El movimiento Oculto en el siglo XIX
(Segunda Conferencia dentro del ciclo “El movimiento Oculto en el siglo XIX”, pronunciada en Dornach, el 11 de octubre de 1915 –GA 254-)
En esta ocasión me gustaría que se me permitiera incluir ciertas referencias personales entre asuntos de la historia objetiva, porque lo que debe añadirse al asunto tratado en la conferencia de ayer es necesario hoy para nuestro estudio y tras una cuidadosa consideración creo que es correcto incluir más detalles.
Quiero, primero de todo, hablar de una experiencia particular relacionada con nuestro Movimiento. Ustedes saben que externamente comenzamos vinculándonos –pero sólo externamente- con
Este miembro de
Como yo naturalmente había rechazado adoptar este método de investigación y había insistido desde el principio sobre la investigación estrictamente individual, y como lo que había descubierto en aquel momento era el resultado íntegro de mi propia investigación personal, el que me preguntaba no me comprendió en absoluto, no comprendió que era un asunto completamente distinto de todo lo que se había hecho hasta el momento en
En consonancia con la posición que he adoptado en el Movimiento espiritual, no me es posible ningún otro camino que no sea llevar a cabo estrictamente aquellos métodos de investigación que sean adecuados al mundo y la humanidad modernos. Hay una diferencia muy significativa, como verán, entre los métodos de investigación practicados en
La discusión fue significativa. Tuvo lugar en el año 1904, y demostró la gran diferencia que había entre lo que persigue
Los procedimientos adoptados en las escuelas esotéricas por tanto habían sido llevados a la acción. Este intento fue un fiasco, ya que aunque se había esperado que a través de los médiums salieran a la luz las genuinas leyes espirituales que imperaban en el mundo circundante, el único resultado fue que casi todos los médiums cayeron en el error de suponer que todo emanaba de los muertos, y lo adornaron como supuestas comunicaciones con los muertos. Esto condujo a una consecuencia muy definida. Si los miembros de antigüedad de entre ustedes se retrotraen a los primeros tiempos de
Si ustedes comparan lo que se dice en mi libro Teosofía sobre el mundo del Alma y el mundo Espiritual –para comenzar, la gente siempre estaba tratando de refutarlo pero creo que hoy hay un número suficiente de personas capaces de pensar objetivamente sobre la materia- encontrarán diferencias muy considerables, precisamente porque con respecto a estos dominios también los métodos de investigación fueron diferentes. Pues todos los métodos de investigación empleados en
Así, ustedes ven, lo que
Ahora, como les dije, el compromiso alcanzado entre los exoteristas y los esotéristas para convencer al mundo materialista a través de los médiums de todo tipo de que existe un mundo espiritual, había sido un fiasco, un fiasco en la medida en que los médiums siempre hablaron de un mundo al que, bajo las condiciones existentes, simplemente no podían acceder, es decir, el mundo de los muertos. Los médiums hablaron de inspiraciones que habían sido supuestamente recibidas del mundo en que viven los muertos. La situación fue que el intento hecho por los exoteristas y esoteristas no había logrado el resultado deseado.
¿Cómo surgió tal estado de cosas? ¿Cual fue el resultado del extraordinario intento que se había hecho como resultado del compromiso? El resultado fue que iniciados de cierta clase habían arrancado el poder de las manos de aquellos que habían hecho el compromiso. Los iniciados de extrema izquierda habían tomado posesión de los procedimientos que se habían aprobado de la manera descrita. Adquirieron gran influencia, porque lo que se obtuvo a través de los médiums no surgió en absoluto del reino de los muertos, sino del reino de los vivos, de iniciados que se habían puesto en comunicación cercana o distante con los médiums. Como todo era producido por estos iniciados a través de los médiums, se coloreó con las teorías de aquellos que deseaban tener a los médiums bajo su control. El deseo de aquellos exoteristas y esoteristas que habían asumido el compromiso era hacer que los hombres se dieran cuenta de que había ciertamente un mundo espiritual. Eso es lo que quisieron imprimir. Pero cuando a aquellos que se creyeron capaces de mantener las riendas las soltaron, los ocultistas de extrema izquierda tomaron posesión de ellas y se afanaron por medio de los médiums –si puedo usar esta tautología- en comunicar al mundo sus teorías y sus puntos de vista.
Para aquellos que habían asumido el compromiso por el bien de la humanidad, la situación era desastrosa, porque sentían cada vez con mayor certeza que se estaban introduciendo en el mundo enseñanzas falsas sobre lo suprasensible. Tal era la situación en el desarrollo del ocultismo en los años 40, 50 e incluso 60 del siglo XIX.
Mientras las deliberaciones aún continuaban en los círculos de los ocultistas honestos, la situación era siniestra. Pues cuanto más se inclinaban los ocultistas a la izquierda, menos les preocupaba promover aquello que es justificable por sí solo, es decir, lo humano-universal. En ocultismo un hombre es de “izquierdas” cuando trata de lograr alguna meta suprema con la ayuda de lo que sabe del camino de las enseñanzas ocultas. Un hombre es de “derechas” en ocultismo cuando desea esa meta exclusivamente por su propio bien. El partido de centro estaba a favor de hacer exotérico el conocimiento esotérico necesario en nuestros tiempos para promover el interés de la humanidad universal. Pero aquellos que pertenecen a la extrema “izquierda” son aquellos que combinan objetivos especiales propios con lo que promulgan como enseñanza oculta. Un hombre es de “izquierdas” en la medida en que persigue objetivos especiales, conduce a la gente al mundo espiritual, les da toda clase de demostraciones de ello, e instila en ellos de un modo ilícito impulsos que simplemente ayudan a llevar a cabo esos objetivos especiales. El círculo dirigente de iniciados modernos se enfrentaba a esta situación. Se dieron cuenta de que el control había caído en manos de gente que perseguía sus propios objetivos. Tal era el estado de las cosas a que se enfrentaban los esoteristas y exoteristas que habían asumido el compromiso mencionado.
Entonces se oía –la expresión puede no ser bastante exacta pero no se pueden encontrar palabras absolutamente exactas porque uno depende de un lenguaje externo y el intercambio entre ocultistas es diferente de cualquier cosa que el lenguaje externo sea capaz de describir- se “oía” que estaba a punto de suceder un suceso importante para la continuación del desarrollo espiritual sobre la tierra. Puedo describir este suceso sólo de la siguiente manera. En la investigación desempeñada por las Órdenes individuales, habían preferido durante mucho tiempo hacer un menor uso de médiums femeninas. En las Órdenes estrictas, donde se deseaba adoptar el punto de vista correcto, nunca se utilizaron médiums femeninas para obtener revelaciones del mundo espiritual.
Ahora el organismo femenino está adaptado por naturaleza a preservar la clarividencia atávica durante más tiempo que el organismo masculino. Mientras los médiums masculinos estaban desapareciendo prácticamente, los médiums femeninos aún se podían encontrar y un gran número se utilizó mientras el compromiso aún se mantuvo en vigor. Pero entonces apareció en el campo de observación de los ocultistas una personalidad que poseía facultades mediumnísticas en el más alto grado. Esta fue Madame H. P. Blavatsky, una personalidad adaptada muy especialmente a través de ciertas partes subconscientes de su organismo para extraer mucho, muchísimo, del mundo espiritual. ¡Y ahora piensen en las posibilidades que esto ofrecía al mundo! En uno de los puntos más importantes en el desarrollo del ocultismo, apareció una personalidad que a través de la peculiar naturaleza de su organismo era capaz de extraer muchísimas cosas del mundo espiritual por medio de sus facultades subconscientes.
Un ocultista que en aquel tiempo estuviera alerta a los signos de los tiempos no podría evitar decirse a sí mismo: Ahora, en el momento justo, ha aparecido una personalidad que a través de su peculiar constitución orgánica puede producir las más fuertes evidencias de las antiguas enseñanzas tradicionales que existen entre nosotros sólo en la forma de símbolos. Sucedió categóricamente que aquí hubo una personalidad que simplemente por su configuración orgánica proporcionó la posibilidad, de nuevo, de demostrar muchas cosas que durante mucho tiempo habían sido conocidas sólo por medio de la tradición. Este fue el hecho que confrontaron los ocultistas justo después del fiasco, que les había conducido a un verdadero impasse. Seamos muy claros sobre este punto: Blavatsky fue considerada como una personalidad a partir de la cual, como a partir de una botella de Leyden cargada eléctricamente, las chispas eléctricas –las verdades ocultas- podían producirse.
Nos llevaría demasiado lejos si yo les hablara de todas las conexiones intermedias, pero deben mencionarse ciertos asuntos de importancia. Había llegado un momento realmente crucial que puedo indicar de la siguiente manera; aunque expresado de una manera algo simbólica, está en estricta concordancia con los hechos. Los ocultistas del ala derecha, que junto con el partido de centro habían alcanzado el compromiso, podían decirse: puede ser que algo muy significativo pueda aparecer pronto a partir de esta personalidad. Pero aquellos que pertenecían al ala izquierda podían decir también con seguridad: ¡Es posible lograr algo extremadamente efectivo en el mundo con la ayuda de esta personalidad!, Y ahora se libró una verdadera batalla alrededor de ella, por un lado con el honesto propósito de tener substanciado mucho de lo que los iniciados sabían; y por el otro lado, por el bien de objetivos especiales de gran alcance.
Me he referido a menudo a los períodos tempranos de la vida de H.P. Blavatsky, y he mostrado que, para comenzar, se intentó obtener de ella una gran cantidad de conocimiento. Pero en un tiempo comparativamente breve la situación cambió rápidamente, debido al hecho de que ella entró pronto en la esfera de aquellos que pertenecían, por así decirlo, a la izquierda. Y aunque H.P. Blavatsky era muy consciente de lo que ella misma era capaz de ver –pues ella era especialmente significativa por el hecho de que no era un médium simplemente pasivo, sino que tenía una colosal memoria para todo lo que se le revelara desde los mundos superiores- sin embargo ella estuvo inevitablemente bajo la influencia de ciertas personalidades cuando quiso evocar manifestaciones del mundo espiritual. Y así ella siempre hacía referencia a lo que debería ser realmente dejado a un lado, ella siempre se refería a los “Mahatmas”. Ellos pudieron estar allí en segundo plano pero esto no es un factor cuando se trata de promover los intereses de la humanidad.
Y así no pasó mucho tiempo antes de que H.P. Blavatsky tuviera que enfrentarse a una decisión. La llegó una insinuación de un grupo que pertenecía al bando de la izquierda de que ella era una personalidad de importancia clave. Ella sabía muy bien qué era lo que veía, pero no era consciente de cuán significativa era como personalidad. Esto se lo reveló por primera vez el ala izquierda. Pero ella era fundamentalmente honesta por naturaleza y después de que se la insinuara esta indirecta desde un grupo al que, al comienzo, ella a duras penas hubiera aprobado, dada su fundamental honestidad, trató por su parte de alcanzar una especie de compromiso con una Hermandad oculta en Europa. Hubiera resultado algo maravilloso de esto, porque a través de su gran don de la mediumnidad ella hubiera sido capaz de proporcionar confirmaciones de importancia realmente fenomenal en relación con lo que era conocido por los iniciados a partir de teorías y simbolismo. Pero ella no era sólo profundamente honesta, ella era también lo que en alemán se llama una “Frechdachs”: una “criatura pícara”. ¡Y ciertamente lo era! Tenía en su naturaleza un cierto rasgo que es particularmente común en aquellos inclinados hacia la mediumnidad, es decir, una falta de consistencia en el comportamiento externo. Así había momentos en que podía ser muy audaz y en uno de esos ataques de audacia impuso, sobre
Ahora este fue el período en que hubo un intenso interés en H.P. Blavatsky por parte de Hermanos de la izquierda. Ya en aquel tiempo estos Hermanos del ala izquierda tenían sus propios intereses especiales. Por ahora no me propongo hablar sobre estos intereses. Si fuera necesario, podría hacerlo en algún momento futuro. Por ahora es suficiente decir que había Hermanos que tenían sus especiales intereses, por encima de todo, intereses de un carácter eminentemente político; previeron la posibilidad de lograr algo de naturaleza política en América por medio de personas que hubieran pasado primero por una preparación oculta. La consecuencia fue que en un momento en que H.P. Blavatsky ya había adquirido una incontable cantidad de conocimiento oculto al haber trabajado con
La situación ahora era extremada y tremendamente difícil. Pues lo que se había emprendido para llamar la atención del mundo sobre la existencia de un mundo espiritual, tenía que ser retirado en cierto aspecto por los ocultistas serios porque había resultado un fiasco. Fue necesario mostrar que no se podía confiar en lo que estaba siendo presentado por el Espiritismo, a pesar del hecho de que tenía muchos partidarios. Fue sólo materialismo, fue un puro diletantismo. Las únicas personas eruditas que se ocuparon de ello fueron aquellas que querían obtener información de una manera externa y materialista sobre el mundo espiritual. Además, H.P. Blavatsky había dejado claro a
El buen consejo es costoso, como dice el dicho. ¿Qué se podía hacer? Y entonces sucedió algo a lo que me he referido en varias ocasiones, pues parte de lo que estoy diciendo hoy lo he dicho en otras ocasiones. Se dio algo que se llama en ocultismo “encarcelamiento oculto”.[2] H.P. Blavatsky fue puesta en encarcelamiento oculto. A través de actos de esta índole que sólo pueden ser realizados por ciertos Hermanos –y son realizados, además, sólo por aquellas Hermandades que se involucran en artes ilícitas- a través de ciertos actos y maquinaciones lograron obligar a H.P. Blavatsky a vivir durante un tiempo en un mundo en que todo su conocimiento oculto fue dirigido hacia el interior. Piensen sobre ello de esta manera. El conocimiento oculto estaba en su aura; como resultado de ciertos procesos que fueron puestos en funcionamiento, sucedió que durante mucho tiempo todo lo que había en su aura fue arrojado de vuelta a su alma. Es decir, todo el conocimiento oculto que poseía fue encarcelado; ella iba a ser aislada en todo lo que concernía al mundo exterior y su ocultismo.
Esto sucedió en un momento en que H.P. Blavatsky podría haber llegado a ser realmente peligrosa, a través de la difusión de enseñanzas que están entre las más interesantes de todas, dentro del horizonte del Movimiento Oculto. Ciertos ocultistas Indios llegaron entonces a saber del asunto, ocultistas que por su parte tendían fuertemente hacia la izquierda, y cuyo interés primordial era dirigir el ocultismo que podía darse al mundo a través de H.P. Blavatsky en una dirección que pudiera influir sobre el mundo en línea con sus especiales objetivos. A través de los esfuerzos de estos ocultistas Indios, que estaban versados en las prácticas apropiadas, ella fue liberada de su encarcelamiento dentro de su aura; ella era libre de nuevo y podía ahora utilizar sus facultades espirituales de la manera correcta.
Pueden obtener de esto una idea de lo que hubo de tener lugar en esta alma, y de qué combinación de factores estaba compuesto todo lo que vino al mundo a través de H.P. Blavatsky. Pero como ciertos ocultistas indios habían obtenido el mérito de liberarla de su encarcelamiento, la tenían en su poder en cierto sentido. Y simplemente no hubo posibilidad de evitar que la utilizaran para enviar al mundo aquella parte del ocultismo que se adecuaba a sus intereses. Y así se “dispuso” algo muy extraordinario, si puedo utilizar esta burda palabra. Lo que se dispuso puede expresarse aproximadamente como sigue. Los ocultistas Indios querían afirmar sus propios objetivos especiales en oposición a los de los demás, y con este propósito utilizaron a H.P. Blavatsky. Se la dieron instrucciones de situarse bajo determinada influencia, pues en su caso el estado mediúmnico siempre había de ser inducido desde el exterior, y esto hizo también posible traer todo tipo de cosas al mundo a través de ella.
En ese tiempo se asoció con una persona que desde el principio no tenía realmente ningún interés teosófico directo pero que tenía un espléndido talento para la organización, es decir, el Coronel Olcott. No puedo afirmarlo con certeza, pero conjeturo que ya había habido alguna especie de asociación en los tiempos en que Blavatsky perteneció a
Con el Mahatma Kuthumi, por tanto, estamos ante el espíritu de un audaz pirata del mar del siglo XVII que entonces, en el siglo XVIII, estuvo involucrado en importantes manifestaciones realizadas con la ayuda de H.P. Blavatsky y otros también. Él trajo tazas de té desde alguna distancia, permitió que toda clase de artículos fueran traídos desde el ataúd del padre de H.P.B.,[3] etc. Del relato del Coronel Olcott, se debe asumir que estos fueron actos del audaz pirata del siglo XVII.
El Coronel Olcott habla de una manera notable sobre este John King. Dice que quizás uno está tratando, no con el espíritu de este pirata, sino posiblemente con la creación de una Órden que, mientras que depende de agentes ocultos para sus resultados, tiene su existencia entre hombres físicos. Según este relato, Kuthumi podría haber sido miembro de una Órden que estaba inmersa en prácticas como las que he descrito y cuyos resultados iban a ser comunicados al mundo a través de H.P. Blavatsky, pero íntimamente unidos a toda clase de especiales intereses. Estos intereses consistían en que se extendiera por el mundo una enseñanza específicamente India.
Esta era aproximadamente la situación en los años 70 del siglo XIX. Por tanto tenemos evidencia de sucesos muy significativos que deben ser vistos en un marco simple cuando estamos considerando el curso completo de los sucesos en el Movimiento Ocultista. Fue este mismo John King quien, por medio de la “precipitación”, produjo los libros de Sinnett, el primero, Cartas sobre el Mundo Oculto, y especialmente, Budismo Esotérico.
Este libro, Budismo Esotérico, llegó a mis manos poco después de su publicación –unas pocas semanas de hecho- y pude ver en él los esfuerzos que se estaban haciendo, especialmente desde cierto grupo, de dar una forma enteramente materialista a las enseñanzas espirituales. Si ustedes estudiaran el Budismo Esotérico con el conocimiento que han adquirido en el curso del tiempo, se quedarían atónitos con las formas materialistas en que se presentan los hechos. Es materialismo en su peor manifestación. El mundo espiritual se presenta de una manera completamente materialista. Nadie que se haga con este libro puede liberarse del materialismo. El contenido es muy sutil pero en el libro de Sinnett uno no puede substraerse al materialismo, sin importar cuán sublimes sean las alturas a que pretende llevar a uno. Y así los que sustentaban ahora espiritualmente a H.P.B. –perdonen la analogía materialista- no sólo tenían objetivos especiales relacionados con intereses Indios, sino que también hicieron mordaces concesiones al espíritu materialista de la época. Y la influencia que el libro de Sinnett tuvo sobre un gran número de personas muestra cuán correctamente habían especulado[4]. He conocido a científicos que estaban deleitados con este libro porque todo encajaba en con su idiosincrasia y aún así eran capaces de concebir la existencia de un mundo espiritual. El libro satisfizo todas las demandas del materialismo e hizo posible encontrar la necesidad de un mundo espiritual y reconocer su existencia.
Ahora ustedes saben que en el posterior desarrollo de estos sucesos, H.P. Blavatsky escribió
Se podrían añadir muchos detalles a lo que he dicho ahora, pero el tiempo es breve. Seguiré ahora mostrándoles cómo nuestro Movimiento científico-espiritual tuvo su lugar en el Movimiento que ya existía.
Ustedes saben que fundamos
Ustedes saben que de una manera grotesca y absurda fui acusado de haber hecho un repentino giro hacia una visión del mundo enteramente diferente a la que se había presentado en mi libro Welt und Lebensanschauungen in neunzehnten Jahrhundert[5].
Leeré las primeras líneas del prefacio de este libro.
“Lo que se afirma en esta obra formó el contenido de conferencias dadas por mí en el último verano en
Ahora ustedes pueden comprender por qué permití que los contenidos de las conferencias pronunciadas en muy diferentes círculos encontraran un lugar en un movimiento oculto. En la primera edición del libro Welt und Lebensanschauungen in neunzehnten Jahrhundert, está contenido lo siguiente en el capítulo sobre Schelling que cito de la primera edición, que fue dedicada a Ernst Haeckel y fue publicada en febrero de 1900. Leeré unos pocos pasajes del libro del que la gente ha dicho que surgió una visión del mundo bastante distinta a la que presenté en el libro sobre Misticismo.
“Ahora hay dos posibles maneras de describir un ser que es al mismo tiempo Espíritu y Naturaleza. La primera es: Yo exhibo las leyes de la naturaleza que están activas en
Y refiriéndome más a Schelling, digo un poco más adelante:
“Para Schelling, con su pensamiento progresista, el estudio del mundo fue el estudio de Dios, o Teosofía. Él ya permanecía completamente en este terreno cuando, en 1809, publicó su Philosophic Enquiries into the Nature of Human Freedom and allied Matters. Todas las cuestiones concernientes a las concepciones del mundo vinieron ante él bajo una nueva luz. Si todas las cosas son divinas, ¿cómo es posible que exista el mal en el mundo, si Dios sólo puede ser la perfecta Divinidad? Si el alma del hombre está en Dios, ¿cómo es posible que ella siga sus propios intereses egoístas? Y si es Dios el que actúa en mí, ¿cómo puedo yo ser llamado libre si no actúo sabiamente como un ser independiente?
Esta visión del mundo no es dejada de lado. Y más adelante digo:
“Con tales visiones, Schelling demostró ser el filósofo más serio y con más coraje de todos aquellos que se sintieron estimulados por Kant a adoptar una visión idealista del mundo. Bajo la influencia de este estímulo, el hombre ha renunciado a filosofar sobre las cosas que residen más allá de lo que nos dan únicamente los sentidos humanos y el pensamiento concerniente a tales observaciones. Los hombres tratan de contentarse con lo que se encuentra dentro del campo de la observación y del pensamiento. Pero mientras que Kant extrajo de esto la inevitable conclusión de que el hombre no puede saber nada ‘más allá’ de las cosas, sus sucesores declararon: Como la observación y el pensamiento no indican nada divino en ese ‘más allá’, ellos mismos son lo divino. Entre aquellos que declararon esto, Schelling fue el más convincente. Fichte reunió todo en la yoidad; Schelling extendió la yoidad sobre todo. Él no deseaba, como Fichte, mostrar que la yoidad es todo sino, por el contrario, que todo es yoidad. Y Schelling tuvo el coraje de declarar no sólo que el contenido de ideas del ego era divino, sino toda la personalidad espiritual humana. No sólo hizo a
Este capítulo de mi libro se cerraba con el pasaje:
“Si la vida interna se declara como divina, parece inconsistente confinarnos a una parte de ella. Schelling no cayó en esta inconsistencia. Cuando él dijo que explicar la naturaleza es crear naturaleza, indicaba la dirección de su propia visión de la vida. Si el estudio reflexivo de la naturaleza es una repetición de su creación, el carácter básico de su creación debe corresponderse con el de la acción humana; debe ser un acto de actividad espiritual libre, no un acto como una necesidad geométrica. Pero no podemos reconocer una creación libre a través de las leyes de
Yo estaba escribiendo una historia de las visiones del mundo mantenidas en el siglo XIX. No podía ir más allá de esto, pues lo que prevalecía en aquel momento en la evolución que avanzaba eran intentos puramente diletantes que no tuvieron influencia sobe el progreso de la investigación filosófica. Tales asuntos no podían formar parte de este libro. Pero sí
La segunda parte del libro, que trata, primeramente, de Hegel, está fechada el 2 de octubre. Fue entonces cuando acababa de comenzar las conferencias referidas, y en septiembre de 1901, el libro sobre Misticismo ya había sido publicado. Verdaderamente no es para enfatizar asuntos personales, sino para ayudarles a hacer un juicio sin prejuicios, que me gustaría referirles a una crítica del libro Welt und Lebensanschauungen im neunzehnten Jahrhundert que apareció el 15 de diciembre de 1901 en el periódico de
“Especialmente en el dominio de la filosofía en el que se pueden mantener disputas con las palabras apropiadas, se cometen muchos pecados en los escritos populares. Los ‘Observadores de Sión’ y organizaciones de todo tipo, con su docta camarilla a las que desafortunadamente pertenecen demasiados profesores universitarios, tienen mucha culpa.”
La cita del siguiente extracto se hace sólo para señalar la buena voluntad con la que el libro fue recibido en aquel tiempo:
“Mucho más debemos dar la bienvenida al hecho de que el Doctor Rudolf Steiner, un autor muy conocido como pensador moderno y protagonista, ha emprendido la tarea de dar al público alemán una presentación objetiva de los conflictos espirituales librados en Alemania en el siglo XIX en relación con los puntos de vista y concepciones del mundo.”
Entonces, tras un extracto del libro, sigue una extraordinaria afirmación que debo leerles completa. El escritor de esta crítica lamenta la ausencia de algo en el libro, y expresa esto con las siguientes palabras:
“Aunque el espiritismo de Du Prel y el Cristianismo ermitaño original de Tolstoi son inútiles para la actividad cultural basada en el pensamiento de la evolución, aún así sintomáticamente tienen un valor que no debe ser pasado por alto. Lo mismo puede decirse del Neo-Budismo (Teosofía), que ha desarrollado una terminología propia, una especie de jerga mística. Una psicología de la creencia moderna del hombre en espíritus del calibre mental de Steiner sería decididamente bienvenida. El lenguaje de este libro es fácil de comprender. Ninguno de los pasajes de una yarda de longitud del filósofo académico interrumpe el gozo del lector.”
Esto fue escrito en noviembre de 1901, poco después de que hubiera comenzado a dar las conferencias teosóficas en Berlín. Ciertamente puede decirse que hubo una demanda, una demanda pública, de que hablara sobre el objetivo y propósito de
En el invierno de 1900-1901, pronuncié las conferencias sobre Misticismo, y en las de 1901-1902 las que trataron de los Misterios Griegos y Egipcios en mucho más detalle. Estas conferencias fueron posteriormente impresas en el libro El Cristianismo como Hecho Místico[6] (publicado en el verano de 1902).
La mayor parte de El Misticismo y el Pensamiento Moderno fue enseguida traducida al inglés, aún antes de que fuera miembro de
Ustedes ven claramente que en ningún lugar en el curso de las cosas hubo alguna especie de salto repentino; una cosa condujo a la otra con bastante naturalidad. Al comienzo del ciclo de conferencias sobre los Misterios Egipcios y Griegos –de nuevo pronunciado en la biblioteca del Conde Brockdorff- y ciertamente también en el tiempo de la segunda serie tuve alguna oportunidad de escuchar sobre asuntos que no eran muy serios en aquel tiempo, pero que eventualmente condujeron a cosas de las que se ha hablado aquí como “excentricidades místicas”.
Así en los años 1901-1902, hablé sobre los Misterios Egipcios y Griegos y a estas conferencias asistió la actual Señora Steiner. Ella también había escuchado la conferencia que di en
Después de haber estado fuera durante un tiempo,
Después de una conferencia subsiguiente sobre la misma materia, se acercó a mí de nuevo y dijo: “¡Se ve que aún recuerda bastante bien lo que usted enseñaba cuando estaba en los Misterios Griegos!” Eso es algo que, llevado un poco más lejos, bordea el capítulo que merece el título de “excentricidades místicas”.
En el otoño de 1901, esta dama organizó un te. La señora Steiner siempre habla de ello como del “te de los crisantemos” porque había muchísimas de esas flores en la habitación. La invitación vino a través de esta conocida de la condesa Brockdorff y a menudo pensé que ella quería –bien, ¡no sé muy bien lo que era! El día elegido para la fundación de
En este programa no había lugar para actividades insanas, pero naturalmente vinieron unas pocas personas con tales tendencias; hubo gente que estaba influida por el Movimiento que he mencionado. Pero de la conversación citada al comienzo de esta conferencia, que tuve con un miembro de
El sendero que hemos estado siguiendo durante largos años se adoptó con plena consciencia. Aunque esos elementos de mediumnismo y clarividencia atávica no han estado ausentes, no ha habido desviación alguna de este sendero, que nos ha conducido a nuestra actual posición.
Tuve, por supuesto, que confiar en encontrar en el Movimiento Teosófico gente que deseara y fuera capaz de reconocer métodos de trabajo profundamente saludables. El procedimiento invariable de aquellos que no deseaban un Movimiento en el que prevaleciera un saludable y estricto sentido de responsabilidad científica, ha sido tergiversar el objetivo que hemos estado persiguiendo, para adecuarlo a sus propios fines. La historia de nuestro Movimiento proporciona abundantes evidencias de que no ha habido una renuncia a penetrar en los más elevados mundos espirituales, hasta el grado en que pueden ser revelados ahora, mediante la gracia, a la humanidad; pero por otro lado, lo que no pueda ser obtenido a lo largo de un sendero saludable, a través de los métodos correctos para entrar en los mundos espirituales, ha sido estrictamente rechazado. Aquellos que reconocen esto y que siguen la historia del Movimiento no necesitan tomarlo como una mera garantía, pues se desprende de la naturaleza completa del trabajo que se ha desarrollado durante años. Hemos sido capaces de avanzar mucho, muchísimo, en la genuina investigación del mundo espiritual de lo que ha sido posible jamás a
Siempre he rechazado tener algo que ver con formas de ocultismo anticuado, con cualquier Hermandad o Comunidad de ese tipo en el dominio esotérico. Y fue sólo bajo la garantía de la completa independencia como trabajé durante un tiempo en una cierta relación con
Rudolf Steiner
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