendo a Lucifer, etc. La otra parte del alma, el alma-hermana, los sabios dirigentes del mundo vieron de antemano que no podría ser bueno que se encarnase demasiado; y fue preservada en el mundo anímico; y por consiguiente no tomó parte en las encarnaciones de la humanidad, sino que fue preservada.”

Ese ser que se separó de Adán es conocido en Ciencia Espiritual como el Alma Natánica.

   “¿Porqué al alma hermana de Adán de pronto adquiere características masculinas?. Parece una extraña paradoja que podemos explicar de la siguiente manera: El Alma Natánica empezó como un ser femenino porque su separación del ser humano ocurrió antes de que las fuerzas masculinas fueran inyectadas en Adán/Eva por los seis Elohim. Esto significa que el Alma Natánica, compuesta como estaba de esos éteres refinados del aspecto físico/etérico de Adán/Eva, tenía una predominante “alma natural”, capaz de: irradiar fuera de la luz de la Verdad Cósmica –equivalente al cuerpo astral-, así como de resonar en adelante con el más puro y bello Amor Cósmico –equivalente al cuerpo etérico-, y capaz además del más profundo y solemne reflejo del sacrificio Cósmico –equivalente al cuerpo físico-. Estas cualidades forman el contenido perfecto o las envolturas para el ser Cósmico de Cristo en Su primer descenso hacia la tierra. Y es a través de la incorporación del Cristo Cósmico en el Alma Natánica, con sus fuerzas individualizadas, y la entrega de sus características “femeninas”, cómo el Alma Natánica adquirió las características “masculinas”. Por consiguiente podemos hablar de dos aspectos del Alma Natánica: El primero, anterior a la incorporación del Cristo Cósmico, de características femeninas, y el segundo, después de su incorporación, de características masculinas.” El destino del Alma Natánica era el de ascender a las elevadas regiones de la esfera del Sol, a esas regiones donde el Sol mismo aparece como una estrella fija entre las estrellas fijas, al objeto de participar en el descenso del Ser de Cristo en su viaje a la tierra para prevenir la materialización de los doce sentidos, tal como vimos en la conferencia anterior.  (S.O.Prokofief, El ciclo del año  como un camino de iniciación.) 

¿Qué naturaleza podía poseer tal ser para poder desarrollar una labor tan noble?

Se nos ha dicho que esas fuerzas etéricas separadas de Adán eran las de los elevados éteres de Sonido y Vida pertenecientes a los aspectos Sólido y Líquido. Fueron preservados y protegidos en la Logia Madre de la humanidad, la Logia del Sol, en la esfera solar, antes de que fueran afectados por la “caída”. (R.Steiner, conf.30 de 30-12-1913, y también, en relación con el alma paradisiaca de Eva, o la Eva celeste, ver Prokofieff Heavenly Sophia and the being of Antroposophía.) . Rudolf Steiner relaciona el Alma Natánica con los Arcángeles (The four Sacrifices of Christ) porque el cuerpo etérico del Alma Natánica antes de la caída es igual a la pura sustancia del Espíritu de Vida, o el cuerpo etérico espiritualizado adquirido en su plenitud cósmica por los Arcángeles. (S.O.Prokofieff, el ciclo del año como camino de iniciación).

 Por consiguiente el Alma Natánica tiene una afinidad con la esfera de los Arcángeles a través de la incorporación de las leyes solares. Además se nos ha contado que estas fuerzas entraron a quedar bajo la tutela del Arcángel Solar Micael, el más elevado de los arcángeles del Sol. Fue esta afinidad espiritual la que hizo posible que el Alma Natánica se hiciera la portadora del ser de Cristo en el Cosmos, la vestimenta Astral que acompañó Su descenso desde la esfera de las estrellas a la esfera de los planetas y de la Luna. Para hacer esto, el Alma Natánica tuvo que sacrificar su naturaleza arcangélica y también la angélica, (Steiner, conferencia de 30-12-1913), encarnando finalmente en el cuerpo físico de un ser humano en la tierra, el Jesús natánico del evangelio de Lucas, y participando así en el cuarto sacrificio de Cristo, el Misterio del Gólgota.

Vamos ahora a hacer una tentativa para explorar la posible naturaleza de la Eva celestial.

La Eva celestial, ser gemelo del Alma Natánica, debería haber tenido un destino similar. También había estado en posesión de los elevados éteres de Sonido y Vida rarificados del cuerpo Físico/Etérico de Eva, y por consiguiente, también en posesión de un Espíritu de Vida puro. Este ser debe de haber poseído atributos similares a los de un arcángel, incorporando leyes similares. (“Entonces consideremos como esto ha ido evolucionando de un filósofo a otro y podremos decirnos: ¡están activas dentro de leyes no terrestres, sino leyes solares!. Las leyes que en ese tiempo mantenían el equilibrio entre los Espíritus de la Sabiduría y los Arcángeles vinieron de nuevo a la luz en la tierra, en la búsqueda filosófica de la sabiduría”.) Esto explica la razón por la cual el Arcángel Micael debería haber tenido una importante relación con este ser.

Eva Celestial, portadora de Sophia-Sabiduría

La Eva celestial fue también preservada para una noble tarea.  Este ser, compuesto de las fuerzas previas a la caída de la Eva primordial, tenía una naturaleza particularmente apropiada para la labor de ser el portador de otro ser cósmico sublime, las fuerzas unificadas de la Divina Sofía. Esto significa que la Eva celestial poseía una característica femenina. Por otra parte, también tuvo que efectuar su descenso a la tierra, sacrificándose, al objeto de encarnar brevemente en un cuerpo físico humano en el preciso momento en el que lo hizo su gemela celeste.

De la misma manera en la que el Alma Natánica había sido destinada a convertirse en la portadora  de las fuerzas de individualización masculinas del universo, el grande y poderoso ser macrocósmico de Cristo, la tarea de la Eva celestial debía ser la de convertirse en la portadora de la sabiduría unificada femenina del universo manifestado:

Alma Natánica……Masculina……….Portadora de Cristo

Eva Celestial………Femenina……… Portadora de Sofía

La tarea de la Eva Celestial

Ella también tenía que descender de la noble esfera del Sol donde residía, sacrificando su naturaleza arcangélica para penetrar en la esfera de los ángeles (donde se convirtió en el miembro inferior del ser Sobornal de la Divina Sofía) y también sacrificando su naturaleza angélica para convertirse en un ser humano. De igual forma en la que el Arcángel Micael participó en el sacrificio macrocósmico del  Alma Natánica, portando al Ser solar de Cristo. Micael, como el hijo más poderoso de Sofía, también tuvo que participar en el sacrificio de la Eva Celestial en su descenso a la tierra. La diferencia es que el descenso del ser de la Eva Celestial no sucedió en el Macrocosmos, fue un descenso en el aspecto microcósmico del alma humana.

Actividad conjunta de Micael y Eva celestial

Nos dice Rudolf Steiner que el Arcángel Micael era el guardián de la sustancia que la Sofía Celeste había creado en nuestro cosmos, de arriba abajo, desde la esfera de los Espíritus de Sabiduría. (Prokofieff, La Sofía Celeste y el ser de la Antroposofía). Esta sustancia de la Sofía Celestial, compuesta del mundo creado por los pensamientos de las Jerarquías, que contiene el completo significado del Ser de Cristo y Su acción para la totalidad de la evolución terrestre, pasada, presente y futura, que es referida como la Inteligencia Cósmica de Cristo. Fue una tarea de Micael la de sacrificar su dominio de la Inteligencia Cósmica a favor de la humanidad cuando estuvo preparada para recibirla.(Steiner, El Arcángel Micael).

Dos pasos eran necesarios para que esto pudiera suceder:

1.- Arrojar a Lucifer fuera de la Antigua Luna

Hemos de recordar que fue Micael, que había trabajado con el Elohim-Jehová, (cuya tarea hemos visto que fue la de implantar el Yo en el ser humano) el que arrojó a Lucifer desde la Antigua Luna a la Tierra para que pudiera incitar a la humanidad a descender a ella. Expulsar a Lucifer a la tierra fue importante dado que sería a través de Lucifer cómo el ser humano podría adquirir la libertad, mediante la diferenciación de los sexos y la creación del cerebro y la espina dorsal. Micael sabía que esto era importante ya que el cerebro lo necesitaba el ser humano para desarrollar un pensamiento lógico independiente como medio de comprensión de la “Inteligencia Cósmica” de la que él era el guardián y que un día había de sacrificar, dado que esta “inteligencia” sólo podía convertirse en una posesión del ser humano cuando éste la pudiera adquirir plenamente consciente y en completa libertad.

2.- El descenso de la Eva Celestial

El Segundo paso suponía el descenso a la Tierra de la Eva Celestial, cuya tarea era la de llevar ese aspecto de la Sabiduría originado en la Divina Sofía. Esta sabiduría crea las condiciones necesarias para que el Cuerpo astral desarrolle las facultades humanas capaces de recibir y comprender la Inteligencia Cósmica salvaguardada por Micael en el Sol. En otras palabras, la Eva Celestial tenía la misión de portar las fuerzas necesarias para crear el alma cáliz (El Grial) en la que Micael podía derramar la Inteligencia Cósmica -la sustancia de Cristo-. Era necesario para la Eva Celestial, la portadora de la Sabiduría de la Divina Sofía, descender desde el Sol acompañando a su alma gemela, el Alma Natánica, en su descenso llevando el Ser Macrocósmico de Cristo. Por consiguiente podemos decir que la Eva Celestial es el faro que ilumina al alma humana para que haga posible la comprensión del descenso de Cristo.

Descenso de Eva Celestial del Sol a la Tierra

Época Persa

Antes de su descenso ella era responsable de reflejar las fuerzas de “Ea” hacia la tierra de forma que los iniciados persas en los misterios Zoroastrianos podían hacerse una comprensión de las fuerzas de “Vida” del sol, es decir, esas fuerzas capaces de crear el cerebro humano como expresión del trabajo de Ahura Mazdao, el gran ser Solar. (Steiner, El regalo de Isis, Berlín, 5 febrero  1913).

Época Egipcio- Caldea

Ella comienza su descenso desde la esfera del Sol a través de los planetas, trasladándose hacia la esfera de la Luna. Steiner nos dice  que en este tiempo la iniciación de Isis daba a los candidatos la habilidad de mirar fijamente, comprendiéndolo,  dentro del mundo de la Armonía de las Esferas, en cuya esfera resuena el Cristo o la Palabra Cósmica, que podía (debido a su descenso) ahora oírse en esas regiones donde resuenan las esferas a través del espacio por medio del éter de “Sonido”, de la esfera del Sol como planeta.

Una vez que la Eva celestial alcanzó el umbral de la esfera de la Luna, la esfera de los ángeles, sacrificó su naturaleza Arcangélica y como un Ángel  comienza a entrar directamente en el Cuerpo Astral humano, en particular en el Alma Sensible   (Prokofieff, Sofía celeste y el Ser de la Antroposofía) del hombre, llevando con ella las fuerzas de la Divina Sofía. Esto tuvo un doble efecto.

1.- Fue a través de esta unificación con el ser humano que la Eva Celestial, como portadora de las fuerzas de la Divina Sofía, fue capaz de crear sus envolturas físicas, etéricas y astrales.

2.-Fue a través de esta unificación con el ser humano  que la sabiduría de Sofía pudo pasar a través del Alma Sensible del ser humano y estimular las fuerzas capaces de la comprensión de Dios. Esta comprensión, llena de sentimiento/reverencia, creó un ser independiente, cuyos cuerpos físico, etérico y astral contienen todo lo que el ser humano ha logrado a través de la experiencia de ella en el Alma Sensible. Esto se reflejó en el ser humano como imagen de la Sabiduría de Dios y se le ha dado un nombre: Teosofía. Steiner, (Percepción de la naturaleza del Pensar, 10.enero.1915).

Época Greco- Romana

Su siguiente descenso fue desde la esfera de los Ángeles a la esfera terrestre y sucedió en el “punto decisivo en el tiempo”,  en la mitad de tiempo Greco-Romano. En este tiempo los seres humanos atravesaban una encrucijada: la humanidad se podía enredar cada vez más en la materia, o por el contrario, ¿podría ser capaz de desarrollar las fuerzas necesarias para comprender el más grande suceso de la evolución en la tierra, el descenso y nacimiento del Yo de Cristo en las envolturas de un ser humano, y Su subsiguiente sacrificio y Resurrección?

Pasos de la Humanidad

1.- En primer lugar la Eva Celestial, imbuída con la Sabiduría de la Divina Sofía, tenía que encarnar en el cuerpo físico de un ser humano.

2.- El Alma Natánica tenía que encarnar en el cuerpo físico de un ser humano de forma que éste pudiera ser el receptáculo para el Yo Macrocósmico de Cristo.

¿Cuál fue la encarnación de la Eva Celestial en ese “Punto decisivo en el tiempo” de la evolución terrestre?

Emil Bock nos dice: (The treefold Mary)

.- En el Paraíso Maria está plenamente presente.

.- La figura maternal de la María del evangelio de Lucas es la personificación de la antigua virginidad del Paraíso.

.- Ella tiene mucha más importancia que la que se le da en el Paraíso.

.- En su ser (María) y semblante hay un reflejo del más sereno, puro y perfecto arquetipo divino, que planea sobre la humanidad desde el mundo espiritual. Igual que el niño del que ella es portadora, que refleja e incorpora el arquetipo de niño, es la incorporación de todo lo que es “como un niño”, un punto focal de todo lo relacionado con la infancia en la tierra. La María de Lucas es la imagen terrenal del arquetipo virginal de la feminidad, la incorporación del eterno femenino, la virgen entre las vírgenes…y justo el ser del paraíso de Adán preservado de la caída en la esfera espiritual que encarnó en el niño Jesús Natánico. Fue el ser de Eva, preservado en el paraíso de la Caída, el que se hizo visible en la forma terrestre de  madre del Jesús Natánico, e igual que su hijo, ella encarnó por primera vez en un cuerpo físico en “el punto decisivo en el tiempo”. (Emil Bock, The Chidhood and Youth of Jesús, Part V, The live sof the two Marys, cap. The virginal Being).

Sergei O.Prokofieff nos dice:

.- Pero considerando la entelequia del futuro Jesús Natánico, que estaba conectado más con el Cristo, y era el mediador entre Él y la humanidad en las tres etapas preparatorias del Misterio del Gólgota, la entelequia de su futura madre era ya entonces la mediadora entre la humanidad y las fuerzas de la Divina Sofía. (Heavenly Sophia and the Being of Anthroposophia).

Por lo anterior vemos que la Celestial, la Eva del Paraíso, había encarnado en “el punto decisivo del tiempo” como la María del Evangelio de Lucas. Esta encarnación era necesaria porque ella estaba destinada  a dar nacimiento a su  “gemela celeste”, el niño Jesús Natánico, que a sus treinta años acogería al sublime Macrocósmico Yo del ser de Cristo, capaz de acompañarle en Su sublime sacrificio en el monte del Gólgota.

Este descenso/sacrificio del Ser de Cristo tendría el efecto de redimir al Yo Humano posibilitando el retorno desde su enredo en la materia mediante el pensamiento, hacia los mundos del espíritu. Cristo era responsable de redimir al ser humano por medio del despertar de éste a su Yo y ponerle en conexión con todo el cosmos espiritual. Esta redención del Yo humano posibilitó dos cosas:

1.- Micael llegó entonces a ser capaz de sacrificar su Inteligencia Cósmica a la humanidad.

2.- Un “Cáliz Humano” podía ahora recibir el contenido de este sacrificio.

Eva celestial, Cáliz de la Inteligencia Cósmica

Nos dice S.O.Prokofieff  que este cáliz era el ser que había adquirido el Yo humano en su breve encarnación como María, y el ser que conocemos como la encarnación de la Eva Celestial. Habiendo desarrollado su cuerpo (físico, etérico y astral) en épocas anteriores, su próxima tarea, para crear este cáliz, era el desarrollo de su Alma a través del desenvolvimiento del Alma Racional y parte del Alma Consciente de los seres humanos. Lo llevado a cabo por la Eva Celestial de esta unificación con el Alma Racional y parte del Alma Consciente, fue moldeando su propios miembros anímicos, Alma sensible, racional y consciente. Lo que el ser humano llevó a cabo a través de su unificación con la Sabiduría Cósmica de la Divina Sofía y la Eva Celestial, fue su separación, visto en filosofía como un ser independiente de cuerpo y alma.  Rudolf Steiner nos dice:

     “Y cuando consideramos como esto ha ido evolucionando de un filósofo a otro, nos decimos: están activas, no las leyes terrenales, ¡sino las leyes del Sol!. Las leyes en vigor entre los Espíritus de la Sabiduría y los Arcángeles ven la luz nuevamente en la Tierra en forma de búsqueda filosófica de la sabiduría.” (Steiner, Perception of the Nature of Thought)

Y nuevamente:

     “Así pueden ver un ejemplo del trabajo de la evolución del Sol en la vida humana terrenal. Ya he dicho que se pueden encontrar estas leyes solares si se estudia el curso de la evolución filosófica aunque uno no siempre reconozca las leyes solares que actúan en ella. Esto ha de reconocerse por medio de la Ciencia Espiritual, reflejando justamente que un Ser evoluciona realmente adquiriendo, poco a poco, los mismos miembros que el  hombre mismo.” (Ibid)

La facultad del pensamiento fue posible porque la Eva Celestial tuvo que desarrollarse antes de que el ser humano pudiera empezar a poder adquirir la Inteligencia Cósmica de Cristo en plena conciencia y en total libertad, en el tiempo en el que la humanidad alcanzó la época del Alma consciente, en 1413. La Eva Celestial también tuvo que dar ese paso, y es a partir de entonces cuando fue capaz de convertirse en el receptáculo del Cáliz espiritual etérico de la Inteligencia Cósmica, empezando a entrar directamente en el desarrollo espiritual de la humanidad. Ello ha permitido el desarrollo de la libertad y el pensamiento interior en el Alma.

Por esta participación en el desarrollo del Alma Consciente, la Eva Celestial inició un proceso que la conduciría a una pérdida de su conexión consciente con la Sabiduría de la Divina Sofía. Desde entonces, esta sabiduría sólo podía ocurrir en ella como “memoria espiritualizada”. (Prokofieff, Heavenly Sophia and the Being of Anthroposophia).   

A comienzos de 1840 Micael dio comienzo a su ascenso gradual como Espíritu del Tiempo, haciendo ello posible su descenso hacia la Tierra. (Steiner, la misión del arcángel Micael)

Micael, Eva celestial, Sophia, Antroposofía

Rudolf Steiner nos dice que los Archai son también responsables del desarrollo de la libre auto-conciencia del ser humano a través de su conexión con el cuerpo físico, ya que la auto-conciencia solo puede surgir en los seres que han logrado un cuerpo físico con forma y figura fuera del impulso interior del alma. (Steiner, Anthroposophical Leading Tought). Por consiguiente, cuando Micael ascendió desde Arcángel a Espíritu del Tiempo o Archai, fue capaz de alcanzar ese aspecto de conexión con el cuerpo físico, que en el ser humano individual se relaciona con la Voluntad y la Conciencia, esa esfera en la que se elabora el Alma Consciente. (Ibid). Después de renunciar a la Inteligencia Cósmica, él esperaba que el ser humano desarrollara esas facultades de pensamiento libre a través de la Eva Celestial, a fin de que pudiera, mediante la “voluntad libre consciente”, llevar a la humanidad, desde las cadenas de la percepción de los sentidos, en un ascenso libre, a la percepción de lo suprasensible. (Ibid).

Podemos sugerir que con este ascenso Micael fue capaz de trabajar en la esfera terrestre a través del desarrollo del Alma Consciente de la Eva Celestial, como “punto de arranque” humano. (Prokofieff, Ibid). La Eva Celestial pudo unir su propia Alma Consciente, en la que había trabajado la Inteligencia Cósmica de Micael, con el Alma Consciente humana, y este paso del miembro más joven de la Sofía Cósmica a través del ser humano es el que hizo posible que el pensamiento se hiciera plenamente auto-consciente, es decir, auto-despierto, y es por medio de esta auto-consciencia por lo que se  pudo sembrar la semilla de la capacidad del ser humano para la experiencia consciente del mundo espiritual.

Rudolf Steiner fue la primera persona que recibió la Inteligencia Micaélica en plena conciencia desde el cáliz espiritual, así denominado por él.

Esto nos plantea las siguientes  cuestiones: ¿Quién es este ser que una vez fue la Eva Celestial que descendió a lo largo del tiempo y fue visto por los seres humanos como Teosofía y Filosofía?;  ¿quien es este ser que una vez su Yo encarnó brevemente como la Virgen María del evangelio de Lucas, para dar nacimiento al Jesús Natánico?. ¿Quién es este ser que en nuestro tiempo nos conduce y objetivamente sirve de ejemplo para todo hombre que sabe algo de su propia humanidad?.

A este ser le dio un nombre Rudolf Steiner, la llamó Antroposofía, la Sabiduría del Hombre.

Antroposofía es por tanto el mismo ser que el de la Eva Celestial.

Teosofía – Sabiduría de Dios

Filosofía – Sabiduría del Mundo

Antroposofía – Sabiduría del Hombre

La relación entre Micael y el ser de la Antroposofía ahora se nos manifiesta claramente: Micael, el Hijo de Sofía, sacrifica su Inteligencia Cósmica a favor de la humanidad, mientras la hija de Sofía, la Eva Celestial, el ser de la Antroposofía, prepara la facultad del pensamiento humano para que pueda recibirla.

De esta forma, pasando a través del Alma humana de Conciencia, portando la Divina Sofía y la Inteligencia Cósmica de Micael, la Antroposofía es capaz de desarrollar su propia Alma Consciente. Esto significa que ahora  su Alma Consciente puede trabajar purificando por entero su astralidad, transformándola en el cuerpo de la Virgen Sofía. Esta purificación restablece su conexión con la esfera de la Divina Sofía y posibilita a la Antroposofía para comenzar el proceso de recibir el Yo Espiritual como arquetipo para toda la humanidad. De esta forma el alma virginal se unifica con la conciencia del Espíritu Santo, el cual se convierte en Yo Espiritual individualizado por las fuerzas del Yo Consciente de Cristo. Esta evolución crea un potencial para todos los seres humanos que buscan ser sus discípulos y marca el comienzo del ascenso del ser humano a Ángel, (Prokofieff, Heavenly sophia and the Being of Antroposophia), lo que culmina en la conferencia de Navidad cuando Rudolf Steiner elabora las coberturas física, etérica y astral de la Sociedad Antroposófica, de forma tal que es capaz de ser el receptáculo para el elevado Yo de la Antroposofía, con la consecuencia de convertirse en su custodio.

La Antroposofía es, por consiguiente, un ser humano avanzado, y nosotros, como Sociedad Antroposófica  desde el encuentro fundacional de Navidad, somos sus cuerpos humanos y miembros anímicos. Por consiguiente su futuro desarrollo depende particularmente de los antropósofos. Ella, al igual que nuestros ángeles individuales, se encuentra ante los antropósofos y nos muestra lo que hemos creado a partir de su sabiduría (la misma sabiduría reflejada de la Divina Sofía) que pasa a través nuestro para el beneficio de la humanidad. Esto es auto-conocimiento para la Sociedad Antroposófica, un paso necesario en la transición del Alma Consciente al Yo Espiritual para cada individualidad, y también para la sociedad misma.

Las tareas de la Eva Terrenal

En la Tierra Adán tenía la tarea de ser el precursor de Cristo, el médium por el que las envolturas de Jesús de Nazareth se dispusieran para poder recibir al Yo de Cristo. ¿Pero cuál era la tarea a realizar por la Eva terrenal?.

Recapitulemos sobre lo que sabemos en lo concerniente a Eva. En la conferencia de la primera parte vimos como Eva era el ser humano creado por los seis Elohim de la esfera del Sol en el sexto día de la creación. Vimos como los seis Elohim impregnaron a Eva con el aspecto masculino de manera que ella contenía ambos aspectos, femenino y masculino. Fue esta característica la que hizo posible su auto-reproducción, es decir, la fertilización del huevo femenino por la semilla masculina contenida dentro del mismo cuerpo. Vimos también como el producto de esta unión interna fue un ser humano separado al que la Biblia denomina “Caín”. Caín estaba en posesión de un cuerpo físico/etérico masculino imbuido de las fuerzas creativas del Sol, propicio para vivir en el mundo exterior y capaz de dar forma a la materia inanimada en sustancia espiritual. (E.Reaugh Smith, Burning Bus).

Hemos mencionado que fue en el Paraíso cuando el 7º Elohim, el Elohím-Jehová,  insufló “vida” al ser humano al que llamamos el complejo Eva/Adán. Vimos como esta combinación, con la intervención luciférica, estimuló la separación de los sexos, es decir, creó la separación física entre Adán y Eva. La unión de Adán y Eva separados produjo la creación de Abel. Abel estaba en posesión de un cuerpo etérico femenino y uno físico masculino. El cuerpo etérico femenino de Abel era capaz de una intuición pasiva, en conexión directa con la sabiduría de los Dioses, una sabiduría sacerdotal capaz de formar sustancia espiritual y expresarla en el mundo físico de la materia inanimada.

Caín:  producto de la reproducción asexual, capaz de dar forma a la materia inanimada convirtiéndola en espíritu, cuerpo etérico/físico masculino.

Abel: producto de la reproducción sexual, capaz de dar forma al espíritu convirtiéndolo en materia inanimada, cuerpo etérico femenino y cuerpo físico masculino.

Ahora vemos porqué el Elohim Jehová aceptó el sacrificio de Abel, porque fue creado por la unión de Adán y Eva. Esa forma de procreación se relaciona con su trabajo en el ser humano. Él rechazó el sacrificio de Caín porque fue creado por la “antigua” y ahora inapropiada forma de reproducción asexual activada por los otros seis Elohim del Sol.

Entonces se dice que Caín mató a Abel.

¿Qué significa esto? Significa que la sabiduría masculina (Cain), es decir, la sabiduría adquirida a través de la percepción sensible del mundo físico estaba destinada a dominar sobre la sabiduría femenina (Abel), es decir, la sabiduría pasiva adquirida a través de la percepción espiritual de los dioses. El portador del Yo del ser humano estaba, por consiguiente, destinado a “deshacerse” de la sabiduría femenina (Abel) porque esta sabiduría pasiva de los dioses era incompatible con la evolución de la sabiduría activa adquirida mediante la percepción del mundo. Este conocimiento del mundo era necesario para hacer posible el desarrollo del pensamiento claro y lógico que sucesivamente crea la independencia física y espiritual.

En relación con la Eva terrenal podemos decir, por consiguiente, que tenía que ser temporalmente “olvidada”. El principio masculino de Adán, el ser portador del Yo  (la sabiduría de Caín) se hizo dominante y el principio femenino de Eva de unidad (la sabiduría de Abel) tenía que desaparecer gradualmente. La sabiduría se incrementó progresivamente hacia la materialización y la masculinidad. La feminidad tenía que retirarse tranquilamente a un segundo plano y esperar al  “punto decisivo en el tiempo”, en el que Eva, el ser humano “femenino” más antiguo, podía encarnar como la María del evangelio de Mateo.

Eva celestial: la María del evangelio de Lucas

Eva terrenal: La María del evangelio de Mateo.

La María del evangelio de Mateo estaba destinada, al igual que la del evangelio de Lucas, a convertirse en el receptáculo de un elevado ser. Este ser tuvo su encarnación más significativa como Zaratustra, ser que se convirtió en el Jesús del evangelio de Mateo, conocido en Ciencia Espiritual como el Jesús Salomónico, cuyo Yo,  nos dice Rudolf Steiner, dejó para que entrara en él el Jesús del evangelio de Mateo a la edad de doce años, en las envolturas física, etérica y astral del Jesús relatado en el evangelio de Lucas. (Steiner, el quinto evangelio). Esta unificación del Yo de Zaratustra con el Alma Natánica (el Jesús de Mateo con el de Lucas)  se conoce como Jesús de Nazareth, un ser compuesto. Jesús de Nazareth tuvo que sacrificar su Yo (de Zaratustra) de nuevo, al objeto de convertirse en el receptáculo para el Yo Macrocósmico de Cristo en el bautismo del Jordán.

La María que figura en el evangelio de Mateo, la que se levantó en el Templo, la María que, a diferencia de la del evangelio de Lucas, era lista y sabia, un alma antigua, que había visto morir a su niño y que entonces se había convertido en la madrastra  de Jesús de Nazareth cuando la María del evangelio de Lucas también murió. Ella reconoció en su momento al Yo de  este niño que ella había perdido, en el Yo de Zaratustra, y mediante una grande y profunda relación con Jesús de Nazaret fue capaz de unirse, a través de la compasión y el sufrimiento, con el ser desencarnado de la María de Lucas, la Eva Celestial, que un día se convertiría en el ser de la Antroposofía. Las dos Marías estaban destinadas a convertirse en una, las dos Evas se convirtieron nuevamente en una. Emil Bock (Threefold Mary) lo describe así:

     “Es como si la maravillosa Alma divina originada en el Paraíso (la María de Lucas) fuera ahora incorporada al alma antigua de la María salomónica (la María de Mateo).”

La Eva Celestial paradisíaca unida con su alma hermana, la Eva Terrenal, ambas unidas convertidas de nuevo en una, juntas.

Unificación de María: Sophia en la Tierra

El Alma de Eva en el Paraíso, la María Natánica del evangelio de Lucas (El ser de la Antroposofía) después de morir fue capaz, por las cualidades que ya hemos visto tenía, de unificarse con la totalidad de las fuerzas de la Divina Sofía en la esfera del Sol. Por esta unificación, sin obstáculos, con todas las elevadas Jerarquías, incluyendo a las más elevadas de los espíritus del Sol, los espíritus de la Sabiduría, ella fue capaz de llevar las fuerzas de Sofía directamente al cuerpo físico de la María de Mateo, su hermana terrenal, la María hecha virginal, es decir, ella ahora se parecía, en toda su sabiduría, a la Divina Sofía, desde su cuerpo físico a su cuerpo astral espiritualizado. Esto fue una especie de encarnación de Sofía en la tierra. (Prokofieff, Heavenly Sophia…y Emil Bock, Threefold Mary.). Como resultado de esto, la María de Mateo era ahora capaz de permanecer plenamente consciente, junto con el discípulo Juan, a los pies de la cruz en la que  colgaba el ser de Cristo  encarnado en el cuerpo de Jesús de Nazareth. Por esta razón, María se convierte en la figura central en medio de los discípulos en Pentecostés (Ibid), ya que era a través de su propia alma virginal por lo que se hizo posible para los discípulos el que recibieran en sus almas la sustancia de unificación del Espíritu Santo, porque se unieron con la conciencia de ella, la representante de la Divina Sofía en la tierra. Podemos decir que actuó como un conducto en la tierra de las fuerzas del Espíritu Santo a través de la mediación de la Divina Sofía. (Emil Bock, The Childhood of Jesús, the unknown years). 

La María terrenal, que como Eva estuvo sujeta a la caída y era el alma femenina más antigua, estaba destinada a incorporar el alma de su hermana celestial, el alma femenina más joven, la Eva Celestial, y es esta unificación de la Eva terrenal con la Eva celestial la que posibilitó a la María del evangelio de Mateo el convertirse en el arquetipo femenino divino de la forma humana. El alma humana que se esfuerza en convertirse en virginal, mediante un duro trabajo para la resurrección en su interior del espíritu individual.

Emil Bock lo describe así:

     Una está en posesión de una virginidad tan fuerte que pospone la maternidad, mientras que otra posee todos los requisitos interiores para aprender el misterio de la resurrección, o dicho de otra forma, la figura materna de la María del evangelio de Lucas es la personificación de la antigua virginidad del Paraíso, mientras que en la otra María vemos la posibilidad de recuperar la virginidad trabajando a través de nuestro camino de traer la luz a la oscuridad.

Vemos la Antroposofía en la Eva Celestial en el Paraíso, la Madonna de Rafael de la Capilla Sixtina, el alma pura virginal, que como un regalo de gracia da nacimiento al espíritu de la humanidad, el Yo Espiritual.

En la Eva terrenal vemos a la Piedad de Miguel Angel, la madre que sufre y se aflige por la muerte de su hijo, una parte de ella que ha sido matada por la caída a través de la conciencia del mundo, y que ha de sufrir mediante la purificación para resucitar de nuevo como conciencia espiritual.

Así es como la Eva terrenal se convirtió en un Avatar, un ser similar a un Bodhisattva:

 

Cuando la Eva terrenal, la María del evangelio de Mateo, fue redimida, se elevó a la esfera del Sol para morar en la esfera de los Bodhisattvas. Ella representa  lo que la humanidad ha de convertirse.

Nos dice Rudolf Steiner:

Por encima de otras luces, de otros dioses, resplandece el receptáculo sagrado, la madre Luna ahora tocada por Cristo, la nueva Eva, la portadora del Espíritu del Sol, Cristo.

Sin embargo hay tres Marías, ¿Qué pasa con María Magdalena?

Ahora que conocemos a las dos Evas, la celestial, la María del evangelio de Lucas (el ser de la Antroposofía) y la terrenal, la María del evangelio de Mateo, que vienen juntas, tenemos que comprenderlas en  relación con María Magdalena.

Isis – María – Sofía

Rudolf Steiner nos dice que en la Biblia la asignación de nombres ocurre en base al ser interior de una persona (Steiner, conf. 20.11.1907),  un reflejo del nivel de purificación de un alma individual, y por consiguiente, esta asignación de nombres señala hacia una experiencia de iniciación.

Con anterioridad al Misterio del Gólgota, un candidato a la iniciación tenía que pasar a través de un largo proceso preparatorio en el cual, él o ella, tenían que trabajar conscientemente en su cuerpo astral (Steiner, conf. Munich, nov. 1906), elaborando sus miembros: el Alma Sensible, el Alma Racional y el Alma de Conciencia. Esta elaboración consciente de los miembros anímicos del Cuerpo astral por el Yo es posible para la mayoría de las individualidades que viven en el mundo de hoy, pero en los tiempos pre-cristianos sólo era posible para seres humanos muy avanzados, para esos cuya conciencia estaba “ampliamente despierta”, y que eran capaces de unificar su Yo consciente con sus miembros anímicos. Cuando el candidato era capaz de unir su Yo conscientemente con su Alma sensible, es decir, la vida del sentimiento del alma, a ese aspecto del alma del candidato se le llamaba María Magdalena, la madre (sabiduría) que da nacimiento al Yo en el Alma Sensible. María era ese aspecto del alma que en el candidato a la iniciación podía unirse con su Yo. Ella era la madre (sabiduría) que da nacimiento al Yo en el Alma Racional o en la vida del pensamiento. Igualmente el candidato a la iniciación cuyo Yo consciente podía unirse con el Alma de conciencia, es decir, con la vida de la voluntad, o la conciencia en la voluntad, tenía ese aspecto anímico denominado “Sofía”, la Virgen Madre, la Virgen María, la Sofía María o la Madre de Dios. (Steiner, conf. Hamburgo Mayo 1908). Este aspecto del alma era la madre (sabiduría) que da nacimiento al Yo consciente, que es capaz de recibir al Espíritu Santo (la individualización del Yo espiritual) en la totalidad del Cuerpo Astral.

Una vez el alma había adquirido el nivel de Virgen María y la totalidad del Cuerpo Astral había sido purificado, el candidato estaba preparado para la “viudedad del alma”, una forma de iniciación que conllevaba la “muerte” o separación del elemento paterno, el Cuerpo Físico (la cognición masculina del mundo físico), al objeto de su unificación con el elemento materno, el Cuerpo Etérico (a cognición femenina del mundo espiritual). En los Misterios de Isis se representaba en la muerte de Osiris, cuya mujer, Isis, es la viuda. La iniciación en los Misterios de Isis significaba que un candidato se convertía en “el Hijo de la Viuda”.

Durante esa iniciación el cuerpo Astral espiritualizado del candidato, la Virgen, o la Virgen Sofía, era imbuido con el Espíritu Santo individualizado como el Yo Espiritual, y las imaginaciones recibidas a través de los órganos espirituales del cuerpo Astral se impresionaban sobre el cuerpo Etérico. Por lo tanto el cuerpo etérico era sellado con estas impresiones. Era así porque en los misterios este cuerpo etérico estaba asociado al Espíritu Santo. El fruto de esta interacción entre el Espíritu Santo, que penetraba, y la Virgen, a la que impregnaba, se llamaba “el Hijo del Hombre”. (Steiner, conf. novbre 1906, Munich). Rudolf Steiner también ha establecido que “el Hijo del Hombre” se refiere a ese aspecto del alma – el Alma Consciente/Alma espiritual – que ha recibido, a través de un proceso de catarsis del cuerpo Astral, el Yo Espiritual. (Emil Bock, The Three Years, The son of Man, y Steiner, evangelios de San Mateo y San Juan). Tal impresión en el cuerpo Etérico por el cuerpo Astral purificado lo espiritualiza como Buddhi o Espíritu de Vida, y el ser humano entonces es capaz de retener todo el conocimiento del significado de Cristo en la evolución del mundo, el conocimiento del Hijo.

Sin embargo esto no era todavía un proceso consciente. El cuerpo Astral sólo podía imprimir sus impresiones en el cuerpo Etérico después de que el ser humano hubiera entrado en una especie de estado de trance que duraba tres días y medio.

Las tres Marías

Observemos detenidamente  los nombres, María Magdalena, María y María Sofía (la Virgen María).

María Magdalena – Isis.

El nombre Magdalena tiene sus orígenes en el significado “sirviente” o “criada”. En las escuelas esotéricas de Dionisio el Areopagita este nombre estaba asociado con la fuerza del Yo espiritualizado en el cuerpo Astral, que lo trasformaba y lo conducía al nacimiento de un nuevo miembro, como un mediador o servidor, una “criada” del Yo en el cuerpo astral. A través de este “sirviente” el Yo podía obtener dos cosas:

.- Sabiduría en los sentimientos – El Alma Sensible, y

.- Mayor desarrollo y elaboración de la sabiduría o intuición del mundo espiritual – el Alma Intuitiva.

Nos dice Rudolf Steiner:

Como Alma Sensible recibe las impresiones del mundo exterior y las lleva al espíritu, para que el espíritu pueda extraer de él los frutos que son permanentes. Juega un papel como si fuera en parte de intermediario, y su tarea es plena cuando se adecua a esa parte. (Steiner, Teosofía, cap.II) 

La María Magdalena de los evangelios tiene un Alma Sensible que, a través del contacto con el ser de Cristo y los sucesos de Palestina ha alcanzado el más alto nivel de madurez. (Steiner, Hamburgo, conf. mayo 1908). Esto significa la trasformación de su naturaleza apasionada en una profunda devoción, un servidor o “Magdalena”, capaz de un conocimiento intuitivo. (Steiner, Evangelio de S.Juan, la naturaleza de la Virgen Sofía y el Espíritu Santo.) Una trasformación del Alma sensible en Alma Intuitiva. Esta Alma Sensible espiritualizada conlleva una intuición de Cristo y desarrolla un poder de fe tan grande en ella que posibilita el que María Magdalena sea la primera en comprender que lo que ha vivido en el cuerpo de Jesús de Nazareth  estaba presente después de su muerte, el Cristo ascendido.

Aquí se ha de hacer una mención a los Misterios egipcios. El Alma Sensible, habiendo sido en primer lugar elaborada durante la época Egipcio-Caldea, está profundamente conectada con los Misterios de Isis.  La unción con aceite de los pies de Jesucristo por María Magdalena y secarlos con sus cabellos, y el ungimiento del cuerpo de Jesucristo, es un reflejo de lo anterior.

 (Se conocía a las sacerdotisas de Isis por ser capaces de influir en el tiempo atmosférico trenzando su pelo; aquí hay una conexión con las fuerzas naturales de la tierra y los elementos, cuyo reflejo espiritual son las fuerzas morales del cosmos. Esta afinidad era especialmente sentida por los paganos cuyas almas sensibles estaban altamente desarrolladas y conectadas más con los seis Elohim o dioses del Sol que con Jehová, el Dios lunar, de ahí la asociación de María Magdalena con los dioses paganos. Aquí vemos también los ritos funerarios egipcios haciendo su transición mediante el contacto directo con el ser de Cristo.)

  Hay un reflejo mayor de este “servicio” durante la comida en Betania, en la habitación superior en Jerusalén.  Aquí, en una segunda comida, es Cristo el que lava los pies de sus “amigos” los apóstoles.

Comida en Betania – María Magdalena lava los pies de Cristo Jesús como un símbolo de servicio.

Comida en Jerusalén –  Cristo lava los pies de sus discípulos como un símbolo de amistad. 

Esta relación entre Cristo y María Magdalena, entre Sirviente y Maestro, es el reflejo exterior de la conexión interna o matrimonio entre el Yo y el Alma Sensible, en este caso entre el elevado Yo de Cristo y el Alma Sensible de María Magdalena. Este es el motivo por el que a menudo se le confunde erróneamente con una relación romántica o sexual. Pero se ha de recordar que el Alma Sensible de María Magdalena había alcanzado el nivel de madurez necesario  para que se convirtiera en discípula íntima o sirviente de Cristo (Steiner, Evangelio de S. Juan, La naturaleza de la Virgen Sofía y el Espíritu Santo) lo que desecha cualquier posible deseo, deseo carnal, surgiendo en su lugar una profunda devoción y amor.

María

El nombre de María significa “amargo” y ha sido, como hemos visto previamente, unido en los misterios con la elaboración del Alma Racional. Como hemos visto en esta conferencia la Eva terrenal era el primer aspecto del ser humano que tomó la influencia luciférica, lo que hizo posible que los seres humanos se desarrollaran como seres pensantes. Este conocimiento del bien y del mal, sin embargo, ocasionó sufrimiento –“Y vosotros comeréis la hierba de los campos”.(Génesis 3,18)-. Es también esta hierba “amarga” la que se come en la Pascua al objeto de que el pueblo hebreo pueda recordar las tribulaciones y sufrimientos en Egipto y la subsiguiente libertad (reflejo microcósmico del gran sufrimiento macrocósmico del hombre y su adquisición de libertad a través de la caída de Eva). El Alma Racional es esa Hierba Amarga, la María, que permite al ser humano adquirir la sabiduría que le conduce a la “libertad” mediante el órgano del pensamiento, el cerebro, que fue creado a través de la separación de los sexos. Ahora vemos dos posibilidades:

     .- Sabiduría en el pensamiento – Alma Racional. Pensamiento e intelecto están también conectados con ese aspecto del Cuerpo Etérico que es capaz de contemplar la sabiduría retenida a través de la memoria; y

     .-El Alma Racional en una elaboración más desarrollada, capaz de recibir la inspiración de los mundos espirituales –el Alma Inspirativa.

La María del evangelio de Mateo, que ya hemos visto es el mismo ser que la Eva terrenal, estaba en posesión de los más elevados dones del Alma Racional. Estos se convirtieron, trasformados por ella en los sucesos de Palestina, en Inspiración, lo que le dio las fuerzas necesarias para soportar su sufrimiento (Piedad), al objeto de trasformar la amargura de la “Caída” en el mundo de materia en la “Resurrección” del espíritu. Esta inspiración del significado de Cristo para el mundo – la inspiración de la Sabiduría de la Divina Sofía – tuvo como mediadora de la María de Mateo a la Eva Celestial (la María desencarnada del evangelio de Lucas).

La Virgen María–Sofía

La Virgen María, la Sofía, la Madre de Dios, mantenía la elevada sabiduría adquirida por el Yo en el Alma; la mantenía por la elevada luz de la conciencia del Yo en ese aspecto del ser humano relacionado con la voluntad, el esqueleto, cuya tarea es mantener al hombre erguido, físicamente. Esta es la conciencia de la fuerza moral, la cual, trabajando por el bien, crea el Alma Consciente y finalmente el Alma Espiritual, capaz de trasformar la totalidad del cuerpo Astral en una Madre Virgen, la “buena tierra”, capaz de dar nacimiento a Dios a través de la fertilización del Espíritu Santo. A este nivel el iniciado está maduro para recibir la luz de la Verdad en el Alma – el Espíritu Santo.

El nombre de la Virgen María representa, por consiguiente, la elaboración del Alma, su perfección y purificación y la recepción del Espíritu Santo de la Verdad.

(María magdalena, María, el misterio de la Virgen María es representado por los tres grandes pintores del Renacimiento: Rafael, Miguel Ángel y Leonardo Da Vinci. Rafael porque, por su encarnación previa como Juan el Bautista, tenía la más alta conexión con la región de Sofía de los tres pintores y podía representar a la Eva Celestial, la Virgen o el cuerpo astral pleno de Amor, que a través de la Gracia porta el Yo Espiritual. Miguel Ángel era capaz de representar la Piedad, o la Eva terrenal, que a través del sufrimiento y la privación era capaz de trasformar la Sabiduría en Amor para alcanzar la purificación de su cuerpo Astral, y después su impregnación en el cuerpo Etérico y en el cuerpo Físico.  Leonardo sólo podía representar a María Magdalena, el aspecto más inferior del Alma, el alma sensible purificada por el Alma Intuitiva, el sirviente que está conectado con Lázaro/Juan y que muestra el aspecto de la polaridad del alma inferior con la más elevada, el servidor del Yo de Cristo y el Amado o amigo del Yo de Cristo. Esta es la dicotomía entre el sirviente y el amigo. Con este conocimiento podemos ahora explorar el interés de la representación de María Magdalena por parte de Leonardo Da Vinci.  A causa del Concilio ecuménico del 869 D.C. y la abolición del Espíritu, la devoción Mariana se conectaba solamente con el aspecto más bajo del alma, como un fin en si mismo, y no con los principios más elevados del Alma que son los que se trasforman para abrir camino al Espíritu. Cuando buscaba el Divino arquetipo femenino, Leonardo, debido a las peculiaridades de sus encarnaciones previas, le costaba mucho esfuerzo, y no salía del alma Sensible. Vemos como incluso en la Madona de las Rocas utiliza el mismo tipo femenino que había usado para la figura de Juan en su Última Cena. Por su constitución anímica era incapaz de mirar más allá del arquetipo del Alma Sensible, María Magdalena, que incluso lo trasporta la cara de la Mona Lisa. La mayoría de la población del mundo, estando inmersa en la materia, es en esto igual que Leonardo, pugnando por encontrar el arquetipo femenino más elevado del alma pura, y debido a las influencias de la Iglesia Católica y la materialización del alma Racional, sólo encuentra a María Magdalena.)

Esto nos conduce a dos posibilidades:

     .- Sabiduría en la Voluntad – Alma Consciente; y

     .- Su aspecto más elevado – Imaginación de los Mundos Espirituales, Alma Imaginativa.

La Eva Celestial (El Ser de la Antroposofía) era, a través de la gracia, el primer arquetipo humano de la condición iniciática. El segundo arquetipo era la María de Mateo o la Eva terrenal, que sólo podía alcanzar su nivel de iniciación consciente a través de la cooperación de otros tres seres humanos, dos vivos y uno desencarnado.

    La cooperación iniciática de las tres Marías

Debajo de la cruz sobre la que pendía el Ser de Cristo permanecían tres representantes de los niveles más elevados de la iniciación de los misterios del Alma posible en esos tiempos (los Misterios Inferiores de Isis). El hecho de que las dos Marías se convirtieran en una, es decir, la Eva Celestial, la María de Lucas unida en el mundo espiritual con la Eva Terrenal, la María de Mateo, y radiando en ella la Divina Sofía en plenitud de forma, significa que a partir de entonces ya no se la conocía como María; había sido iniciada y ahora era la “Madre de Jesús”, lo que denota su promoción a “Virgen”, madre de Dios, alguien que ha trasformado la totalidad de su cuerpo astral en un recipiente capaz de portar la sabiduría del ser de Cristo a través de la mediación del Sagrado Yo Espiritual. Debido a esto otra representación del Alma Racional tenía que buscarse debajo de la cruz. Era la mujer de Cleofás, que tomó su lugar como “María”.

Debajo de la cruz ahora tenemos:

.- María Magdalena, -el resultado de la unificación de la fuerza individualizada de Cristo con el Alma Sensible– el Alma Intuitiva, capaz de fe en la “vida” de Cristo;

.-  María, esposa de Cleofás –el resultado de la unificación de la fuerza individualizada de Cristo con el alma Racional– el Alma Inspirativa, capaz de las inspiraciones concernientes al significado de la muerte de Cristo; y

.-   La madre de Dios, la María de Mateo/Lucas, la Virgen Sofía –el resultado de la unificación de la fuerza individualizada de Cristo con el Alma Consciente, resultando en la perfección de la totalidad del cuerpo Astral, ahora capaz de Imaginaciones– el Alma Imaginativa, cuyas imaginaciones eran como un testimonio a los seres humanos (hecho posible por la Verdad del Espíritu Santo), que concierne al significado espiritual de la “resurrección” de Cristo para la evolución del mundo.

María Magdalena – Fe – Creencia – Vida

María – Significado – Conocimiento – Muerte

Madre de Dios – Trascendencia – Sabiduría – Resurrección

Veamos esto más detenidamente.

Como hemos visto, hasta el Misterio del Gólgota, la única iniciación disponible para los seres humanos requería la separación del cuerpo etérico del cuerpo físico. Esto significaba un oscurecimiento de la conciencia. Una vez trascurrida esa iniciación en los misterios, al candidato se le conocía como el Hijo de la Viuda porque el cuerpo Etérico, la madre, enviudaba del cuerpo Físico, el padre. Al candidato que pasaba con éxito se le denominaba el amado. Lázaro fue iniciado de esta forma por Jesucristo y se le dio un nombre distinto, se convirtió en Juan el “amado”. Rudolf Steiner nos dice que el nombre de “Juan” significa “el que anuncia “Buddhi”, el principio del Yo Soy de Cristo, que sólo puede suceder cuando el cuerpo Etérico es impresionado por el cuerpo astral purificado a través de las fuerzas del Hijo del Hombre (Yo Espiritual) en el ser humano. (Steiner, conf. Munich 5.11.1906). Mediante la iniciación de Juan el potencial que se le implantó no se convirtió en “Hijo de la Viuda”, sino en el primer “Hijo de Sofía”, es decir, tomó sobre él todo el conocimiento concerniente a los Misterios Cósmicos de Cristo, una impresión del Yo de Cristo, una impresión en su cuerpo Etérico hecha conscientemente, de forma tal que pudo recordarlos  y comprenderlos con su intelecto.

Esto, sin embargo, sólo podía ser la culminación del desarrollo en dos etapas.

Betania

El primer paso se llevó a cabo en Betania, en donde Lázaro tuvo que pasar por la iniciación del Sueño del Templo, solo, sin ayuda de un sacerdote o hierofante. Con el objeto de conseguir tal iniciación sin que su cuerpo físico muriera ( la labor de los sacerdotes en los misterios era, no sólo guiar al candidato a través de los necesarios pasos en la iniciación, sino también cuidar del cuerpo físico, preservarlo de la “agonía” o que sucumbiera a las fuerzas de la muerte), Lázaro necesitó la ayuda espiritual de las entidades desencarnadas de Juan el Bautista, Zaratustra/Mateo, Jesús y Aristóteles/Abraham, quienes le otorgaron las fuerzas de sus miembros más elevados –el Yo espiritual, el Espíritu de Vida y el Hombre Espíritu– respectivamente (esto pertenece a la iniciación de los más elevados Misterios de Osiris). (Prokofieff, El Misterio de Juan Bautista y Juan Evangelista en el punto de no retorno en el tiempo). Estas fuerzas adoptadas por Lázaro le dieron la fortaleza para pasar la iniciación sin sucumbir a la muerte de su cuerpo físico. Cristo vino a él al final de los tres días y medio, y lo llamó al cuarto, completando su iniciación.

Gólgota

El segundo paso sucedió en el Gólgota, a los pies de la cruz. Aquí fue necesario apelar a la ayuda de los tres representantes de los Misterios Inferiores de Isis y su conexión con las Almas Intuitiva, Imaginativa e Inspirativa. (no es posible ahora elucidar este misterio).

¿Porqué?

De la misma forma que las fuerzas de Juan el Bautista, Zaratustra y Aristóteles descendieron sobre Lázaro durante su iniciación en Betania que le dieron las fuerzas para su trasformación de Lázaro a “Juan”, el que anuncia el Buddhi, el “amado”, también eran necesarias para María Magdalena, María y la Virgen María, para desempeñar su parte en el segundo aspecto de la iniciación, que ahora debía suceder conscientemente, a los pies de la cruz.

¿Cuál era su papel?

El colectivo de fuerzas purificadas de sus miembros anímicos –Alma Intuitiva, Alma Inspirativa y Alma Imaginativa – eran capaces de fortalecer al ser de la María de Mateo de forma que ella podía soportar el ser influida, justo en su cuerpo físico, por las fuerzas de la Divina Sofía con la mediación del Ser de la Antroposofía –la María de Lucas. (Prokofieff, La Sofía Celestial y el Ser de la Antroposofía). La María de Mateo, “la Madre de Dios” era capaz, por consiguiente, de convertirse en el receptáculo humano de la Divina Sofía.

La “Madre de Dios” era capaz de permanecer al lado de Juan a los pies de Cristo. La Biblia nos cuenta que Cristo Jesús le dice a Juan que lleve a la “Madre” a su casa. Esta es la sabiduría de Sofía de Cristo que reside en el recipiente de la Virgen Madre en su cuerpo astral, cuya pureza esencial es ahora la misma que la del cuerpo Astral espiritualizado perteneciente al ser de Cristo Jesús. Se le dice a Juan que coja este cuerpo Astral espiritualizado, esta “Madre” y la haga suya.(Steiner, Conf. Hamburgo Mayo 1908). Esta unificación consciente en el alma de Juan con la “Madre de Jesús crea las condiciones necesarias para que Juan pueda imprimir la Sabiduría de Sofía de Cristo en su cuerpo Etérico (su cuerpo de memoria) conscientementelo cual es un punto importante ya que ello le capacita para escribir su Evangelio. El recordado Evangelio de la Sabiduría de Sofía de Cristo.

Juan el Amado se convierte en el primer “Hijo de Sofía”:

     .- Primeramente a través de las fuerzas otorgadas sobre él en Betania por Juan Bautista, Zaratustra/Mateo y Aristóteles/Abraham (testigos suprasensibles del Misterio del Gólgota a través de Juan), una iniciación que tiene su paralelismo en los misterios superiores de Osiris; y

     .- En segundo lugar, a los pies de la cruz a través de María Magdalena, María, esposa de Cleofás, y la Madre de Dios (la Eva terrenal y celestial unificada) que eran testigos físicos del Misterio del Gólgota y representantes de la iniciación en los Misterios menores de Isis.

Después de esta iniciación Juan no solo es conocido como Juan “el Amado” –el discípulo al que Jesús amaba– sino también como Juan el “Divino” que ha visto el pleroma ( palabra griega para plenitud, que en este caso se refiere a la sustancia de los seis Elohim o Logos Solar – la Palabra o el cuerpo físico de la Divina Sofía) de la Divina Sofía desde Virgo a Piscis, la sabiduría que es la revelación de la majestad de El Hijo de Dios que se convierte en el Hijo del Hombre.

Es posible decir ahora que las fuerzas contenidas dentro de los miembros del alma purificada de las tres Marías se convierten en una, espiritualmente, al objeto de fortalecer a la “Madre de Jesús” –el alma purificada- por el descenso de la Sabiduría de la Divina Sofía, de igual forma en la que las fuerzas de los miembros espirituales superiores de Juan el Bautista, Zaratustra y Aristóteles fortalecieron a Lázaro en Betania para recibir, a los pies de la cruz, la Sabiduría de Sofía de Cristo. Y de la misma forma en la que Lázaro/Juan se convierte en el pilar que conecta las profundidades de la Tierra (Piscis) con el Sol (Virgo), lo hizo la ”Madre de Jesús” convirtiéndose en el pilar que conecta la más elevada sabiduría celestial del Sol (Virgo) con las profundidades de la Tierra (Piscis). Un matrimonio místico del Alma Humana (Sofía) con el Yo de Cristo (Juan).

Así se creó la semilla para los tiempos futuros, cuando los seres humanos puedan ver en los mundos espirituales sin dejar al alma enviudada; en otras palabras, mientras se mantiene la plena conciencia. Este era el matrimonio divino del Alma Humana con el Yo de Cristo.

Como hemos señalado anteriormente, en la Biblia se usa una misma palabra para conocimiento y concepción. Una sola palabra se usa para describir la concepción de un pensamiento y la concepción del ser humano. Sabiduría o conocimiento engendran el amor, y este amor actúa como una fuerza creadora. La sentencia “conócete a ti mismo”  por consiguiente se hace clara –un ser humano ha de  “Conocerse a él mismo/ella misma” para adquirir la sabiduría de todo lo que es bueno y de todo lo que es malo en su interior-. Esto estimula el deseo por la perfección a través del amor por lo bueno. Una vez esta perfección se alcanza en el Cuerpo Astral de forma tal que se convierte en la Virgen María, puede fructificar con el contenido del mundo espiritual, puede ser fertilizada con el Espíritu Santo, que es el medio que contiene el Yo Cósmico de Cristo. Este espíritu penetra en el ser humano y se convierte individualizado en el “Yo Espiritual” (Steiner, Evangelio de San Juan, La naturaleza de la Virgen Sofía y el Espíritu Santo). Mirándolo de otra forma el Espíritu Santo es el medio del “Divino Novio” a través del cual el Niño, el ser de Cristo, es concebido dentro del ser humano en una forma de reproducción asexual. Una unificación de lo que ha sido separado por la caída, Hombre y Mujer, en un consciente Matrimonio divino en un ser humano.  Esto es “conocerse” uno mismo en la forma verdadera y conducirá a un futuro en el cual esta unificación se extenderá a la reproducción física. Los seres humanos se volverán de nuevo “asexuales”, es decir, concebirán a través del pensamiento espiritualizado, a través de Manas o del Espíritu Santo en su interior, y darán nacimiento a otro ser humano a través de la “Palabra”, mediante la estimulación de Buddhi –el Hijo (Sol)- en su interior.

En eso, mis queridos amigos, reside el misterio de las dos Evas e Isis –María– Sofía y su relación con el Ser de la Antroposofía y la Divina Sofía, lo que puede ser conocido en nuestro tiempo.

En cuanto al resto, es mejor que por ahora permanezca oculto.

Gracias y buenas noches.

DIAGRAMAS

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Adriana Koulias

Traducido por Andrés Piñán
Equipo Redacción Biosophia