Jnana
Muñecos de cuerda
Una gran parte, la mayoría de los seres humanos, se nos aparecen como si fueran muñecos de cuerda. La imagen puede parecernos demasiado contundente; de cualquier forma, vamos a tratar de explicarla.
Observemos lo que sucede con un muñeco que se mueve con pilas o cuerda: cuando es activado comienza a moverse, hasta que las pilas se agotan o la cuerda se acaba, sin que sepa o se pregunte el porqué.
De forma semejante, la mayoría de los seres humanos vienen a este mundo, comienzan a respirar, a moverse, a meter barullo y a hacer otras muchas cosas, sin que jamás se hayan parado a pensar en el porqué y el para que de todo eso. Cuestiones cuyo solo planteamiento consideran como algo absurdo e innecesario, en definitiva, una pérdida de tiempo. Frecuentemente ni siquiera se plantean tal hipótesis, aunque sea por unos instantes, a lo largo de su existencia.. Por añadidura, la cultura oficial, en buena medida, incentiva esa actitud. Con toda su ostentación, raramente se atreve a enfrentarse a la esencia de las cosas…!es una cultura de lo efímero, de la banalidad y superficialidad!.
Una mayoría de personas se declaran seguidoras de una religión, generalmente de aquella que es la predominante en el espacio geográfico en el que han nacido. ¿Corresponderá ello a una consecuencia de un verdadera, genuina y exigente ansia de conocer el misterio del Ser, el Universo o
Es un hecho notorio que la mayor parte de las personas que se dicen creyentes de una religión determinada difícilmente saben explicar, aunque sea rudimentariamente, lo que caracteriza a la religión a la que manifiestan pertenecer.
Con frecuencia, niegan osadamente “cosas” establecidas como dogmas de su religión, o afirman de modo perentorio ideas por ella expresamente repudiadas. Llegan al punto de bufarse de determinados conceptos, desconociendo que son artículos de fe establecidos por dicha iglesia o secta religiosa.
Desgraciadamente, pasa algo similar en las creencias de la “new age” o (pseudo) esoterismo actualmente de moda.
¿Actuar antes de saber, o saber antes de actuar?
En todas partes se ofrecen prácticas, métodos y experiencias esotéricas. Pocas veces se justifican las razones en las que se asientan tales propuestas, en el mejor de los casos con planteamientos pueriles. Tristemente, también por todas partes hay quienes se apuntan a dichas prácticas y experiencias, sin pararse a pensar si tienen alguna base sólida. Muchos confunden la ilusión del “bienestar sensorial” con la espiritualidad. Algunos se enredan en caminos que conducen a lo insano y a perturbaciones mentales. Pocos, muy pocos, buscan el conocimiento a través de
Atraen las cosas pequeñas, muchas veces mezquinas, como las curiosidades fútiles, las sensaciones fuertes o las promesas de estruendosas conquistas inmediatas. El Conocimiento, las explicaciones rigurosas, el penetrar en la esencia de las cosas, se considera aborrecible e innecesario.
Como vemos, mas de una vez, innumerables personas asumen la posición de tales “muñecos de cuerda” a los que se les pone en funcionamiento. Aceptan, fácil y dócilmente ser programadas y manipuladas, tantas veces usadas y explotadas.
No obstante, una cosa es que haya diferentes caminos legítimos, y otra bien distinta ( reveladora de escaso o nulo discernimiento), es creer que todas las propuestas, algunas de ellas completamente primitivas e insensatas, sean válidas. Una cosa es seguir un método después de que haya sido cuestionado, ponderando y comprendiendo los presupuestos en los que se asienta, y otra cosa es comenzar a practicarlo sin comprensión alguna o sin otro motivo que el de hacerlo al igual que se hace cualquier otra cosa.
Jnana
Después de lo expuesto es posible que podamos entender mejor el concepto de Jnana.
Se entiende como Jnana el Conocimiento Sagrado o Conocimiento Espiritual, la distinción entre Verdad e ilusión. Figura, por ejemplo en
Conocimiento Espiritual
El conocimiento espiritual aludido en la expresión Jnana no es exclusivamente ( y mucho menos, finalmente) un conocimiento libresco. La literatura de calidad, en la que se asientan las Tradiciones Espirituales de todos los pueblos, es, sin duda, un instrumento de gran valor que es insensato despreciar. Del mismo modo, todo aquello que nos puede instruir con Sabiduría, rigor y verdad, merece nuestro respeto y atención. No obstante, el conocimiento precisa ser investigado por nosotros mismos, reflexionado, meditado, digerido y metabolizado, para que en nosotros se trasmute en cualidad de ser. Si no es así, siempre permanecerá como algo superficial, efímero y evanescente.
El camino de Jnana conduce a Atma-Vidya, el conocimiento de Atman, o Yo Espiritual. Atman y Brahman (el Ser Universal) como afirman los Upanishads. Conocer Atman conduce necesariamente al conocimiento de Brahman; y el conocimiento de Brahman acabará por convertirse en la fusión con Brahman, la realización en
El Papel del Maestro
En este contexto podemos comprender el papel de un Maestro (Mahatma, Rishi, Arahat, o cualquier otra expresión equivalente). Un Maestro es un Hombre Perfecto, alguien que se ha elevado (en Sabiduría, en Amor y en el dominio de todas las tendencias inferiores) por encima de las limitaciones humanas y que ha penetrado en los secretos esenciales de
Un individuo puede llegar a ser discípulo de uno de esos grandes Seres. Para ello precisa de una intensa y genuina aspiración, de un notable desapego, de una importante purificación, y de un esfuerzo continuado de llegar a obtener el verdadero conocimiento, con el objetivo, además, de con ese poderoso instrumento ser mas útil a sus semejantes. En este proceso, para ser aceptado como discípulo de un Maestro y para ser conducido por el camino de
De cualquier forma, cuando una persona tiene un Maestro, o indirectamente tiene como referente la figura y
Conocimiento, respuestas y soluciones…o Folclore
Desde nuestro punto de vista y entendimiento de
Por el contrario, lo folclórico de las prácticas importadas de Oriente, sin conocimiento de lo que en ellas subyace (solo por su novedad y exotismo), frecuentemente conducen a alineaciones, a dejarse fascinar por lo accesorio de su exterior y a la suposición de que “el hábito hace al monje”. Con todo esto, el intelecto permanece letárgico, la sensibilidad embotada, la comprensión se omite, la intuición se adormece, y la espiritualidad es mera ficción.
Conocimiento y Servicio
En los últimos tiempos se ha puesto de moda la suposición y afirmación de que , en términos de Espiritualidad, el pensar es peligroso y que el Conocimiento Espiritual es innecesario, egoísta y en exclusivamente para fines de gratificación personal. Se dice que lo interesa es el sentir mucho…como si ello fuese sinónimo de Espiritualidad. Es demasiado corriente en los llamados círculos esotéricos escuchar frase como “siento profundamente que es así..” o “enseguida sentí que era así..” con la pretensión de ser vaticinios fidedignos e infalibles.
Ciertamente, sentir fuertemente no es un criterio de bondad. Los grandes fanáticos y sanguinarios, así como millones de personas que han apoyado delirantemente las mas hediondas experiencias (
¿Puede el Conocimiento Espiritual ser egoísta o una mera gratificación personal?. Por definición no puede. Los niveles de espiritualidad son transpersonales y están alejados del Alma Temporal, o Kama Manas, la gran sede del egoísmo. Si hay egoísmo y sentimiento de separatividad, el conocimiento no es espiritual. Es mero conocimiento, superficial y efímero, no espiritual. No es Jnana.
Sea como fuere preconizamos vehementemente una posición de servicio como complemento, o mejor, como consecuencia del conocimiento espiritual. El Jnana Yoga se transforma así en Karma Yoga. Entendemos por Karma Yoga el camino de perfeccionamiento a través de la acción inspirada, de obras benefactoras llevadas a cabo de forma desinteresada. La predisposición para el servicio constituye un auténtico “detector de mentiras”, en la pretensión de tener Conocimiento Espiritual. Si la consecuencia de ese Conocimiento no es una vivencia de fraternidad y una contribución para el Bien General, entonces no es Espiritual.
Debe tomarse en cuenta que por Servicio no entendemos el concepto común de beneficencia, que actúa sobre los efectos sin tener en consideración las causas, ni en la demagogia político-periodística, ni siquiera en dramáticos sermones de bondad a los que nos son próximos (que a veces solo son una extensión de nosotros mismos), olvidando al resto. El Servicio en el que pensamos debe ser lúcido, universalista y actuar al nivel de las causas, y por tanto, no solamente es necesario, sino imprescindible en el Conocimiento Espiritual. Los grandes males que existen el mundo son el odio y la ignorancia; solo los podemos sanar con el Amor verdadero y con la verdadera Sabiduría.
José Manuel Anacleto
Presidente del Centro Lusitano de Unificación Cultural
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