Petróleo en crisis
Muchos son los indicadores que respaldan, afirmativamente, una próxima crisis energética planetaria derivada del agotamiento y del alto consumo de combustibles fósiles, y muy particularmente los que proceden del petróleo. En los últimos meses han comenzado a surgir voces de alerta por parte de organismos internacionalmente reconocidos en el sentido de que estos combustibles han comenzado a ser escasos, y sin embargo y por el contrario, la demanda es cada vez más creciente. El G8, el grupo de los 25 y la Agencia Internacional de la Energía en reuniones recientes lo admiten, y advierten que es un proceso en el curso del cual los gobiernos deberían de activar medidas urgentes, en especial con respecto al petróleo. Una opinión mas reciente en tal sentido es la el propio FMI (Fondo Monetario Internacional) concluyendo sobre una probable recesión internacional derivada de una crisis energética mundial.
En la misma dirección está el recién firmado Acuerdo de Inversión para Investigación Científica e Industrial sobre nuevas Energías, asignando y aprobando fondos económicos específicos; se trata del proyecto de producción de Energía por Fusión Nuclear (sobre isótopos de Hidrógeno) en el que participan: la Unión Europea y otras grandes potencias, como EE.UU, Japón, Canadá, China y Australia, lo cual es un importante impulso hacia "Energías mas limpias", que se llevaría a cabo en laboratorios ya existentes en Francia, estimando su entrada en actividad productiva dentro de un plazo de 10 años.
Hasta ahora este tipo de información se ha mantenido oculta deliberadamente a fin de no alterar los procesos económicos y financieros en vigor, evitando así el pánico que pudiera desestabilizar el sistema económico mundial y los objetivos trazados por todos los gobiernos e instituciones económicas internacionales por medio y a través de grandes crisis sociales.
Etilología y ética de la crisis
Reflexionando un poco podemos concluir como han sido muchos los millones de años los que han empleado el Sol, nuestro Planeta, y toda la madre Naturaleza accionando a los elementales que intervienen en el proceso de los fósiles para que los veamos convertidos en combustibles, y como tal energía ha sido uno de los principales impulsores en el proceso evolutivo de nuestra actual civilización; y sin embargo no hemos tardado mucho tiempo en consumirlos aceleradamente a partir de la revolución industrial, y especialmente durante los últimos 100 años.
Por encima de cualquier alarmismo o alineamiento profético, debemos en esencia reconocer que efectivamente, se trata de una realidad latente que exige de todos nosotros un profundo análisis y observación, a fin de ampliar los criterios sobre el tema y especialmente encaminada hacia una real adopción de cambios, hábitos y toma de conciencia sobre el uso abusivo que hacemos de los recursos energéticos, la dependencia que de ellos tenemos en cualquier ámbito económico del mundo actual, y en todo caso reflexionar sobre el hecho de que se trata de recursos no renovables que además de traer progreso a la humanidad también producen aceleradamente el deterioro del Planeta que habitamos, del cual nuestros hijos y nietos serán los herederos.
Nada nos excluye en responsabilidad ante el Universo y sus Leyes, de todo lo concerniente a la actividad humana y planetaria, especialmente cuando se trata de procesos irreversibles generados por nuestro proceder. Si algún sentimiento de culpa nos motiva, debemos asumir que es un deber exigir de nuestros gobernantes medidas, métodos, prevención y una administración equilibrada de los recursos naturales.
Es preciso constatar que no es del empleo de los recursos de lo que debemos culpabilizarnos, sino del mal uso, desequilibrado, y de la poca o casi ninguna previsión futura que hacemos de los mismos y/o como finalmente los restituimos al Planeta.
Mas allá de las incidencias en el cambio climático de nuestro Planeta, derivados de los desechos producidos por el consumo de combustibles, estamos hablando de un fenómeno que podría traer una desestabilización, e incluso paralización, de los sistemas industriales de producción, y como consecuencia, involucra decisivamente todo el sistema económico y financiero mundial, de la sociedad tecnológica a la que nos hemos acostumbrado a habitar.
Adentrándonos en este tema, constatamos que existen estudios económicos fehacientes que establecen que "La era del petróleo fácil se ha acabado". La carestía alcanzada hasta la fecha nos evidencia escasez o exceso de demanda. Desde la invasión de Iraq su precio se ha más que triplicado y su ascenso es continuo, sin producirse una estabilización de este proceso, e incluso hay sectores que afirman que es imposible un retroceso en los precios.
Mirando hacia el futuro, a no muy largo plazo, podemos vislumbrar que a medida que el petróleo no pueda cubrir la demanda global, habrá importantes sectores de la economía mundial que quedarán desabastecidos, y como es lógico y en primer lugar los países con menores recursos o empobrecidos serán los mas afectados, y luego, aquéllos que tienen mejor posición económica a través de reservas y divisas, pero que ineludiblemente seguirán la misma suerte. Inclusive, puede llegar un momento en que el actual sistema económico y financiero experimente un colapso, pues está creado sobre la base de los intereses del capital, cuyo principal fundamento es el crecimiento de las economías y desarrollo industrial, que a su vez se basa y necesita de los recursos naturales para subsistir.
Evidentemente, la explotación y dependencia desmesurada de los recursos petrolíferos trae como consecuencia escasez, hasta llegar al agotamiento de los mismos, en este punto y al no existir suficiente previsión y/o sustitutos, se produciría una crisis que afectaría a todo el sistema económico internacional y a sus mercados financieros, y por ende, su derrumbe podría causar una grave crisis social de proporciones imprevisibles.
Sin lugar a dudas, el petróleo ha contribuido en el desarrollo tecnológico de la actual civilización, aportando descubrimientos con grandes y notables adelantos en todos los ámbitos de su aplicación, en todo tipo de industrias e infraestructuras e incluso en la medicina. Nuestra sociedad y todo el actual modo de vida (sociedad que llamamos moderna y civilizada) se sustenta en el uso intensivo del petróleo en todos los procesos productivos. El mundo entero se mueve basado en este recurso convertido en combustibles, aceites, plásticos, textiles… toda la industria, minería, aeronáutica, electricidad, transportes, construcción, turismo, agricultura, pesca, ganadería, etc. Uno de los notorios y preocupantes ejemplos de esta dependencia lo tenemos en la producción comercial de alimentos provenientes de la agricultura; este sector económico necesita del "oro negro", en regadíos a través de bombas de agua, maquinarias de cultivo tractores y cosechadoras; envasado, deshidratación o refrigeración de alimentos, para llegar a su distribución final mediante buques mercantes o camiones, sin olvidar que el petróleo en sus derivados, es también necesario para fabricar los fertilizantes (químicos), insecticidas y conservantes que forman parte del proceso productivo alimentario.
Lo anterior nos demuestra que Somos hoy por hoy una civilización en extremo dependiente de este "vital combustible energético" y/o sus derivados. Pocas cosas hay que no lo necesiten directa o indirectamente. Es hora en que asumamos que el petróleo es un recurso no renovable y en vías de extinción.
Fundamentos y Síntomas de Crisis del Petróleo
Todo pozo petrolífero tiene un periodo de vida útil, y por tanto, la producción mundial también. Cuando se inicia la explotación de cualquier pozo, al principio de la misma, la producción aumenta rápidamente, liberando el líquido contenido a presión y generando con poco esfuerzo cantidades cada vez mayores. A medida que pasa el tiempo la producción pierde fuerza alcanzando su "máximo" (Cenit) a partir del cual se reduce ("declive") hasta agotarse. Lo mencionado se describe gráficamente mediante una curva en forma de campana que se conoce como la "Curva de Hubbert" (1959), que nos muestra que cuando se ha alcanzado el "Cenit del petróleo" o punto de máxima producción, significa que se ha extraído la mitad del petróleo existente al inicio de la explotación, y una vez pasado este "Cenit" se produce el descenso, en cuyo momento la curva comienza a adquirir forma de campana, poco a poco al principio, hasta caer rápidamente, en cuyo punto ya contiene muchos residuos y no compensa su extracción.
Este sistema de medición, establece que el máximo de producción Mundial de petróleo per cápita, se alcanzó en 1979, a partir de esta fecha significa que el petróleo disponible por habitante se está reduciendo año tras año. Sin embargo, en los países ricos o desarrollados el consumo energético sigue en aumento para mantener sus crecimientos económicos anuales en torno al 2-3 %. El consumo Mundial de Petróleo a partir de los años ochenta comenzó a superar al que se descubre, diferencia que ha ido en aumento hasta una proporción actual en la que por cada barril descubierto en el mundo, se consumen cuatro.
¿Estamos ya en el Cenit Mundial?
Los expertos no logran definir con exactitud la fecha del "Cenit" de la producción Mundial, y no es fácil ya que la producción varia cada año. No se sabrá que hemos sobrepasado el Cenit hasta unos 3 o 4 años después de haberlo superado; los geólogos estiman su culminación en la presente década. Las opiniones más fiables lo sitúan en algún momento entre los años 2004 y 2010. Tampoco se pueden conocer con exactitud las reservas de algunos de los principales países productores, aunque probablemente son menores que las publicadas oficialmente por sus gobiernos, pues en los años 80, las aumentaron sin base científica para poder acceder a mayores cuotas anuales de producción, y éstas se asignaban según las reservas que tuviese cada país. Conocer la fecha exacta del ese cenit no es lo que más preocupa a los expertos, pues según los geólogos el hecho significativo es que los cálculos de Hubbert se van cumpliendo y ya estamos en los años en los que la producción mundial no se va a poder incrementar significativamente, y que en los próximos años empezará a disminuir.
La realidad de nuestros días es que la demanda está experimentando una fuerte expansión, especialmente por el gran crecimiento económico e industrial de China e India, cuyas poblaciones suman ya mas de 2.300 millones de personas.
A medida que el cenit del petróleo se va haciendo más acuciante, también aparecen más informaciones sobre la crisis energética y se van sucediendo manifestaciones de científicos y personas vinculadas al mundo de la energía y del petróleo, como las del banquero de inversiones energéticas Matthew Simmons, cercano a la administración Bush, quien afirmó que “la situación es desesperada, y que ésta es la cuestión más seria del mundo (…) sin la energía, no tendremos agua, alimentos, ni sistema de salud sostenibles….”, o las del propio Secretario de Energía norteamericano, Spencer Abraham , quien aseveró "que EE.UU. se enfrentará a una gran crisis de suministro de energía en las próximas décadas. El fracaso para encarar este desafío amenaza su prosperidad económica, la seguridad nacional y alterará sustancialmente su modo de vida".
Una cosa está clara: la era del petróleo fácil se ha acabado. Lo que hagamos a partir de ahora determinará nuestro éxito en responder a las necesidades energéticas del mundo entero durante este siglo y los siguientes.
Después del Cenit o descenso de la Curva de Hubbert
Tras el cenit cabe esperar acontecimientos poco alentadores: Según el Profesor Richard Heinberg, si seguimos las leyes del mercado, cuanto más demanda a la oferta de petróleo más alto será su precio. No sólo eso, a medida que el petróleo no pueda cubrir la demanda, habrá lugares y sectores de la economía mundial que quedarán desabastecidos. Podría llegar un momento en que el sistema financiero experimente un colapso, pues está creado sobre la base de los intereses del capital, que a su vez es la base del crecimiento de la economía. El derrumbe económico y de los mercados financieros podría causar una grave crisis social: subida de los precios de los combustibles; aumento del costo de la vida; aumento de las hambrunas, comenzando por los países pobres; guerras “preventivas” para apoderarse de los recursos en áreas ricas; derrumbe económico y caos creciente afectando a todo el globo, y tras un período de tiempo se alcanzará una re-estabilización, con una menor población mundial (…) que podrá repartirse los recursos restantes".
Algunos de esos acontecimientos podrían estar empezando a manifestarse de forma más o menos clara en algunas zonas del mundo. Muchos especialistas consideran que estamos viviendo las primeras fases del colapso del petróleo, que está afectando de forma cada vez más clara a la economía norteamericana que, según diversos autores podría experimentar una recesión a lo largo de los próximos meses.
Las Posibilidades de soluciones ante el Cenit
Es evidente que para retrasar este fenómeno y la caída de la producción, los primeros pasos deberían encaminarse hacia el ahorro energético masivo, la búsqueda y descubrimiento de nuevos yacimientos y en definitiva hacia la progresiva sustitución del petróleo por otras fuentes de energías. Lo cierto es que en los últimos tiempos, ni siquiera las fuertes alzas de los precios del crudo logran detener el incremento de la demanda, tampoco se han incrementado inversiones en exploración, ni se implementan suficientes medidas alternativas de sustitución del petróleo.
De entre las citadas medidas el "Ahorro Energético" es aparentemente la más inmediata y sencilla de aplicar, pero no está exenta de dificultades: No se puede disminuir el consumo de forma significativa en actividades básicas del sistema productivo, como es el caso de la agricultura y transportes de mercancías. Si el gobierno de algún país o algún partido político de fuerza informara a sus ciudadanos, sobre la realidad del "cenit del petróleo" perdería confianza y apoyo de los electores que solo quieren escuchar las palabras "progreso", "crecimiento" y "bienestar."
Por otra parte, ningún gobierno puede oponerse a las políticas conjuntas de los países e instituciones con los que existan acuerdos internacionales, espacios y objetivos económicos comunes, incluyendo, los intereses de las corporaciones empresariales que operan en sus países, las mismas que en sus operaciones se valen de los altos niveles de consumo de los ciudadanos y por ello les incentivan hacia esos objetivos a fin de obtener resultados económicos cada vez más favorables.
Las agencias de noticias y medios de comunicación cuentan entre sus inversionistas con poderosas empresas multinacionales, que a su vez tienen inversiones en los sectores energéticos, y si informasen con claridad sobre el "cenit del petróleo" y sus consecuencias, se perdería la confianza en la solidez de la economía produciendo la caída de inversiones en bolsa y el derrumbe del sistema financiero. Por tanto, cuando en ocasiones lo hacen, se refieren a las "Energías del Futuro" con matices que impiden concienciar a la población, manteniendo un sentido de seguridad que no corresponde a la realidad y contribuyendo de esta forma a promover el aumento del ya elevado nivel de consumo energético actual.
Nuevos yacimientos y explotación de otras fuentes de energía no convencionales.
Es de notoria trascendencia que las grandes compañías petroleras llevan años disminuyendo las inversiones en exploración, creación de refinerías o fabricación de nuevos buques petroleros. Lo cual viene a evidenciar que, probablemente, se deba a que éstas saben que no queda suficiente petróleo por descubrir, refinar o transportar. También es de tener en cuenta que desde que se descubre un campo petrolífero hasta que se comienza a producir se necesita un periodo de entre 4 a 6 años, de tal forma que si se descubriera algún gran yacimiento el tiempo puede ser insuficiente para cubrir la escasez inminente, y aún más, habría que esperar construir nuevos barcos petroleros y refinerías necesarias, lo cual tampoco se hace de un año para otro.
Los últimos años en esta década pueden ser críticos, ya que, las previsiones de apertura de nuevos campos de petróleos es mínima e insuficiente para compensar los declives de las explotaciones más antiguas, como actualmente está sucediendo.
Respecto a "Otras fuentes de energía": Si bien es cierto, las energías llamadas "renovables" o "limpias" pueden complementar a las tradicionales en la producción de electricidad, aún no se dispone de ninguna fuente capaz de sustituir a las del petróleo como combustible para el transporte. Si el "Cenit del petróleo" se produjera entre las 2 primeras décadas del siglo XXI deberíamos contar con la posibilidad técnica para una rápida sustitución o adaptación de los vehículos de transporte del planeta -estamos hablando de mas de 800 millones de automóviles, además; de aviones, barcos, etc.- para que pudiesen funcionar con una nueva fuente de energía, y más aún, se tendrían que desarrollar las infraestructuras para la producción, distribución y transporte de estas nuevas fuentes de energía en todo el mundo…
Actualmente, las fuentes de energía basadas en recursos no renovables como el gas, petróleo, carbón y fisión nuclear, junto a sus graves problemas de contaminación; aportan el 86 del consumo de energía global, de entre ellas el petróleo, cubre el 35% del total y más del 90% de la energía que se utiliza en los transportes.
La intervención de los Gobiernos
En apariencia los países más poderosos del planeta, a través de sus gobiernos, no nos dan muestra o no difunden las medidas de adaptación de sus economías a la realidad energética marcada por las estadísticas de la curva de Hubbert, mas bien al contrario, las promesas y premisas con sus electorados, siguen siendo el "crecimiento económico" como la principal base para el desarrollo de sus políticas, como si nada estuviera ocurriendo, olvidando que, paralelamente y aunque se hayan logrado avances importantes en la eficiencia energética, cualquier "crecimiento económico" necesita de altos incrementos en el consumo de energía.
Actualmente, muchos países productores o involucrados en las explotaciones de petróleo, han conseguido mantener sus crecimientos económicos forzando los mecanismos de explotación de recursos energéticos, en particular los yacimientos de petróleo, y estas políticas favorecen que la producción se mantenga en su punto mas alto por un tiempo, para luego caer aún mas bruscamente. Durante un tiempo se puede satisfacer la demanda con la sensación de que queda suficiente reserva en los pozos, cuando en realidad lo que sucede es un agotamiento acelerado de los mismos.
En las últimas décadas ha habido muchas guerras, en las que se involucran directa o indirectamente las grandes potencias, relacionadas con el control de las principales reservas de petróleo y gas natural existentes en el Planeta. Ahora, en el comienzo del siglo XXI nuestra especie humana se ve enfrentada a los problemas y retos que se venían advirtiendo desde hace décadas. El cenit del petróleo es el más inmediato y, al parecer, será este problema el primero en poner a prueba el sistema basado en el crecimiento económico y nos marca el inicio de los tiempos en que la humanidad se verá enfrentada al progresivo agotamiento de muchos de los recursos básicos, y en resumidas cuentas, a los límites de crecimiento en un espacio también limitado que es nuestro Planeta.
En la Historia de la Humanidad, se encuentran varios ejemplos de civilizaciones muy avanzadas que sucumbieron cuando excedieron los límites en el consumo de los recursos en que basaban su desarrollo, y sin embargo en nuestra actual sociedad tecnológica nos movemos convencidos de que no nos sucederá algo parecido, ya que, la tecnología podrá resolver todo, pero lo cierto es que ésta necesita de la energía para desarrollarse, ya que, por si misma no puede "crear" energía. Las tecnologías y la abundante energía fácil y barata nos han proporcionado el disfrute de comodidades y medios, que nos impiden ver la poca distancia que separa el actual nivel de vida de los países mas adelantados, con relación al que existía en los inicios de la humanidad en la "Edad de Piedra", y es así que bastaría con un corte permanente en los suministros de electricidad y de carburantes, para plantearnos su magnitud.
¿Cuál ha de ser nuestra actitud ante la crisis del Petróleo?
Retornamos a la reflexión planteada al principio de este articulo: Nada nos excluye en responsabilidad ante el Universo y sus Leyes, así como de todo lo concerniente a la actividad humana, planetaria y sus procesos evolutivos, y especialmente cuando se trata de procesos irreversibles generados por nuestro proceder. Y es el legado que dejaremos a los próximos habitantes, empezando por nuestros propios hijos, y, probablemente, a nosotros mismos en una nueva encarnación: un Planeta agotado, esquilmado, contaminado… casi destruido. Por tanto, debemos asumir el deber primordial de exigir de nuestros gobernantes medidas y métodos de prevención, nuevas alternativas y una administración equilibrada de los recursos naturales, toda vez que nuestro voto establece cuáles serán las políticas a aplicar en este u otros temas.
Indudablemente, tarde o temprano estaremos obligados a asumir los cambios impuestos por la propia Madre Naturaleza y la del fenómeno planteado. En nosotros está enfrentar el tema con la menor brusquedad posible, a través de medidas y cambios con rigor, incluso en nuestros actuales hábitos, sabiendo que su adopción será siempre de transición y un mero paliativo, ante una eventual crisis.
Estas medidas, dada su complejidad, exigen un profundo análisis con amplio criterio y por encima de todo consciencia, a sabiendas de que cualquier tipo de medidas no estarán exentas de impopularidad y dureza el asumirlas, ya que, por ejemplo, básica y necesariamente implicaría una reducción en el consumo por habitante, disminuyendo y racionalizando el transporte privado. Incluso pudiera ser necesario un completo cambio del modelo de vida basado en el consumo y en el crecimiento económico, especialmente, en sociedades que se han creado sobre la base de una ilimitada disponibilidad de recursos energéticos, en este caso de petróleo.
Es de fundamental importancia también, obtener la máxima información concerniente a estos temas. Su análisis nos ayudará a una mejor comprensión acerca de la escasez y sus consecuencias en el futuro cercano, y a una preparación que requiere de verdadera mentalización y adaptación encaminada a atenuar los cambios que surgirán, y por otra parte, a no escatimar esfuerzos que permitan la divulgación de éste u otros artículos sobre "La crisis energética", su difusión y enfoque a través de cualquier medio de comunicación.
Quizás es ya tiempo de comenzar a cambiar algo en nuestras vidas, y tal cosa bien puede ser disminuyendo el nivel de consumo en general y consecuentemente el energético. Esto mismo reduciría nuestra contribución a tales crisis en el actual sistema y a las situaciones de desequilibrio que se está llevando a efecto entre todos. Y quizás así podamos contribuir a disminuir la presión que ejerce nuestro modo de vida sobre los sistemas naturales del planeta, los cuales sustentan nuestras propias vidas, o simplemente, a aminorar el ritmo de agotamiento de petróleo y otros recursos energéticos.
Finalmente, la situación global a la que nos vemos enfrentados como especie es la suma de las acciones individuales de todos los seres humanos que poblamos el planeta Tierra, y es de nuestra acción y decisión individual de lo que al fin y al cabo dependerá el hecho de que comencemos a ejercer una influencia mas positiva, directa y eficaz.
Nelson Bernales Campos
Fuentes:
Revista "Nuevo Mundo" edición Marzo/06, (Chile)
Fernando Bullón Miró. El Mundo ante el Cenit del Petróleo, www.crisisenergetica.org
Gran Minería- Mercados Futuros, Informe económico Dic/05 (Chile)
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