Hacia la Fundación de la Piedra del Amor
Dos conferencias pronunciadas en la Threefold Farm,
Spring Valley, Nueva York y en la Rudolf Steiner College, Sacramento. 17-26 de
abril de 2009
Rudolf Steiner nos dice que los antiguos griegos hablaban del ser humano completo: espíritu, alma y cuerpo, cuando dejaban resonar las antiguas palabras del Sol, las palabras de Apolo: “Alma Humana, conócete
a ti misma en la entretejedora existencia del espíritu, alma y cuerpo, en todo
lo que fluye hacia abajo desde las alturas y obra en el entorno circundante y
se eleva a través de las fuerzas de los miembros, ¡conoce que este es el
fundamento de tu ser!” (Ver Nota 1)
Rudolf Steiner
nos dice que esta llamada resonó desde un ser responsable de conducir una
sabiduría celestial a la Tierra
para estimular una alquimia espiritual en el alma humana que conduciría a este
auto-conocimiento. Este ser que los griegos veían íntimamente como Sophia y que
Dante vio como Lady Filosofía, fue desvelado por Rudolf Steiner en nuestros
tiempos como Antroposofía.
¿Pero cómo
podemos tener un verdadero encuentro espiritual con este ser? ¿Cómo, en esta
época materialista, encontramos la Antroposofía, de tal forma que podamos conocernos
a nosotros mismos?
En el mundo
físico cotidiano, nuestros encuentros con otras personas son usualmente
precursores de nuestro conocimiento sobre esas personas. Es decir, vemos la
apariencia que tienen, escuchamos su voz, notamos la calidez o frialdad,
sentimos una cierta afinidad, una simpatía o puede que una antipatía en
nuestros corazones, y esto normalmente nos conduce a un deseo de conocer a esta
persona más profundamente, más plenamente, profundizar en su mismo ser, en sus
pensamientos, sentimientos y voluntad, saber lo que le “mueve”, o a pasar de
largo de una forma superficial, y es de esperar, amistosa.
Podemos
describirlo así:
Nosotros conocemos/vemos, al ser humano; nosotros
hablamos con/escuchamos al ser humano; tenemos un sentimiento hacia él o ella;
decidimos llegar a conocer mejor al ser humano.
Para muchos de
nosotros, aunque podemos no ser conscientes de ello en todo momento, nuestro
primer encuentro con el Ser de la Antroposofía sucede en el momento en que leemos
una sola palabra que dijera o escribiera Rudolf Steiner, pero como vivimos en
una época materialista, cuando nuestra consciencia del mundo espiritual está
atenuada, es a menudo fácil pasar por alto este primer encuentro y pensar que
un libro jamás puede contener tantas páginas de información solo.
Pero ¿qué encontramos en un libro?
Como autora y lectora de libros, he llegado a darme cuenta de que un libro es una ventana al alma del escritor. En el alma del escritor uno encuentra el contenido de la relación del yo con el Verbo y con el Mundo, es decir, una memoria de aquellas inspiraciones, imaginaciones e intuiciones de seres humanos y de seres superiores que han obrado en el autor y le han permitido escribir el libro; ya sea o no consciente la relación, ésta está allí. Una vez que se ha leído un libro y el contenido de esta relación ha entrado en el alma del lector, comienza a conectar mágicamente al lector con el origen de esas inspiraciones, inspiraciones e intuiciones, ya sea el origen bueno o malo. Es como una introducción de tipos. ¡Por eso es importante que desarrollemos la consciencia y el discernimiento de a quién y a qué nos está introduciendo el autor!
La diferencia
entre nuestro encuentro con seres humanos y nuestro encuentro con seres
superiores y seres humanos fallecidos es que en cierto sentido el orden está
invertido.(ver Nota 2)
En el mundo
suprasensible tenemos que llegar a conocer a un ser superior o a un ser humano
fallecido antes de encontrarlos; hemos de preparar nuestras almas y entrenar
nuestro pensamiento, sentimiento y voluntad y entonces hemos de esperar. El
resto es asunto del mundo espiritual y el encuentro sólo puede surgir a través
de la gracia. El mundo espiritual y el ser superior deben entonces venir a
nosotros. A la luz de esto, ¿cómo podemos prepararnos para un encuentro con la Antroposofía?
Un verdadero
encuentro consciente con la
Antroposofía sólo sucede gradualmente. Al principio podemos
coger un libro de Rudolf Steiner y podemos sentir una familiaridad con el
contenido de este libro. Parece como si un recuerdo surgiera de palabras que ya
hemos oído antes.
Es un
Recordar espiritual que sucede en la Voluntad. Puede surgir en esta etapa un
deseo de saber y leer más. Nos mueve (los miembros) hacia la adquisición de
nuevos libros, ir a conferencias, etc. Gradualmente los pensamientos y palabras
de Rudolf Steiner nos conducen a crear nuestras propias imaginaciones del
contenido de la
Ciencia Espiritual y comenzamos a sentir el ser superior que
infundió, en el alma de Rudolf Steiner, sabiduría para que pudiera crear una
forma para la
Inteligencia Cósmica Micaélica de Cristo que pudiera ser
comprendida por los seres humanos de nuestro tiempo. Escuchamos a este ser a
través de las palabras de Rudolf Steiner y esta voz se convierte en la nuestra
cuando leemos. Esto ahora comienza a encender en nosotros un extraordinario
amor que asciende a través de nuestros sentimientos y nos impulsa hacia un
mayor conocimiento consciente de este ser.
Nos hacemos cada vez más Conscientes de un entusiasmo
espiritual que se siente en nuestra vida de Sentimientos. Ahora
llegamos al punto en que nos damos cuenta de que es sólo a través del
conocimiento que hemos despertado a lo que realmente vive tras este
conocimiento, ¡porque el ser que lo inspira es uno con el conocimiento mismo!
Sólo entonces estamos preparados para el momento de gracia cuando encontramos
al ser suprasensiblemente. Esto vincula nuestros pensamientos con nuestra
memoria, es decir:
Tenemos la percepción o visión de un pensamiento que
está acompañada por la comprensión y un sentimiento de unidad, de conocer al
ser. Para condensar lo anterior: Hemos de llegar
a conocer al ser superior primero a través del estudio y del amoroso interés
antes de comenzar a tener un recuerdo del ser superior. Según despertemos y nos
hagamos más conscientes y nuestro amor por el ser superior crezca, cuando
llegamos a estar tan unidos, tan en armonía con este ser que “pensamos como
uno”, ¡entonces estamos listos para conocer al ser suprasensiblemente! Este
encuentro significa que ya no somos el que éramos antes del encuentro. Hemos
tenido que cambiar para tener el encuentro, hemos tenido que hacernos uno con
este ser, y esta relación que hemos fomentado y desarrollado nos ha hecho
diferentes. Al ver el ser, nosotros por tanto, vemos también lo que hemos hecho
de nosotros mismos. Cómo hemos cambiado y en qué nos hemos convertido a través
de este encuentro.
Esto es lo que la Antroposofía desea
que hagamos. Ella nos dice: ¡Hombre, conócete a ti mismo a través de conocerme!
En los próximos
dos días describiré cómo tal encuentro suprasensible se ve facilitado mediante
el proceso Alquímico que uno experimenta cuando trabaja con la Meditación de la Piedra de Fundación; una
meditación que puede decirse que es la voz de la Antroposofía misma,
hablándonos.
Como el estudio es el primer paso hacia nuestro encuentro con el ser, nuestra primera conferencia nos planteará estas preguntas: ¿Quién es el ser de la Antroposofía? ¿Cuál
es su naturaleza y cuáles son sus tareas? Examinaremos a los Reyes Magos y a
los Pastores y cómo están unidos por la Meditación de la Piedra de Fundación a
través de un proceso Alquímico que elabora pensamiento, sentimiento y voluntad.
Nuestra segunda
conferencia considerará entonces este proceso Alquímico según asciende de nuevo
desde la voluntad hasta la vida del sentimiento y la voluntad, creando nuevas
fuerzas de cognición. Exploraremos cómo esto se relaciona con nuestra relación
con el ser de la
Antroposofía y cómo ella nos mueve a través de la Meditación de la Piedra de Fundación hacia
un encuentro con ella y a través de ella hacia un encuentro con el ser de
Cristo.
En nuestro
esfuerzo esotérico hay una advertencia que debemos tener en consideración. Esta
advertencia es doble: el primer aspecto de esta advertencia es que si hemos de
trabajar adecuadamente con la
Meditación de la
Piedra de Fundación, sólo podemos hacerlo en un estado de
consciencia completa, esto es, no debe convertirse en algo que hacemos de
memoria; el segundo aspecto de esta advertencia es que cuando nos embarcamos en
la búsqueda de conocimiento, lo hacemos creando verdaderas imágenes del
conocimiento que estamos recibiendo. Deberíamos llevar el conocimiento a la
sangre de nuestro corazón y permitirlo latir con el fuego del entusiasmo por el
bien de la verdad. Rudolf Steiner nos dice que es la llamada más profunda de la Antroposofía a
brillar en nuestras almas, la plenitud de la verdad, sólo si estamos abiertos a
ella. Así que abrámonos a la
Antroposofía y al ser que la guía, recordando siempre que
allí las experiencias espirituales son individuales y que yo estaré ofreciendo
una experiencia en las siguientes conferencias.
Sólo después de
tener en cuenta lo anterior podemos comenzar a abordar el asunto de este
misterio con la reverencia adecuada, aunque lo hagamos con titubeantes
palabras.
¿Quién es
el ser de la Antroposofía
y cuál es su relación con la
Meditación de la
Piedra de Fundación?
La
Meditación
de la Piedra
de Fundación
¡Alma humana!
Tú vives en los
miembros
que por el mundo
del espacio
te llevan en el
ser de los mares del espíritu:
Ejercita el
recordar espiritual
en lo hondo del
alma,
donde, en el
imperante
Ser creador de
los mundos,
se genera
el propio yo
en el Yo de Dios.
Y de verdad
vivirás
en la esencia
cósmico-humana.
Pues reina el
Espíritu Padre de las alturas
generando ser en
las profundidades de los mundos.
Serafines,
Querubines, Tronos,
haced que desde
las alturas resuene
lo que eco
encuentra en las profundidades
Esto dice:
Ex Deo nascimur.
Lo oyen los
espíritus elementales
en el este,
oeste, norte y sur;
¡Quieran los
hombres oírlo!
¡Alma humana!
Tú vives en el
latir del corazón y del pulmón
que, a través del
ritmo de los tiempos,
te conduce al
sentir de la propia esencia anímica:
Ejercita el
contemplar espiritual
en el equilibrio
del alma,
donde las fluctuantes
acciones del
devenir de los mundos
unen
el propio yo
al Yo cósmico;
y de verdad
sentirás
en el actuar
anímico humano.
Pues reina en
derredor la voluntad de Cristo
donando gracia a
las almas en los ritmos de los mundos.
Kyriotetes,
Dynamis, Exusiae,
haced que desde
oriente se encienda
lo que por
occidente cobra forma.
Esto dice:
In Christo morimur
Lo oyen los
espíritus elementales
en el este,
oeste, norte y sur;
¡Quieran los
hombres oírlo!
¡Alma humana!
Tú vives en la
cabeza en reposo
que, desde los
fundamentos de la eternidad,
te revela los
pensamientos cósmicos:
Ejercita la
visión espiritual
en la calma del
pensar,
donde los eternos
fines de los dioses
donan
luz de esencia
cósmica
al propio yo
para su libre
voluntad;
y de verdad
pensarás
dentro de los
fundamentos espirituales humanos.
Pues reinan los
pensamientos cósmicos del Espíritu
implorando luz en
el ser de los mundos.
Arcai,
Arcángeles, Ángeles,
haced que en las
profundidades se suplique
lo que en las
alturas es concedido,
Esto dice:
Per spiritum sanctum reviviscimus.
Lo oyen los
espíritus elementales
en el este,
oeste, norte y sur;
¡Quieran los
hombres oírlo!
En la transición
de los tiempos
entró la luz del
Espíritu de los Mundos
en la corriente
del ser terrenal;
Su dominio
perdieron
las tinieblas de
la noche;
la luz clara como
el día
resplandeció en
las almas de los hombres;
Luz
que da calor
a los corazones
pobres de los pastores
Luz que ilumina
las frentes
sabias de los Reyes.
Luz divina,
Cristo-Sol,
calienta nuestros
corazones;
ilumina nuestras
frentes;
para que sea
bueno
lo que de corazón
fundamos;
lo que, desde
nuestras frentes
certeramente queremos
conducir
Rudolf Steiner nos dice que en la historia de la evolución del mundo, los seres humanos han atravesado diversas condiciones durante diferentes fases planetarias. Estas fases planetarias las llamó Antiguo Saturno, Antiguo Sol, Antigua Luna, y Tierra. Él nos dice que nuestra evolución fue posible por los actos y sacrificios de seres espirituales superiores, que conforman nueve jerarquías en el mundo espiritual: Ángeles, Arcángeles, Archai, Espíritus de Forma o Exusiai, Espíritus del Movimiento o Dynamis, Espíritus de Sabiduría o Kyriotetes, Espíritus de Voluntad o Tronos, Espíritus de Armonía o Querubines y Espíritus de Amor o Serafines. Él nos dice que todas estas jerarquías actúan en nombre dela Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Cuando leemos la Meditación de la Piedra de Fundación desde
el primer párrafo hasta el último podemos ver que es una apelación al ser
humano para que comprenda el descenso desde Antiguo Saturno hasta el reino de
la materia, la Tierra,
y los seres que cooperaron en el desarrollo, no sólo de la tierra sino también del
ser humano mismo:
Cuerpo
· El cuerpo físico / Sistema
metabólico – Primer párrafo
· Cuerpo etérico / Sistema rítmico –
Segundo párrafo
· Cuerpo astral / Sistema nervioso y
sensorial – Tercer párrafo
Alma
· Voluntad / Alma consciente – Primer párrafo
· Sentimiento / Alma sensible –
Segundo párrafo
· Pensamiento / Alma racional – Tercer
párrafo
Yo – Cuarto
párrafo
Espíritu
· Semilla del Hombre Espíritu – Primer párrafo
· Semilla del Espíritu de Vida –
Segundo párrafo
· Semilla del Yo Espiritual – Tercer
párrafo
En el cuarto y
último párrafo se nos habla de la oscuridad de la noche y de cómo a través del
mal el hombre cayó más bajo de lo previsto, pero también se nos habla de cómo
el mismo Cristo ha descendido hacia la Tierra por medio de la luz Divina del Alma
Natánica para llevar a los seres humanos el poder de redimir esta caída en la
materia: primero para redimir el cuerpo físico y los doce sentidos para
permitir al ser humano permanecer erguido sobre sus miembros; segundo para
redimir el Cuerpo Etérico y los siete órganos para permitir el desarrollo del
habla; y tercero para redimir los tres aspectos del alma: pensamiento,
sentimiento y voluntad, haciendo posible que los seres humanos piensen. Estos
tres ennoblecimientos permitieron a la humanidad desarrollar libremente el
alma, pero para que la humanidad pudiera hacerlo era necesaria la sabiduría.
En la Meditación de la Piedra de Fundación se nos
dice que junto con este descenso de Cristo, la Luz del Espíritu de los Mundos, también estaba
descendiendo a la Tierra
la sabiduría de la Sophia
cósmica. Esta sabiduría prepararía a la humanidad para la Encarnación de Cristo
y descendería en dos corrientes: la corriente de lo superior/exterior y la
corriente de lo interior/inferior. Estas dos corrientes representaban las
diversas formas de adquirir el conocimiento. La sabiduría entonces, a través de
estas dos corrientes, buscaba crear las condiciones correctas para un
desarrollo de las fuerzas anímicas capaz de comprender el conocimiento radiante
como el día de Micael, la Inteligencia Cósmica acerca de Cristo. Cuando
Cristo encarnó en la Tierra,
el ser humano que era su recipiente, Jesús de Nazaret, era un representante de
estas dos corrientes, significando que a partir de entonces, el ser humano debe
aunar estas dos corrientes de sabiduría, que hasta el momento habían existido
en el mundo, en una única corriente para comprender libre y plenamente al
Cristo. Estas dos corrientes llegaron a conocerse como la corriente de los Reyes Magos y la corriente de los Pastores.
Echemos un
vistazo a cómo sucede esto. La grandiosidad de la Sophia Cósmica,
imposibilitó su descenso directo en el alma de la humanidad, esto significó que
otro ser tuvo que asumir la tarea de ser el mediador de esta sabiduría para el
hombre. ¿Quién fue este ser?
Rudolf Steiner habló por primera vez sobre el lugar de este ser en nuestros tiempos, algunos meses antes de la colocación de la
Piedra de Fundación para el primer Goetheanum. En su
conferencia inaugural en la
Primera Asamblea General de la Sociedad Antroposófica
en 1913(ver Nota 3),
él dijo a los Antropósofos que tenían que pensar en la “Antroposofía” como un
ser vivo, un ser con una evolución y una biografía.(ver Nota 4) En
una conferencia diferente (ver Nota 5) él
indicó que la
Antroposofía era un ser humano invisible, cuyo destino y
camino iban a la par de los de la humanidad, sólo que en una forma acelerada.
Se nos pidió entrar en relación con este ser, ir a él con todas nuestras
preguntas, nuestras esperanzas y nuestros miedos, que nosotros, como
Antropósofos, no deberíamos hacer nada antes de consultar a este ser.
¿Pero quién era este
ser ilusorio, cuál era su naturaleza y cuáles han sido y siguen siendo sus
tareas? Rudolf Steiner nos dió indicaciones de que en el comienzo, la Antroposofía tenía la
naturaleza de un ser Arcangélico; que era de la misma sustancia que Micael y
“desarrollada en concordancia no con las leyes terrenales, sino con las leyes
solares” (ver Nota 6).
Esto sugiere que la
Antroposofía poseía la naturaleza de un arcángel y en este
caso de lo que recogemos de las conferencias de Steiner sobre los Cuatro
Sacrificios de Cristo, esta también era la naturaleza del Alma Natánica.
¿Qué significa esto?
Echemos un vistazo al Alma Natánica. El Alma Natánica era aquel ser compuesto
de los éteres vírgenes o no caídos: el Éter Químico y el Eter de Vida de Adán.
En Adán, el Alma Natánica había atravesado las cuatro etapas planetarias de
Antiguo Saturno, Antiguo Sol, Antigua Luna y una parte de nuestra etapa actual,
la Tierra,
pero fue en la Tierra,
durante los tiempos de Lemuria, antes de que Jehová insuflara el espíritu del
ego rudimentario en el hombre, cuando estas fuerzas se separaron de Adán.
Alma
Natánica = Éter Químico y Éter de Vida del Adán Terrenal
Como estas fuerzas fueron separadas antes
de que se le otorgara a Adán el ego, estas fuerzas se preservaron antes de los
efectos de la “Caída” y el descenso en la materia. Este ser fue elevado y se
nos dice que fue protegido entonces en la Logia Madre de la Humanidad, en la Logia Solar o la
esfera del Sol.(ver Nota 7) El
Alma Natánica por tanto se relaciona con los Arcángeles(ver Nota 8)
porque el cuerpo etérico anterior a la
Caída es de sustancia similar a la del Espíritu de Vida
(Cuerpo Etérico/Budhi espiritualizado), que sólo lo han obtenido plenamente los
Arcángeles (ver Nota 9).
El Alma Natánica tuvo, por tanto, una afinidad con la esfera de los Arcángeles
a través de la encarnación de las Leyes Solares, igual que la Antroposofía.
La afinidad existe porque la Antroposofía era una
imagen especular del Alma Natánica, aquel aspecto que se separó de Eva. (ver Nota 10)
Los Alquimistas la llamaban la
Eva Celestial o la gemela celestial. (ver Nota 11)
Eva Celestial (Antroposofía) = Éter Químico y Éter de
Vida de la Eva Terrenal.
Ahora Rudolf Steiner nos dice con respecto al Alma Natánica que estas fuerzas anteriores a la Caída pasaron a estar bajo
la custodia del Arcangel Solar Micael, el más elevado de todos los Arcángeles
del Sol. Fue esta relación espiritual entre el Alma Natánica y el Arcángel
Micael lo que permitió que el Alma Natánica se convirtiera en el portador del
Ser de Cristo en el cosmos, que fuera Su envoltura durante el descenso
sacrificial hacia la Tierra,
primero en la esfera del Sol como una estrella, desde la esfera de las
estrellas a la esfera del Sol como un planeta y después hasta la esfera de la Luna. Ahora bien, es
lógico que para seguir a Cristo en su descenso sacrificial, el Alma Natánica no
sólo tuviera que sacrificar su naturaleza Arcangélica sino también su
naturaleza Angélica(ver Nota 12)
cuando Él encarnó en un cuerpo físico como un ser humano sobre la Tierra, el Jesús del
Evangelio de Lucas. Él entonces participó en el cuarto sacrificio de Cristo: el
Misterio del Gólgota, donde sacrificó su cuerpo humano.
La Eva Celestial tuvo un destino similar. Ella tuvo la tarea de convertirse en el recipiente o
portador de las fuerzas de otro sublime ser del cosmos en su camino hacia la Tierra: las fuerzas
unificadoras de la
Divina Sophia. De la misma forma que el Alma Natánica fue la
portadora de la fuerza masculina individualizadora del universo: el Verbo, el
extraordinario y poderoso ser macrocósmico de Cristo, la Eva Celestial tuvo
la tarea de portar la
Inteligencia femenina unificadora del universo: la Sabiduría del poderoso
Ser Macrocósmico de Sophia.
Alma Natánica – Masculino – Portador de Cristo
Eva Celestial – Femenina – Portadora de Sophia
Para cumplir esta
tarea ella tuvo que hacer su descenso a la Tierra como el Alma Natánica, realizando
sacrificios. Ella, también, descendió de la elevada esfera solar donde tenía su
“hogar”, sacrificando su naturaleza Arcangélica para entrar en la esfera de los
Ángeles (donde ella se convirtió en el miembro más bajo del ser sobornal(ver Nota 13)
de la Divina Sophia).
Finalmente ella sacrificó su naturaleza Angélica, para convertirse en un ser
humano. Pues Rudolf Steiner nos dice que en su tiempo ella era un ser humano
suprasensible, y en la evolución terrenal la etapa de ser humano sólo puede
alcanzarse al encarnar en un cuerpo físico. Así en el punto de inflexión de los
tiempos la Eva Celestial
tuvo una breve encarnación junto con el Alma Natánica. Ella fue la María del Evangelio de Lucas,
que dio a luz a su gemelo celestial, el Jesús del Evangelio de Lucas. ¿No es
hermosa esta imagen, los dos gemelos celestiales viniendo juntos de esta
manera?
Micael, como el
más poderoso hijo de Sophia, que participó en los sacrificios del Alma
Natánica, también participó en los sacrificios de la Eva Celestial según
descendía hacia la Tierra.
La diferencia aquí es que el descenso de la Eva Celestial no
sucedió en el macrocosmos, en vez de ello, fue un descenso que sucedió por
medio del alma humana microcósmica.
Descenso del Alma Natánica – Macrocósmico
Descenso de la Eva Celestial – Microcósmico
¿Por qué fue necesario que Micael siguiera este descenso? Rudolf Steiner nos dice que el Arcángel
Micael era el guardián de la sustancia que la Sophia Celestial
había creado en nuestro cosmos desde arriba, desde la esfera de los Espíritus
de Sabiduría, hacia abajo.(ver Nota 14)
¿Cuál es esta
sustancia? Esta sustancia creada por la Sophia Celestial
comprende todo el conocimiento, todas las conversaciones y comunicaciones, los
pensamientos creativos del mundo intercambiados entre seres superiores
relativos al significado completo del Ser de Cristo y de Sus actos para toda la
evolución terrenal, pasada, presente y futura. Esto es a lo que se refiere la Ciencia Espiritual
como la
Inteligencia Cósmica de Cristo y la Meditación de la Piedra de Fundación como la
“Luz Radiante como el Día“ de Micael. Fue tarea de Micael administrar esta
Inteligencia hasta que llegara el momento de entregar o sacrificar su dominio a
la humanidad, cosa que sucedió desde el momento del Misterio del Gólgota.
Para preparar a los seres humanos para el sacrificio de Micael de la Inteligencia Cósmica,
la Eva Celestial
descendió a la Tierra
llevando la
Sabiduría Celestial, la Luz del Espíritu de los Mundos, a las almas
humanas que pertenecían a las corrientes de los Reyes Magos y de los Pastores,
para preparar la facultad del pensamiento lógico, necesaria para recibir y también comprender la Inteligencia Cósmica de Cristo, pero también para
facilitar, como la María
del Evangelio de Lucas, el nacimiento del vehículo humano para el Espíritu de
Cristo: Jesús.
Podemos marcar su
preparación para el descenso de Cristo a través de su propio descenso al alma
humana, en las diversas envolturas anímicas elaboradas en los tiempos
Egipcio-Caldeo-Greco-Romanos y en nuestros propios tiempos Anglo-Germanos: el
Alma Sensible, el Alma Intelectual, y el Alma Consciente respectivamente. El
Ser mencionado inspira el “pensamiento Creativo” en el desarrollo del Alma
Consciente. Esta es una consciencia de los impulsos de la voluntad creativa,
una sabiduría consciente o fuerza moral que lleva a cumplimiento la perfección
del alma entera a través de la unificación de las dos corrientes de sabiduría
de los Reyes Magos y de los Pastores en el ser humano. Estudiemos con mayor
atención estas Corrientes.
La Corriente de los Reyes Magos fue la corriente del Norte. Los iniciados de esta corriente contemplaban
las vastedades del mundo astral y experimentaban allí una memoria expandida de
lo que habían experimentado en el tiempo antes del nacimiento, esto es, durante
el tiempo después del momento central (medianoche) en el tiempo entre la muerte
y el nuevo nacimiento. Por esta razón los misterios pertenecientes a esta
corriente se llaman los Misterios del Nacimiento. Estos eran los misterios
extáticos de los adoradores del Sol. La corriente de los Pastores era la
corriente del Sur. Los iniciados de esta corriente se contraían en el alma por
debajo del nivel del pensamiento para observar, por medio del cuerpo etérico,
la corriente kármica de los sucesos que ocurrían en el tiempo tras la muerte,
es decir, antes del momento central (medianoche). Por esta razón los misterios
pertenecientes a esta corriente se llamaban los Misterios de la Muerte. Estos fueron
los misterios del Sueño en el Tempo de los adoradores de la Luna.
Misterios del Nacimiento – Reyes Magos
Misterios de la Muerte – Pastores
La unificación de
estas dos corrientes de misterios sucedió en el punto de inflexión de los
tiempos, cuando el Jesús Salomónico (Zaratustra), el mayor representante de la Corriente Nórdica
se unió con el Jesús del Evangelio de Lucas (Alma Natánica), el representante
de la corriente Sureña de Buda. Juntos fueron conocidos como Jesús de Nazaret.
¿Qué ha sido de las tareas de las dos corrientes desde
el Misterio del Gólgota? Desde el Misterio del Gólgota, la
corriente de los Reyes Magos, la corriente de la percepción espiritual exterior
relacionada con los antiguos Misterios del Nacimiento se dirigió hacia el
interior, se contrajo, y con el tiempo se convirtió en “el mundo árido,
matemático-geométrico” del pensamiento que el hombre moderno extrae de su alma.
Geometría y Matemáticas = Imaginación Contraída
interiormente de los pensamientos de los Dioses, Antiguos Reyes Magos. Después
del Misterio del Gólgota el sendero de pensamiento de la contemplación interior
meditativa de los Pastores salió al exterior para convertirse en la árida forma
de mirar la naturaleza: la
Ciencia Natural.
Ciencia Natural=Inspiraciones Expandidas Exteriormente
del sentimiento y de la voluntad de los Dioses, Antiguos Pastores. Las
fuerzas de los antiguos Reyes Magos, los misterios del Nacimiento, que se
convirtieron en las áridas matemáticas y las fuerzas de los antiguos Pastores,
los misterios de la Muerte,
que se convirtieron en la
Ciencia Natural (ver Nota 15)
pueden redimirse sólo tras el Kali Yuga y la revelación de la Antroposofía en la Tierra, que permitió una
transformación consciente y libre del alma.
Rudolf Steiner no sólo nos dio la renovación de los antiguos misterios, los antiguos caminos iniciáticos del Nacimiento y la
Muerte en la Ciencia Espiritual, un cuerpo de trabajo que
comprende numerosas conferencias y libros, sino que también realizó dos actos
de Misterio que sellaron la revelación de los nuevos misterios en el mundo
físico:
La colocación de la Piedra de Fundación con
forma de doble dodecaedro en el suelo del Primer Goetheanum, el Templo del
Verbo, el Templo de la Verdad,
el edificio de la
Antroposofía, en septiembre de 1913.
La colocación de la Piedra de Fundación de Amor
suprasensible, para el edificio del Templo suprasensible de la Antroposofía, el
corazón etérico en el alma humana en la Conferencia de Navidad de 1923-24.
En la colocación
de la Piedra
de Fundación del Primer Goetheanum Rudolf Steiner dio a los Antropósofos el
Padrenuestro Macrocósmico que fue una plegaria de la humanidad a todas las
jerarquías para la redención de los cuerpos físico, etérico, astral y yo, que
fue respondida como vimos arriba, cuatro veces por el ser del Alma Natánica:
una vez cuando se ofrendó como vehículo a Cristo en su descenso a la Tierra para redimir los
doce sentidos en el Cuerpo Físico; una segunda vez cuando se ofrendó a Cristo
para redimir los siete órganos del Cuerpo Etérico; una tercera vez cuando se
ofrendó a Cristo para la redención del Cuerpo Astral: pensamiento, sentimiento
y voluntad; y finalmente cuando se ofrendó una cuarta vez para la redención del
yo humano en el Misterio del Gólgota.(ver Nota 16)
Estos sacrificios sucedieron en el primer caso en la esfera de los Serafines,
Querubines y Tronos, la esfera de las estrellas, en el segundo caso en la
esfera de los Kyriotetes, Dinamis y Exusiai, la esfera de los planetas, en el
tercer caso en la esfera de los Archai, Arcángeles y Ángeles, la esfera de la Luna, y finalmente uniéndose
a la humanidad en la Tierra
en el cuarto caso en el Punto de Inflexión del Tiempo.
Rudolf Steiner
también incorporó en la arquitectura del Primer Goetheanum una renovación
artística completa de los antiguos misterios del Nacimiento y la Muerte pertenecientes a los
antiguos Reyes Magos y los antiguos Pastores, alcanzada a través de la síntesis
y entretejido de formas musicales, de color y luz, que sólo pudo haber sido
posible gracias a la ayuda del Espíritu Santo.(ver Nota 17)
Traducido por Luis Javier Jiménez
Equipo Redacción Revista BIOSOPHIA
– Parte II, los Procedimientos de la Conferencia) 25 de diciembre de 1923
[2]Rudolf Steiner, Berlín, 5 de febrero de 1918
[3] Rudolf Steiner, The Being of Anthroposophis (El Ser de la Antroposofía) Berlín,
3 de febrero de 1913
[4] Rudolf Steiner, conferencia del 25 de diciembre de 1923
[5] Rudolf Steiner, The Anthroposophic Movement Lecture Seven (El Movimiento
Antroposófico, Conferencia Siete), Dornach, 16 de junio de 1923
[6] “Entonces al considerar cómo esto ha evolucionado de filósofo en filósofo nos
decimos: en el interior hay activas, no fuerzas terrenales, ¡sino solares! Las
leyes que en aquel tiempo prevalecían entre los Espíritus de la Sabiduría y los
Arcángeles salen a la luz de nuevo sobre la Tierra en la búsqueda filosófica de la sabiduría”.
Rudolf Steiner, Perception of the Nature of Thought, Sun Activity in Earthly
Evolution (La Percepción
de la Naturaleza
del Pensamiento, la
Actividad Solar en la Evolución Terrenal)
GA 161.
[7] Rudolf Steiner, conferencia del 30 de diciembre de 1913, en relación con el
alma Paradisíaca de Eva o la
Eva Celestial ver Sergei O Prokofieff Heavenly Sophia and the
Being of Anthroposophia (Eva Celestial y el Ser de la Antroposofía), página
246.
[8]
Rudolf Steiner, Los Cuatro Sacrificios de Cristo.
[9] Sergei O Prokofieff, El Ciclo Anual como Camino de Iniciación, página 46 (de la
edición inglesa)
[10] Se pueden encontrar
más detalles de esto en las conferencias de la autora, pronunciadas en Los
Ángeles, agosto de 2006, tituladas: Heavenly Eve and
Earthly Eve and the Mystery of Isis, Mary, Sophia and the Being of
Anthroposophia (Eva Celestial y Eva Terrenal y el Misterio de Isis, María,
Sophia y el Ser de la
Antroposofía).
[11] Idem.
[12] Rudolf Steiner,
conferencia del 30 de diciembre de 1913
[13] significa: aquel ser que está hecho de seres subordinados
[14] Sergei O. Prokofieff , Heavenly Sophia and the Being of Anthroposophia (Sophia Celestial y el Ser de la Antroposofía),
página 77
[15] Rudolf Steiner, The Search for the New Isis (La Búsqueda de la Nueva Isis).
[16] Rudolf Steiner, conferencia en Basilea, el 2 de junio de 1914, Ga 152 y conferencia del 24 de junio de 1909, GA 112
[17] Ver Sergei O Prokofieff, Rudolf Steiner and the founding of the New Mysteries (Rudolf Steiner y la Fundación
de los Nuevos Misterios), Capítulo 4, página 238 en adelante.
excelente!!!