¿Espiritualismo o simplismo?
Tal como ocurre en momentos de gran efervescencia política, en que se utiliza los términos “fascista” o “comunista” para insultar, y se invocan “progresismos” inconsecuentes o se inventan “reaccionarismos” inexistentes, también en esta época de popularización del ocultismo1 –tantas veces pseudo ocultismo- , se recurre a las fáciles catalogaciones para acallar las voces incomodas que hablan de rigor, de calidad, de conocimiento vasto y fundamentado.
Utilícese el sello de "Nueva Era", "Acuariano", "Uraniano" o "Energías del chacra cardiaco", y veréis que se abre indefectiblemente la puerta a todo tipo de nimiedades, embustes, sensacionalismo ignorante, promesas de Ascensión inmediata, apertura (¡total!) de los chacras2, de alineamiento de las auras de los siete (¡!!) cuerpos, de evacuaciones a estrellas distantes, de combustión del karma, de entradas a la 4ª dimensión, de “placerología”, y mucho más.
Si habiendo luchado durante años por la causa del Ocultismo (cuando era manifiestamente difícil e impopular), y estando siempre dispuesto a corregir los propios errores, a medida que los detecta, alguien –en nombre de la dignidad, de la pureza y de la verdad de la Ciencia Espiritual- alerta de los peligros de la irresponsable promoción de lo que ilegítimamente preséntase con el nombre de “esotérico”, es de inmediato (y con la mayor ligereza) apodado de “pisceano”, saturniano “plano”, “demasiado complicado” o “excesivamente mental”.
No obstante continuamos sustentando que el fomento y apoyo, explícito o implícito (aunque sea con la presencia o como incentivo editorial), a los negocios, pasatiempos y fantasías pseudo-espiritualistas representa no solo falta de inteligencia y discernimiento, sino también una profunda ausencia de amor. ¡Sí!, ausencia de amor por la Verdad y/o por la cualidad; ausencia de amor por la legitima y autentica espiritualidad, que de este modo se deja hundir en el lodo; ausencia de amor por toda la Humanidad, al crear el riesgo de echar a perder por muchos años la oportunidad de restaurar en el planeta la universal, intemporal e integral Ciencia Sagrada de la Vida, la única que puede traer la solución real de los problemas que nos atormentan.
Todos estaremos de acuerdo en que cualquier ciencia, filosofía, religión, arte o actividad social debe servir al proposito de ser verdaderamente útil –solucionando los males y sufrimientos, propiciando el bien y una duradera felicidad-. En tanto, precisamos cuestionar los medios más adecuados y eficaces para lograr esos fines. Y en este punto tenemos una total discordancia con los métodos que son generalmente seguidos, y que radican siempre en una visión limitada, superficial, unilateral e inmediatista; que pretenden resolver los problemas al nivel de los efectos epidérmicos, en vez de operar en su raíz causal.
Algunos ejemplos de dominio público
Tomemos uno o dos ejemplos fuera del ámbito específicamente esotérico, para que por analogía se entienda mejor lo que pretendemos decir.
1. Continuamos teniendo una cultura que sobrevalora las limosnas, la caridad, los paños calientes, para mitigar las situaciones difíciles que se van sucediendo. Nada tenemos, es cierto, contra el hecho de que se ayude a quien muere de hambre o tenga otras carencias inmediatas, en prestar auxilio a quien está envuelto en situaciones de gran intensidad dramática. Por el contrario: consideramos que constituye un imperativo de conciencia. Lo que no podemos es engañarnos, creer que de ese modo resolvemos los problemas de fondo, y que no surgirán nuevas miserias, nuevas desgracias, nuevos conflictos. Ellos despuntan incesantemente, porque las causas que los provocan se mantienen vivas, y casi nadie se preocupa por eso. Tener la lucidez para detectar esas causas, y el coraje para enfrentarlas es en verdad mucho más útil e importante de lo que la caridad limosnera, a veces histérica y exhibicionista, que suscita muchos aplausos, proyección mediática y beatificaciones, aunque no resuelve el mal de raíz. Una dolencia grave no se cura con analgésicos, no obstante la utilidad puntual que ellos tengan.
2. Asistimos estupefactos a los acontecimientos del 11 de septiembre en los Estados Unidos. Pasado el shock, las personas se dividieron en dos sectores: los que criminalizaron no solo a los autores materiales y morales de los ataques, sino al islamismo en general, o más aún, a todo el mundo no occidental (proclamando la superioridad de nuestra civilización) y aquellos que dieron rienda suelta a su antiamericanismo y lo siguen extiendiendo a la antiglobalización (palabra que se usa con la mayor ligereza, como si globalización y capitalismo, o imperialismo americano fueran sinónimos) y al anti-casi todo.
Así ha acontecido a lo largo de las sucesivas guerras que han escrito, una tras otra, las páginas del libro de la historia reciente de la humanidad. Es siempre fácil culpabilizar a alguien de manera inmediata: los americanos, los comunistas, los israelíes, los palestinos, los indonesios, los blancos, los negros, los infieles, los islámicos, etc., etc., etc. –olvidando los antecedentes, las causas, las mil y una vueltas que el mundo ya dio, el otro lado de la historia que nos negamos a ver…-.
¿Podemos olvidar que los americanos ayudaron a combatir, o fueron incluso determinantes para vencer las fuerzas tremendamente opresivas? Al mismo tiempo, ¿podemos olvidar que también apoyaron, por interés propio a alguno de los mayores tiranos, inclusive a los que ahora se han vuelto sus enemigos mortales? Incluso, ¿podemos olvidar que obtienen los mayores beneficios en medio de la miseria, de la pobreza más extrema, y que quizás un prudente egoísmo les debería aconsejar un más equilibrado reparto de recursos? ¿Podremos no tener en cuenta las arrogantes, hegemonías y egoístas posiciones de aislacionismo de los americanos?
Al mismo tiempo ¿podemos olvidar que recurrimos a ellos y les alabamos cuando necesitamos de su auxilio? ¿Podemos olvidar que en su propio país, en nombre de un desvirtuado sentido de libertad, se utiliza y hasta incentiva el uso masivo e indiscriminado de armas, inclusive por niños, se permite el entrenamiento militar de grupos xenófobos y la propaganda de sus ideologías, se fomentan las mas envilecedoras formas de explotación del cuerpo, de rebaja de la dignidad humana, de reducción de todo y todos a objeto de negocio? Aunque al mismo tiempo ¿podemos olvidar que allí nació un nuevo mundo de oportunidades, entre las cuales destacan las de salir a la luz del día muchas ideas verdaderamente propuestas, útiles y benefactoras para la Humanidad?
¿Podemos olvidar que los judíos sufrieron a lo largo de la historia las más cruentas y lamentables persecuciones, hasta culminar en el genocidio llevado a cabo por el nazismo? Aunque al mismo tiempo ¿podemos olvidar que se consideran el pueblo elegido, que repudian generalmente la mezcla con otras razas, que miran soberbiamente a los palestinos como “los hijos de la esclava”? ¿Podemos obviar que los palestinos fueron desposeídos del territorio donde vivían porque otros decidieron que los judíos debían instalar allí un país -Israel-? Mas, al mismo tiempo, ¿podemos olvidar que cuando eso aconteció los palestinos ya vivían en la miseria? ¿Podemos olvidar la brutalidad de la situación de muchos países islámicos de la zona, que con un rendimiento per capita superior al de los países considerados más ricos, tienen a la gran mayoría de su población en la indigencia, en tanto fortunas colosales se concentran en media docena de manos? ¿Podemos obviar que los islamistas fueron muchas veces agresivos en su expansionismo y que, por regla general, abrigan costumbres deplorables y obsoletas? Más, al mismo tiempo, ¿podemos olvidar que ellos, en un tiempo, fueron los vivificadores de la civilización occidental –esa misma que ahora proclama su superioridad-, y que incuestionablemente dieron contribuciones extraordinarias al Arte, Filosofía y Ciencia, enriqueciendo el patrimonio común de la Humanidad, incluyendo el sector que ahora les explota sus recursos?
¿Podemos olvidar que, sobre la falsa bandera del Cristianismo, nuestra civilización destruyó, arrasó, masacró, aplastó y robó otras, llegando a hacer desaparecer algunas, plagió indecentemente las religiones más antiguas (y algunas mucho más pacificas, especialmente el budismo), para después catalogarlas de demoníacas, declaró y motivo guerras “santas”, dio origen a los más horrendos episodios de matanza y crueldad que se puedan imaginar, y que ninguna otra civilización –llamadas inferiores- jamás practico? Más, al mismo tiempo ¿podemos olvidar que esos otros pueblos, después de entrar en un ciclo descendente de su historia, se vuelven hacia Occidente, para con necesidad vital importar su tecnología, su dinamismo y hasta su ciencia, por más limitada que sea (al confinarse al mundo físico), por no hablar del armamento que usan? ¿Podemos olvidar lo denigrante que es invocar a Allah para hacer reventar bombas y explotar edificios? Más, al mismo tiempo, ¿podemos olvidar cómo es idénticamente reprobable invocar las bendiciones divinas, cuando se piensa en venganzas o perpetuar la (pretendida superioridad de un pueblo en particular o de una nación en especial?3
Muchas otras dicotomías deberían ser presentadas para ilustrar como todo es mucho más complejo de lo que ciertos simplismos hacen suponer. Centrémonos no obstante en la realidad de que a esos simplismos, unilateralismos y fanatismos los círculos espiritualistas no les son ajenos.
¿Ciencia esotérica o “Esoterismo” aislados?
Entendemos que la pseudo religiosidad, supersticiosa, fanática e ignorante es la peor adversaria de la verdadera religiosidad. Idénticamente, el peor adversario del Esoterismo (que es la Ciencia Universal, una Sabiduría-Conocimiento Integral de la Vida, o Biosofía) es el simplismo pseudo-esotérico.
Por otro lado, en estos tiempos, proliferan prácticas llamadas espiritualistas o esotéricas. En tanto, lo que podría ser la realización de un sueño se ha tornado una pesadilla: lo que abunda es el negocio, el sensacionalismo disparatado y ridículo, o en la mejor las hipótesis, un pequeño y superficial fragmento de cosas que deberían ser sagradas, presentando con pompa y boato, como si a él todo se redujese. Incluso en este último caso (repetimos, el mejor de todos los anteriormente considerados), muy poco se avanza en la resolución real de los problemas reales. Solo con una perspectiva global y (omni) abarcante se puede penetrar en la causa de los problemas en vez de remediar algunos efectos (que luego irrumpen de otro modo). Solo el Todo es Real; la parte es siempre una irrealidad. La verdadera vitalidad, dignidad y legitimidad de lo que pretender el término “Esotérico” solo puede existir cuando se tiene el Conocimiento de un sistema Integral.
Con lo dicho no queremos significar que se conozca todo, hasta los Planos más profundos (o elevados, en la Jerarquía de Mundos). Ello es imposible, incluso para el hombre con destacada sabiduría, estando solamente al alcance de los Maestros más excelsos. Mientras, puede o debe existir la noción de que existe ese Conocimiento tan vasto e integral y un razonable dominio de la pluralidad de sus aspectos –y no solo de una punta de iceberg, desgarrada de todo-.
Definir prioridades
Para intentar clarificar mejor nuestro pensamiento, formularemos algunas preguntas. ¿Será mejor limpiar las auras-admitiendo que quien lo hace, lo sabe hacer realmente- para que luego se vuelvan a ensuciar (con pensamientos y sentimientos negativos), o describir claramente al ser humano como jerarquía septenaria, con sus niveles de conciencia y respectivos vehículos, para que se esfuerce en polarizarse en los más elevados, y no continúe ensuciando sus auras?
¿Será mejor alinear los chacras -admitiendo que quien lo hace, efectivamente sabe de lo que habla, en vez de haberse limitado a leer un libro y a frecuentar un minicurso a toda prisa, y/o acaso antes de hablar excatedra-, que luego se vuelven a desalinear, o enseñar al hombre las leyes intemporales que rigen el camino evolutivo y facultarle el conocimiento que le permitirá revelar lo Divino en sí mismo4?
¿Será mejor inventar profecías, y dar palos de ciego, a tener una amplitud de horizontes tan grande, que permita edificar lúcida y constructivamente el futuro que debe ser?
Nuestra respuesta es clara. No se puede prescindir de una Ciencia Esotérica Integral, de una verdadera Biosofía; y quien no puede ver más que pequeños fragmentos, que no se ponga hostil, para ocultar a los que poseen ese cimiento –sino que humilde y honestamente apoye y no dificulte el trabajo de ellos, mucho más vasto e importante-.
José Manuel Anacleto
Presidente del Centro Lusitano para la Unificación Cultural
1 A pesar de ser de actualidad, el problema ya se apuntaba hace más de 100 años. Veáse el artículo Helena Blavatsky que dio origen al libro “Ocultismo Práctico”
2 Es asombroso la forma desmesurada y superficial en como se habla de los chakras.
3 En resumen, es preciso comprender que nadie es enteramente víctima, y nadie enteramente verdugo, y que solo asumiendo globalmente culpas y responsabilidades pueden resolverse situaciones tan complejas.
4 …y no continúen estando justificadas las palabras del autor “Los viajes de Gulliver”, Jonathan Swift: “Tenemos religión suficiente para hacer que nos odiemos unos a otros, aunque no tenemos religión suficiente para conseguir que nos amemos unos a otros”
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