Mercurio, Mensajero de los Dioses
En la concepción mitológica de los antiguos Mercurio era el dios mensajero de los dioses, el veloz transmisor de la voluntad divina, siendo frecuentemente representado con alas en los pies. Tal vez haya sido por ese motivo por el que se dio ese nombre al planeta más rápido del sistema solar.
Siendo poco mayor que la Luna y su atmósfera, sus condiciones difícilmente podrían ser mas hostiles para nuestros patrones vitales, con temperaturas de 180 grados bajo cero, hasta 430 grados positivos, capaces de derretir algunos metales (el plomo, por ejemplo).
Ocasionalmente se consigue observar Mercurio a simple vista. Estando muy próximo al Sol, el brillo de este le oculta. Solo en los momentos de máximo alejamiento puede ser visto, poco antes del amanecer o después del ocaso. Por ello es llamado también “estrella de la mañana” o “estrella de la tarde”. No obstante estas expresiones identifican generalmente también al planeta Venus.
La velocidad con que el planeta orbita alrededor del Sol hace que un día de Mercurio este lejos de corresponder a una rotación sobre si mismo, igual que ocurre en la Tierra.
Si el tiempo de rotación sobre si mismo fuese igual al de traslación, como en el caso de la Luna, tendría una parte donde siempre seria de día, y otra donde seria siempre de noche. Ya que la velocidad de rotación invierte un tiempo cercano a 2/3 del tiempo transcurrido en la traslación, la cara que esta vuelta al Sol quedará en la zona oscura al final de un año mercurial (giró por tanto una vez y media). Al final de dos años mercuriales, aproximadamente, la referida cara girará a la posición de cara al Sol.
Así, aunque el tiempo de rotación del planeta sea de aproximadamente 58 días terrestres, el día (de salida de sol a salida de Sol) es de aproximadamente 176 días terrestres.
Iniciación a los aparatos de observación
Un material cristalino como el vidrio, con una forma curva, tiene la característica de formar imágenes de objetos. Si tiene en su casa una lupa para sellos, coloque una hoja de papel vertical, y en la dirección de una ventana, entre la hoja y la ventana, coloque una lupa. Comience por situar la lupa pegada al papel, y aléjala lentamente.
En un momento determinado verá surgir la imagen de la ventana proyectada en a hoja (Fig. 1). Observe que la imagen esta invertida.
La lupa funciona como el objetivo de unos prismáticos. En este caso además de otros diversos componentes en el aparato, como los que reinvierten la imagen para verlo derecho, existe una lupa mas potente que sirve para ver la imagen formada por el objetivo (Fig. 2).
Problemas y limitaciones
Como vimos, el ocular de los prismáticos funciona como una potente lupa de sellos. Cuanto mas potente sea el ocular, mayor será la imagen final que observaremos. Ahora, para que se pueda observar una imagen con nitidez, el ocular debe tener un cierto grado de perfección. Nada se adelanta con aumentar la imagen, si esta no tiene pormenores que se vuelven vividos cuando sean ampliados.
Desgraciadamente unas lentes simples, por muy perfectas que sean, tienen características que impiden la formación de una buena imagen, y que sin mucha propiedad, se acostumbre a llamar “aberraciones”.
Veremos en un próximo artículo cuales son las principales “aberraciones” de las lentes simples y la forma en que podemos anularlas, o al menos disminuir su incidencia.
Nota
Se sugiere al lector interesado en avanzar en la practica de los aparejos de observación, que en la consulta de algún oculista antiguo, consiga una lente biconvexa (apariencia plana) de 1 dioptría o mejor de 0,75 dioptrías. Si no la consiguiese en forma gratuita o por un precio simbólico, se sugiere prestar atención a la enseñanza teórica que se impartirá en esta sección.
Una segunda pieza a obtener, después de conseguida la lente referida, será una simple y pequeña lupa de sellos. Si es posible elegir, conviene escoger aquella que, para objetos distantes, forma en el papel, según la indicada en la Fig. 1, una imagen a una distancia aproximada de 5 cm.
Joaquín Candela
Arquitecto; Socio fundador de la Asociación Portuguesa de Astrónomos Aficionados.
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