Sophia-Achamoth e Ilda-Baoth
Volvamos al tema de Sophia-Achamoth –hija de
Ilda-Baoth, a quien varias sectas contemplan como el Dios de Moisés, no era un espíritu puro; era ambicioso y orgulloso, y rechazando la luz espiritual del espacio medio que le ofreció su madre Sophia-Achamoth, se dispuso a crear un mundo suyo. Ayudado por sus hijos, los siete genii planetarios, él creó al hombre, pero resultó ser un fracaso. Era un monstruo, sin alma, ignorante, y se arrastraba sobre cuatro patas por el suelo como una bestia material. Ilda-Baoth se vió obligado a implorar la ayuda de su madre espiritual. Ella le comunicó un rayo de su luz divina, animando así al hombre y le dotó de alma. Y en ese momento comenzó la animosidad de Ilda-Baoth hacia su propia criatura. Siguiendo el impulso de la luz divina, el hombre se elevaba cada vez más en sus aspiraciones; muy pronto comenzó a representarse no la imagen de su Creador Ilda-Baoth, sino la del Ser Supremo, el “hombre primitivo”, Ennoia. Entonces el Demiurgo se llenó de rabia y envidia, y fijando sus celosos ojos en el abismo de la materia, su mirada envenenada de pasión se reflejó repentinamente en él como si de un espejo se tratara; la relación cobró vida, y del abismo surgió Satán, la serpiente, Ophiomorphos – “la encarnación de la envidia y la astucia. Él es la unión de todo lo que es la materia más básica, con el odio, la envidia, y la destreza de una inteligencia espiritual.”
Tras aquello, siempre a pesar de la perfección del hombre, Ilda-Baoth creó los tres reinos de la naturaleza, el mineral, vegetal y animal, con todos los instintos y propiedades malignas. Impotente para aniquilar a los Tres del Conocimiento, que crecen en su esfera como en cada una de las regiones planetarias, pero dedicado a separar al “hombre” de su protectora espiritual, Ilda-Baoth le prohibió comer de su fruta, por temor a que revelara a la humanidad los misterios del mundo superior. Pero Sophia-Achamoth, que amaba y protegía al hombre al que había animado, envió su propio genio Ophis, en la forma de una serpiente para inducir al hombre a transgredir la orden egoísta e injusta. Y el “hombre” se volvió de repente capaz de comprender los misterios de la creación.
Ilda-Baoth se vengó castigando a la primera pareja, ya que el hombre, a través de su conocimiento, se había proveído de una compañera de su mitad espiritual y material. Él encerró al hombre y a la mujer en una mazmorra de materia, en el cuerpo tan indigno de su naturaleza, donde el hombre está aún encerrado. Pero Achamoth le siguió protegiendo. Ella estableció entre su región celestial y el “hombre” una corriente de luz divina, y la alimentó continuamente con su iluminación espiritual.
Entonces continúan alegorías expresando la idea del dualismo, o la lucha entre el bien y el mal, el espíritu y la materia, que se encuentra en toda cosmogonía, y el origen del cual se encuentra de nuevo en
Achamoth, afligida con los males que caían sobre la humanidad, a pesar de su protección, suplica a la celestial madre Sophia – aquí opuesto – que convenza a la desconocida PROFUNDIDAD para enviar abajo a Christos (el hijo y emanación de la “Virgen Celestial”) para que ayude a la moribunda humanidad. Ilda-Baoth y sus seis hijos de materia están desviando la luz divina de la humanidad. El hombre debe ser salvado. Ilda-Baoth ya había enviado a su propio agente, Juan el Bautista, de la raza de Seth, a quien protege – como un profeta para su pueblo; pero sólo una pequeña parte le escuchaba – los Nazarenos, los opositores de los Judíos, debido a su adoración de Iurbo-Adonai (2). Achamoth había asegurado a su hijo, Ilda-Baoth, que el reino de Christos sólo sería temporal, y así le indujo a enviar al precursor. Además de eso, ella le hizo causar el nacimiento del hombre Jesús de
Ilda-Baoth, al descubrir que Christos estaba acabando con su propio reino de materia, provocó a los Judíos contra él, y Jesús fue ejecutado (3). Cuando estaba en
“De ahí, ascendiendo al espacio medio, se sienta a la diestra de Ilda-Baoth, pero no es detectado por él, y allí recoge todas las almas que hayan sido purificadas por el conocimiento de Cristo. Cuando haya recogido toda la luz espiritual que existe en la materia, del imperio de Ilda-Baoth, se cumplirá la redención y el mundo será destruido. Tal es el significado de la reabsorción de toda la luz espiritual en el pleroma o plenitud, de donde originalmente descendió.”
Lo anterior está tomado de la descripción dada por Theodoret y adoptada por King en su Gnósticos, con añadidos de Epifanio e Ireneo. Pero el primero da una versión muy imperfecta, inventada en parte de las descripciones de Ireneo, y en parte de su propio conocimiento de los últimos Ofitas, quienes, hacia el final del tercer siglo, se habían mezclado con diversas sectas. Ireneo también los confunde con mucha frecuencia, y la verdadera teogonía de los Ofitas no es dada correctamente por ninguno de ellos. Con la excepción de un cambio en los nombres, la teogonía arriba dada es la de todos los Gnósticos, y también de los Nazarenos. Ophis no es sino el sucesor del egipcio Chnuphis,
Los Cristianos creían en todos y cada uno de esta pluralidad de cielos, ya que encontramos a Pablo enseñando sobre su existencia y hablando de un hombre que “alcanzó el tercer cielo” (II Corintios 13). “De estos siete ángeles Ilda-Baoth cierra todo lo que estaba por encima de él, para que no supieran de nada superior a él mismo” (5). Ellos entonces crearon al hombre a la imagen del Padre, (6) pero boca abajo y arrastrándose por la tierra como un gusano. Pero la madre celestial, Prunnikos, deseando privar a Ilda-Baoth del poder con el que ella inadvertidamente le había dotado, infundió en el hombre una chispa celestial – el espíritu. Inmediatamente el hombre se irguió sobre sus pies, se elevó en mente más allá de los límites de las siete esferas, y glorificó al Padre Supremo, Aquel que está por encima de Ilda-Baoth. De ahí que, este último, lleno de celos, puso sus ojos sobre el estrato más bajo de materia, y engendró una potencia en la forma de una serpiente, a la que ellos (los Ofitas) llaman su hijo. Eva, obedeciéndole como el hijo de Dios, fue persuadida de comer del Árbol del Conocimiento.
Es un hecho bastante evidente que la serpiente del Génesis, que aparece repentinamente sin ninguna presentación preliminar, debe haber sido el opuesto del Persa Arch-Devs, cuya cabeza es Ash-Mogh, la “serpiente bípeda de las mentiras”. Si la serpiente Bíblica ha sido privada de sus extremidades antes de que hubiera tentado a la mujer a cometer pecado, ¿por qué iba Dios a especificar como castigo que debería arrastrarse “sobre su vientre”? Nadie supone que caminara sobre el extremo de su cola.
Esta controversia sobre la supremacía de Jehovah, entre los Presbíteros y los Padres por un lado, y los Gnósticos, los Nazarenos, y todas las sectas declaradas heterodoxas, como último recurso, por el otro, duró hasta los días de Constantino, y posteriormente. Que las peculiares ideas de los Gnósticos sobre la genealogía de Jehovah, o el sitio apropiado que había de serle asignado al Dios de los Judíos en el Panteón Gnóstico-Cristiano, no eran al principio consideradas ni blasfemas ni heterodoxas, es evidente en la diferencia de opiniones mantenidas sobre esta cuestión por Clemente de Alejandría, por ejemplo, y Tertuliano. El primero, que parece haber conocido a Basilides mejor que cualquier otro, no vio nada heterodoxo o punible en los puntos de vista místicos y trascendentales del nuevo Reformador. “A sus ojos,” comenta el autor de Los Gnósticos, hablando de Clemente, “Basílides no era un hereje, es decir, un innovador como contemplan las doctrinas de
No así con Ireneo y Tertuliano (7). Los principales trabajos del último contra los Herejes, fueron escritos tras su separación de
Sería igualmente inútil referirnos a los apóstoles directos de Cristo, y mostrarlos manteniendo en sus controversias que Jesús nunca hizo ninguna distinción entre su “Padre” y “Dios nuestro Señor” de Moisés. Ya que las Clementine Homilies, en las que suceden las mayores discusiones sobre la materia, como se muestra en las disputas que se alega tuvieron lugar entre Pedro y Simón el Mago, se ha demostrado ahora que han sido falsamente atribuidas a Clemente el Romano. Este trabajo, si fue escrito por un Ebionita – como el autor de Religión Sobrenatural declara en común con algunos otros comentaristas – debe haber sido escrito o mucho más tarde al período Paulino, al que generalmente es asignado, o la disputa sobre la equiparación de Jehovah con Dios, el “Padre de Jesús”, ha sido distorsionada por interpolaciones posteriores. Esta disputa es en su misma esencia antagonista a las doctrinas primitivas de los Ebionitas. Estos, como demuestra Epifanio y Teodoro, fueron los seguidores directos de la secta Nazarena (los Sabeos), los “Discípulos de Juan”. Él dice, inequívocamente, que los Ebionitas creían en los Aeones (emanaciones), que los Nazarenos eran sus instructores, y que cada uno impartía al otro su propia maldad”. Además, manteniendo las mismas creencias que los Nazarenos, un Ebionita no habría dado muchas oportunidades a la doctrina apoyada por Pedro en las Homilies. Los antiguos Nazarenos, así como los posteriores, cuyos puntos de vista están plasmados en el Codex Nazarúus, nunca llamaron a Jehovah otra cosa que Adonai, Iurbo, el Dios de lo Frustrado (11) (los Judíos ortodoxos). Ellos mantuvieron sus creencias y principios religiosos tan secretas que incluso Epifanio, escribiendo a finales del siglo IV, confiesa su ignorancia en cuanto a su verdadera doctrina. “Rechazando el nombre de Jesús”, dice el Obispo de Salamis, “no se llaman a sí mismos Iessaens, ni siguen manteniendo el nombre de los Judíos, ni se llaman a sí mismos Cristianos, sino Nazarenos… La resurrección del muerto es confesada por ellos… en cuanto a Cristo, no puedo decir si creen que es un simple hombre, o como es cierto, confiesan que nació a través del Sagrado Pneuma de
Mientras Simón Magus argumenta en las Homilies desde el punto de vista de todo Gnóstico (Nazarenos y Ebionitas incluidos), Pedro, como un verdadero apóstol de la circuncisión, se mantiene en la antigua Ley y, de hecho, busca mezclar su creencia en la divinidad de Cristo con su antigua fe en “Dios nuestro Señor” y ex-protector del “pueblo elegido”. Como el autor de Religión Sobrenatural muestra, el Epítome, (12) “una mezcla de los otros dos, probablemente con la intención de depurarles de la doctrina herética” y, junto con una gran mayoría de críticos, asigna a Homilies, una fecha no anterior al final del siglo III, podemos inferir que deben diferir ampliamente con su original, si alguna vez hubo alguno. Simón el Mago prueba a lo largo de todo el trabajo que el Demiurgo, el Arquitecto del Mundo, no es
Esta argumentación de Pedro, además, si siquiera hubiera emanado del apóstol mismo, en vez de ser un “romance religioso”, como el autor de Religión Sobrenatural lo llama, no probaría nada en absoluto a favor de la identidad del Dios de los Judíos, con el “Padre” de Jesús. En el mejor de los casos sólo demostraría que Pedro había seguido siendo, desde el principio hasta el final, “un apóstol de circuncisión”, un Judío fiel a su antigua ley, y defensor del Antiguo Testamento. Esta conversación prueba, además, la debilidad de la causa que defiende, ya que vemos en el apóstol un hombre que, aunque en las más íntimas relaciones con Jesús, no puede suministrarnos nada en la manera de prueba directa de que siempre pensó en enseñar que la omni-sabia y omni-buena Paternidad que predicaba era el malhumorado y vengativo tronador del Monte Sinaí. Pero lo que las Homilies prueban, es de nuevo nuestra afirmación de que había una doctrina secreta predicada por Jesús a los pocos que eran estimados merecedores de ser sus recipientes y custodios. “Y Pedro dijo: ‘Recordamos que nuestro Señor y maestro, como mandato, nos dijo, guardad los misterios para mí, y los hijos de mi casa. Porque también explicaba a sus discípulos, en privado, los misterios de los reinos de los cielos”.
Si recordamos ahora el hecho de que una parte de los Misterios de los Paganos formados por los aporrheta, o discursos secretos; y que los Logia o discursos secretos de Jesús contenidos en el Evangelio original según Mateo, cuyo significado e interpretación San Jerónimo confesó que le era una “tarea difícil” de lograr, eran de la misma naturaleza; y si recordamos, además, que sólo unos pocos elegidos eran admitidos a algunos de los Misterios interiores o finales; y que finalmente de entre estos últimos fueron tomados todos los ministros de los ritos “Paganos” sagrados, comprenderemos entonces claramente esta expresión de Jesús citada por Pedro: “Guardad los misterios para mí y los hijos de mi casa”, es decir, de mi doctrina. Y si lo comprendemos correctamente, no podemos evitar pensar que esta doctrina “secreta” de Jesús, incluso las expresiones técnicas de la cual no son sino múltiples duplicaciones de la fraseología mística Gnóstica y Neoplatónica – que esta doctrina, decimos, estaba basada en la misma filosofía trascendental de
Finalmente, el método adoptado por Jesús de hablar en parábolas, en el que él sólo seguía el ejemplo de su secta, ¡es atribuido en las Homilies a una profecía de Isaías! A Pedro se le hace comentar: “Porque Isaías dijo: ‘abriré mi boca en parábolas, y pronunciaré cosas que han sido mantenidas en secreto desde la creación del mundo’”. Esta referencia errónea a Isaías de una frase dada en Salmos 78:2 es encontrada no sólo en las Homilies apócrifas, sino también en el Codex Sinaítico. Comentando este hecho en Religión Sobrenatural, el autor afirma que “Porfirio, en el siglo III, tomó el pelo a los Cristianos con esta atribución errónea de su inspirado evangelista a Isaías de un pasaje de un Salmo, y sometió a los Padres a grandes apuros”. Eusebio y Jerónimo trataron de salvar la dificultad atribuyendo el error a un “ignorante escriba”; y Jerónimo incluso llegó al punto de afirmar que el nombre de Isaías nunca estuvo detrás de la frase anterior en ninguno de los antiguos códices, sino que se encontró en su lugar el nombre de Asaph, sólo que “ignorantes hombres lo habían quitado”. Ante esto, el autor de nuevo observa que “el hecho es que leer ‘Asaph’ por ‘Isaías’ no se encuentra en ningún manuscrito existente; y, aunque ‘Isaías’ ha desaparecido de todos excepto de algunos oscuros códices, no se puede negar que el nombre antiguamente estaba en el texto. En el Codex Sinaítico, que es probablemente el manuscrito más antiguo que existe… y que es asignado al siglo IV,” añade, “el profeta Isaías está en el texto por la primera mano, pero es borrado por la segunda”
NOTAS:
(13) “El Esquema Cristiano”, que comenzó en noviembre de 1967, está recopilado de los trabajos de H.P.Blavatsky. Relata el trasfondo histórico y desarrollo primitivo del Cristianismo.
(1) Este Iove, Iao, o Jehovah es bastante distinto del Dios de los Misterios IAO, considerado sagrado por todas las naciones de la antiguedad. Mostraremos la diferencia en seguida.
(2) Iurbo y Adonai, según los Ofitas, son nombres de Iao-Jehovah, una de las emanaciones de Ilda-Baoth. “Iurbo es llamado por los Frustrados (los Judíos) Aduni” (Codex Nazarúus, Vol III, página 73).
(3) En el “Evangelio de Nicodemo”, Ilda-Baoth es llamado Satán por el devoto y anónimo autor – evidentemente uno de los golpes finales al enemigo medio aplastados, “En cuanto a mí” dice Satán, excusándose ante el príncipe del infierno, “le tenté (a Jesús), y agité a mi antiguo pueblo, los Judíos, contra él (cap. 15:9). De todos los ejemplos de ingratitud cristiana este parece casi el más evidente. A los pobres Judíos primero se les roban sus libros sagrados, y después, en un espúreo “Evangelio”, son insultados por la representación de Satán proclamándoles como su “antiguo pueblo”. Si ellos fueran su pueblo, y al mismo tiempo son “el pueblo elegido de Dios”, entonces el nombre de este Dios debe ser escrito como Satán y no como Jehovah. Esto es lógico, pero dudamos que pueda ser contemplado como un elogio al “Señor Dios de Israel”.
(4) Este es el sistema nazareno;
(5) Este ciertamente parece el “celoso Dios” de los Judíos.
(6) Es el Elohim (plural) quien crea a Adán, y no desea que el hombre se convierta “en uno de nosotros”.
(7) Algunas personas mantienen que era Obispo de Roma, otras, de Cartago.
(8) Su polémico trabajo dirigido contra la llamada Iglesia ortodoxa –
(9) ¿No fueron los puntos de vista del Obispo Frigio Montanus, también considerados una HEREJÍA por
(10) ¿No habla Pablo mismo de “Principados y Poderes en lugares celestiales” (Efesios 3:10, 1:12), y confiesa que hay muchos dioses y muchos Señores (Kurioi)? ¿Y ángeles, poderes (dynameis), y Principados?
(11) Los Ofitas, por ejemplo, hicieron de Adonai, el tercer hijo de Ilda-Baoth, un genio maligno, y, como sus otros cinco hermanos, un enemigo y adversario constante del hombre, cuyo espíritu inmortal y divino dio al hombre los medios para convertirse en el rival de estos genii.
(12) Los “Clementinos” están compuestos de tres partes – verbigracia: las Homilías, los Reconocimientos y un Epítome.
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