Micael y el intelectualismo del Dragón Ahrimánico
A mitades del siglo XIX se produjo en Europa y América la culminación del proceso de evolución materialista de la tierra, y el mismo tiene su paralelismo y su origen en un proceso en el mundo espiritual que se viene reproduciendo recurrentemente, a través de los siglos, coincidiendo con momentos clave de la historia de la humanidad, y que viene representado por la imagen simbólica de la lucha entre Micael y el Dragón. En esta ocasión había habido una guerra entre la Jerarquía de Arcángeles de Micael y ciertas potencias ahrimánicas, que comenzó en los años 40 de ese siglo XIX y que finalizó en 1879 con la victoria de Micael y su séquito. Las potencias del Dragón, las huestes ahrimánicas, fueron arrojadas del cielo a los reinos humanos de la tierra, lo cual implicó que al final de los años 70 las almas fueron sobrecogidas por impulsos ahrimánicos que se abalanzaron sobre la humanidad desde los reinos espirituales, con la consecuencia de que los hombres internalizaron en ellos la concepción materialista ahrimánica del mundo, de matiz intelectual, egóico y personal.
Lo que las huestes ahrimánicas mandaban desde el mundo espiritual al hombre en los años 40 del XIX, consistente en impulsos dirigidos a los instintos humanos, a partir de 1879, como efecto de la expulsión por el Arcángel Micael de las potencias ahrimánicas a la tierra, se convirtió en la impregnación en las almas humanas de poderes cognoscitivos y volitivos que conducían al hombre a una interpretación del mundo en sentido materialista, y todo ello repetía, como se ha dicho, una lucha secular que desde tiempos remotos ha venido ocurriendo embestida tras embestida. Rudolf Steiner afirmaba en tal sentido que otro resultado o consecuencia de las sucesivas caídas en la humanidad de tales potencias ahrimánicas y la consecuente sequía del alma, serían, además de la misma 1ª Guerra Mundial, diversos tipos de enfermedades microbianas, como la tuberculosis, producidas por bacterias y virus que, como el materialismo del siglo XIX, tienen su origen inmediato en tales huestes caídas sucesivamente en las luchas entre Micael y el Dragón.
Puede decirse que este tipo de intelectualismo materialista está impulsado por una especie de amor a los impulsos del pensar y una alianza con el angel ahrimánico en el hombre, resultante de esa caida en el ámbito humano de esas potencias, que, aunque conlleva un peligro evidente, tiene su lado bueno para las mentes que sepan aprovechar su parte positiva, que es la conquista de una fracción más de libertad y autoconciencia en el ser humano. Si bien estos entes establecieron en el ser humano su madriguera, si somos conscientes de su presencia y no les permitimos que nos gobiernen, y si no les dejamos que nos impregnen de su modo de pensar materialista ahrimánico, aliándonos con el progreso espiritual en vez de con el progreso material que ellos fomentan y preconizan, el hombre se fortalecerá y ganará consciencia, intelecto y libertad.
Los seres humanos materialistas ahrimanizados, quienes en realidad, según decía Steiner, ya estaban relacionados en el mundo espiritual con las potencias ahrimánicas, quieren, inconscientemente, perpetuar la vida telúrica que impregna el interior de la tierra, promoviendo la manera cómo viven los actuales microbios dependientes de la materia, y eventualmente acabarán por aliarse con las potencias lunares en vez de ascender correctamente a su verdadera condición espiritual, por lo que se quedarán atados a la tierra, seducidos por los poderes ahrimánicos materialistas. Y así una de las consecuencias negativas de tal caída en nuestros tiempo actual es que tantos poetas, escritores, artistas y descubridores científicos, cuya herramienta principal es el intelecto, se hallan sometidos subconscientemente en sus sueños a las inspiraciones ahrimánicas, las cuales se encargan de cultivar permanentemente en el hombre el prejuicio, la ignorancia y el temor a la vida espiritual, y en su lugar preconizan la concepción científico-natural del mundo. Pero hay que repetir que aunque la ciencia como valor supremo es una empresa puramente ahrimánica, ello no obsta para que todo hombre, con miras espirituales y provisto de un ego desarrollado, haya de conocer y constatar las verdades objetivas y las enseñanzas de
En realidad las llamadas ciencias económico-políticas son pensamientos de los ángeles rezagados ahrimánicos, anidados en cerebros humanos, que fueron derribados en 1879 por actuar en rebeldía y por no cumplir su misión jerárquica, por lo que se hallan en un plano inferior en un grado al que les correspondería. Tales potencias en realidad abominan tenebrosamente de los cerebros impregnados de sabiduría espiritual, pues éstos contienen un fuego devorador e inmolador para ellos, y por lo tanto se sienten muy incómodos si avanza el conocimiento generalizado de
Estas potencias ahrimánicas, que fueron descendidas en 1879 de las alturas espirituales al dominio de la evolución espiritual humana, viven entre nosotros y su afán fundamental es apoderarse de nuestras “cabezas”, de lo que pensamos y sentimos. Son entidades angélicas que ya no pueden continuar su desarrollo en el mundo espiritual, y que quieren utilizar los cerebros humanos para proseguir su evolución. Actúan sobre nuestra concepción del mundo, sobre nuestras emociones, nuestros impulsos volitivos y nuestros temperamentos. Por tanto es esencial vigilar y proteger nuestro santuario humano contra sus influencias en campos humanos fundamentales, como la educación de los niños, el racionalismo a ultranza que suelen abanderar, el “humanismo” liberal anticristiano que preconizan, la vida intelectual enjuta y estrecha a-espiritual, exenta del misterio y falta de los símbolos, de los mitos, de la magia espiritual y, en suma, de las leyes y energías espirituales que gobiernan el mundo.
Intelecto ahrimánico vs. Inteligencia universal micaélica
Ahriman, en su lógica concluyente y manipuladora, despreciativa de los verdaderos pensamientos, representa
Anteriormente, en el año 869, se produjo una división en el mundo angélico, en la que los otros seis “Arcángeles Planetarios”, hasta entonces conducidos por Micael, se rebelaron contra el Gobierno Solar, llevándose con ellos a otros ángeles, que, como mensajeros de hombres encarnados, detentan una inteligencia personal automática. Estos ángeles, ahora terrenales, pueden incorporarse en seres humanos, como si fuese una posesión ahrimánica, y lo que hacen en tales hombres es negar el espíritu, embotando y disminuyendo la consciencia humana, y apropiándose de su inteligencia, lo cual obliga a los hombres a esforzarse en guardar su inteligencia bajo su propio control espiritual, manteniéndose permanente vigilantes en tal sentido, pues Ahriman aprovecha y toma la iniciativa en los momentos de la vida cotidiana en que el hombre entra en un estado de vértigo o aturdimiento o consciencia crepuscular, cuando el hombre no está firmemente anclado en el mundo físico.
Ese pseudopensamiento ahrimánico, circunscrito al cerebro, es antisocial y antiespiritual, pues a través del subconsciente trata de dominar a las personas y adormecerlas tanto a nivel individual como grupal, y lo vemos en toda una serie de organizaciones de poder supranacional en distintos ámbitos que emiten mensajes globales, crean hábitos y necesidades absurdas e inexistentes y desarrollan toda una labor de atontamiento y animalización de las consciencias en nombre de necesidades materiales y culturales necias e inconsistentes. Y aunque, con el triunfo de Micael se abrió el camino para que las verdades espirituales prosperasen, la influencia de los espíritus ahrimánicos es indudable en todos los campos de la ciencia y la tecnología, y en general deambulan entre nosotros, tendiendo a confundir y a obnubilar al alma humana, mediante la creación de nebulosas (egrégoras) de valores y pensamientos que impregnan tanto a la atmósfera social colectiva como a las almas individuales en lo que Steiner llamaba el “Carcinoma social”. Y en tal perspectiva hay que mirar a poderosísimas organizaciones como promotoras de tal tipo de ideología intelectual, científica y económica de matiz y dirección ahrimánica, como puedan ser, entre otras, la “Order of Skull and Bones”, la “Round Table”, los “Illuminati”, el grupo de “Bildemberg”, el “Nuevo Orden Mundial”, determinados Jesuitas católicos, los grupos y logias de poder angloamericanas, la actual Francmasonería, etc.
En otro campo, el de la espiritualidad materialista (o del materialismo espiritual, tanto monta), también impregnados por la influencia de tales entidades ahrimánicas, se hallan los Mahatmas teosóficos, cuya aparente buena voluntad está limitada en el campo espiritual por su oposición al Cristo. Su visión oculta solo se extiende a este sistema solar, y concretamente hasta
Otras hermandades o Grupos de Poder Ocultos Masónicos tratan de frustrar el impulso de Cristo poniendo a otra individualidad ahrimánica, tanto física como etérica (un emisario etérico del Demonio Solar Soradt). Y es bajo la superficie de la tierra (en la octava esfera, donde se pergeñan los fenómenos extraterrestres y de OVNIS inexplicados) estos “humanos” buscan endurecer sus cuerpos etéricos para lograr una “inmortalidad ahrimánica” en el entorno de la tierra, con el fin de endurecerla y evitar el paso a Nuevo Júpiter
Mientras que el Cristo (el Logos,
Los espíritus de las tinieblas y la herencia genética
Estos espíritus tenebrosos que ahora deambulan entre nosotros son del mismo género que aquellos que desde
El hombre había de ser modelado por las energías de la tierra, y ello se llevó a cabo por las jerarquías correctas mediante la corriente genética, que haría que, al descender de sus antepasados, el hombre heredaba sus atributos terrenales, de los cuales Lucifer quería apartarle. Los espíritus luminosos, dirigidos por Yahvé, impusieron al hombre la linea hereditaria física, como peso que le ataba a la existencia terrenal, para compensar o contraponer la espiritualización inmediata que quería Lucifer, y esa imposición terrenal conllevaba la procreación, la reproducción, la herencia, el amor terrenal, la consanguineidad, los pueblos, las razas, etc. y así se lo fueron legislando las sucesivas civilizaciones. Mientras que los espíritus de las tinieblas, expulsados del cielo a la tierra igual que los hombres, se empeñaron en trabajar contra todo lo que implicaba la herencia sanguínea, y fueron los inspiradores a lo largo de la historia de todas las doctrinas rebeldes emancipadoras y proclamadoras de la libertad contra el orden social basado en la consanguineidad, y así continuaron hasta el siglo XV ( 1413, límite entre la 4ª y 5ª Epocas Postatlantes) en que finalizó
Desde el último tercio del siglo XIX son los espíritus luminosos los que cambian, pasando a inspirar las ideas e impulsos de libertad e individualidad, valores a los que, precisamente porque ya se ha producido el proceso de desarrollo evolutivo que se requería, ya pueden acceder los hombres, y a la inversa lo que hasta entonces pertenecía a la esfera de actuación de esos espíritus de luz (que eran aquellos lazos sanguíneos impulsores de los nexos raciales y tribales) se traspasa ahora a los espíritus ahrimánicos recién llegados, parientes de los antiguos tenebrosos. Y así los espíritus de las tinieblas que antes fomentaban la libertad prematura ahora inculcan los lazos de sangre como base de las estructuras sociales, y se quedan más rezagados al fomentar las conexiones étnicas, cuando éstas ya son realmente decadentes.
Hasta la 4ª Epoca Atlante la dirección de los destinos terrenos estaba encomendada a
En el siglo XV se acentuó la atracción que la tierra ejercía sobre los Arcángeles regulares, que entonces buscaban el tránsito desde la sangre al sistema nervioso (los espíritus superiores en ellos les inculcaron un gran amor hacia la tierra, lo cual se manifestó entre otros acontecimientos históricos en que en aquellos años se descubriese América). Y al introducir su acción en el sistema nervioso los Arcángeles empezaron a educar a los Angeles para que se ubicasen en la sangre humana. Y aunque los espíritus de las tinieblas, desde mediados del XIX intentaron usurpar la sede que los Arcángeles tenían en el sistema nervioso fueron expulsados de éste y lanzados a la sangre, donde ahora están.
El ahrimanismo y los nacionalismos étnicos y políticos
Mientras la sangre estuvo bajo el dominio de los espíritus de la luz progresistas significó evolución y progreso, pero bajo los espíritus de las tinieblas ahora significa atraso y decadencia, y así continuarán durante las tres próximas épocas, y ellos, que se habían empeñado en implantar el sentido de rebeldía por la libertad, ahora inyectan en los hombres los atributos de decadencia al conservar las antiguas características hereditarias. En la actualidad no hay nada que contribuya más a que la humanidad se hunda en la degradación y degeneración que los lazos de raza y sangre.
El que era lugarteniente de Yahvé, Micael, a partir de 1879 se convierte en lugarteniente de Cristo y en el principal valedor del Impuilso Crístico, que tiende a crear entre los hombres lazos espirituales de amor y solidaridad, en lugar de los antiguos lazos sanguíneos étnicos, que ahora representan puro ahrimanismo y tenebrosidad. El designio divino promotor de la evolución humana hace que conceptos todavía en boga como la ”autodeterminación” de los pueblos vayan contra la corriente evolutiva, al ser ya absolutamente reaccionario y antievolutivo estancarse en los prejuicios de sangre y raza.
La moda de la autodeterminación étnica forma parte de esa tendencia descendente, regresiva y reaccionaria del estancamiento en los prejuicios de sangre, viene originado por el acontecimiento de noviembre de 1879, y forma parte de las corrientes de menor esfuerzo contrarias al destino de la evolución y a las mismas verdades de los Misterios, afirmaba Steiner. Hay que estar vigilantes y contraponer a estas potencias adversas y rezagadas que son Lucifer y Ahriman, lo ascendente, y no dejarlas de lado, sino ponerlas en la consciencia, pues no hay que olvidar que, siendo aparentemente contrarias a lo diivino, están al servicio del orden universal.
Sin embargo la influencia política en algunos pueblos de ese aspecto regresivo, separativo y racial ha sido muy patente, y sin ir más lejos, una ojeada a la historia reciente española, y un vistazo a su realidad política actual nos viene a confirmar de manera sobreabundante el tema de la vigencia de los nacionalismos étnicos, y así podemos observar tanto el centralista como los periféricos y regionales, muchos de los cuales aspiran todavía a estas alturas a su autodeterminación y eventual separación y disgregación. Sus representantes, seguramente bienintencionados, ignoran que obran bajo la influencia de las jerarquías ahrimánicas en un plan perfectamente pergeñado, y que esencialmente su apuesta es absolutamente decadente y regresiva, contraria a la voluntad y al plan evolutivo de las jerarquías divinas de Luz. La derecha nacionalista española, de corte eminentemente luciférico, católico y conservador, va a coincidir en su reivindicación nacional, pannacionalista pero tribal, con el etnicismo de la izquierda nacionalista abertzale vasca, de tinte fundamentalmente materialista y ahrimánico, y de matiz violento y destructivo asúrico en su rama terrorista, y asimismo con los otros parientes raciales de aquellos: los nacionalistas burgueses vascos y catalanes, democristianos que ignoran que van en contra del impulso crístico, que tiende a crear entre los hombres lazos espirituales de solidaridad y amor, en lugar de los antiguos lazos naturales sanguíneos y étnicos, estancados en prejuicios separativos de sangre y raza.
Y es que los espíritus de las tinieblas ejercen su poder fundamentalmente sobre el entendimiento intelectual, pero no pueden influenciar la facultad emotiva ni la volitiva, pues la voluntad humana avanza mucho más lentamente que el pensamiento. Y en tal sentido podemos ver que las personas que asumieron el marxismo, que fue guiado por ciertas potencias como movimiento puramente intelectual para empujar a las masas a la agitación, poseían impulsos volitivos rezagados de la antigua Epoca, y lo hacían movidos por espíritus de las tinieblas, antes desde arriba y después de su caída entre nosotros a partir del siglo XIX, que preferían el cultivo preferente del intelecto, a través de las corrientes marxistas, con el fin de generar aspiraciones revolucionarias.
Paradójicamente los grandes capitales, advertía Steiner, han logrado convertir la democracia, teóricamente la representación del poder de las mayorías, en el instrumento más eficaz y flexible para la explotación de la colectividad y el impulso de sus propios intereses económicos y de poder social. Los capitalistas, decía, no son en absoluto enemigos de la democracia, sino que son sus dirigentes y sus más conscientes propiciadores, pues para ellos la democracia es la fachada tras la cual ocultan su explotación, de manera que esa democracia es su mejor defensa contra la posible sublevación del pueblo. El parlamentarismo y la democracia, tan sacralizados hoy, no son sino instituciones instrumentales necesarias ahora y a la vez son muestra de todas nuestra relatividad temporal, y un día serán remanentes necróticos y atávicos del hombre actual y de esta fase evolutiva y dejarán de existir.
El momento del ascenso evolutivo al mundo espiritual
El hombre, que antes de la influencia luciférica se hallaba vinculado al cosmos entero, quedó unido a la tierra al serle inculcados los atributos hereditarios (lo que constituye el pecado original bíblico, la caída en la materia, la procreación y el sexo). Y por fin, al terminar
Y como los sucesos de nuestro mundo son trasunto de los que se desarrollan en el mundo espiritual, aquella lucha en el mundo espiritual y la caída de los espíritus ahrimánicos a partir de 1879, dió lugar a un viraje decisivo en la civilización moderna, consistente en la entrada del materialismo en la humanidad así como de la inteligencia cerebral, caracterizada por la sutileza y sagacidad de conceptos, la crítica intelectual, los inventos técnicos originados por el pensamiento material, ligado exclusivamente al cerebro, todo lo cual no era sino la imagen refleja de aquellos espíritus de las tinieblas.
Durante milenios los Espíritus progresivos de la luz guiaron a la humanidad sobre la base de los lazos consanguíneos, reuniendo a los hombres en familias, tribus, naciones y razas, para que se encontraran en la tierra las gentes que se pertenecen entre sí a causa del antiguo Karma universal, para así, sobre la base de los lazos consanguíneos, los hombres cumpliesen las tareas universales concebidas para lo que la tierra habría de aportar al karma cósmico. Tales Espíritus de la luz, al difundir sus impulsos en las almas, dirigen el progreso de la evolución humana de acuerdo a sus planes, y entonces lo hacían por lazos consanguíneos a través de la encarnación de las almas, según su Karma y según las intuiciones de los Espíritus Guías en familias, tribus, naciones y razas.
Si no llega a triunfar Micael sobre el Dragón en 1879, las almas se hubieran encarnado en cuerpos según los impulsos y planes de los espíritus (ahrimánicos) de las tinieblas, posesionándose de la sangre humana. Su influencia se reflejó en el auge del espiritismo en el siglo pasado, consistente en la exploración del mundo espiritual por la vía materialista y mediúmnica, de manera que si los entes ahrimánicos hubieran alcanzado la victoria en 1879 el espiritismo se habría convertido en la única vía para relacionarse con el mundo espiritual, y tendríamos un mundo regido por la sagacidad y la crítica intelectual aguda de tales seres, la cual hubiera impedido la experiencia directa de lo espiritual que preconizan
En tal sentido el Goetheanismo es el concepto de la evolución de la vida que se basa en un nivel superior, para elevar al hombre a las más altas esferas, aplicándole el alma y el espíritu, por encima de la evolución orgánica y degenerativa, basada en la mera existencia física que preconiza el darwinismo materialismo, que estudia la evolución solamente desde el aspecto físico, desde los impulsos meramente externos, la lucha por la existencia y la selección de las especies. La decadente teoría darvinista materialista, orgánica y exclusivamente física, es el más vivo ejemplo de la influencia ahrimánica en el siglo XIX, se contrapone directamente a la teoría espiritual, cuyo depositario es ese Goetheanismo y
Ahriman y el cuerpo etérico
En tiempos remotos Micael venció y expulsó a Soradt de los cielos, y surgieron de las aguas las bestias de Lucifer, y de la tierra salió Ahriman, como manos derecha e izquierda de Soradt. Así como Cristo se esfuerza en mantener a Lucifer y Ahriman en equilibrio, para que sirvan a la destrucción del Mal, Soradt los utiliza como espíritus de seducción, encubriendo su verdadero fin que es la destrucción del Ego en la tierra. Y mientras que Lucifer atrae al Yo humano-Ego a su propio planeta, Ahriman busca endurecer la tierra y al hombre para que ningún Ego pueda vivir dentro de un ser humano en la tierra.
Desde el nombramiento de Micael como Espíritu del Tiempo en 1869, el cuerpo etérico humano ha sido introducido y compenetrado en el cuerpo físico, abriendo así la posibilidad de una nueva clarividencia espiritual. La influencia de Ahriman en el cuerpo etérico humano hace que el materialismo en la vida terrenal endurezca ese cuerpo etérico, para que tarde en disolverse tras la muerte, y así, cuando lo normal sería su rápida disolución en los días siguientes a la muerte -después de que el panorama de nuestras vidas pasa ante nuestros ojos- ese cuerpo permanece próximo a la tierra durante un tiempo más largo sirviendo a Ahriman, cuyo fin es que la tierra se vuelva endurecida con criaturas humana listas, sagaces e intelectuales, animalizadas y despojadas de lo espiritual, adheridas a la tierra, para evitar así su paso a Júpiter. De esta manera Ahriman quiere que el hombre permanezca inconsciente, para que la tierra envejecezca, se endurezca y decline físicamente, y el hombre no pueda elevarse sobre la materia y pase a niveles superiores mediante su entrada futura en Júpiter y en los mundos espirituales.
Conclusión
El objetivo esencial en esta Epoca del Alma Consciente es el surgimiento en el hombre del pensamiento consciente, individualizado e independiente, mediante la consecución/comprehensión de tres verdades fundamentales: 1) El misterio del Nacimiento y
En definitiva el “Doble Humano” (el llamado Doppleganger) es el ser ahrimánico que habita en nosotros, un ente que tiene inteligencia y voluntad, pero sin yo espiritual individual, que intenta ligar al alma humana al cuerpo, endureciendo el pensamiento, el sentimiento y la voluntad. Vive en nuestro sistema nervioso, impulsa todo tipo de degradaciones y enfermedades, y básicamente moviliza el intelectualismo materialista y egóico por medio de un pensamiento automático, intelectual y falto de voluntad. La labor del hombre será concienciar, controlar y dominar a tal ser para conseguir en nuestra época, de acuerdo con los objetivos de los Dioses y jerarquías regulares, llegar a ser personas libres provistas de un pensamiento autoelaborado, libre y consciente, para ser elevados un día al rango de Espíritus de Libertad y Amor.
Emmanuel Sattva
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