La Cuestión judía y Alice Bailey
El actual conflicto de Oriente Medio entre el gobierno de Israel y Palestina y Líbano ha vuelto a traer al primer plano de la actualidad la así denominada “cuestión judía” o “problema judío” “-problema que ha existido durante siglos y que actualmente preocupa profundamente a infinidad de personas, incluyendo a los miembros de la Jerarquía planetaria” (PSICOLOGIA ESOTERICA Tomo I. Alice A. Bailey. 1933. Págs. 208 y sig. b. EL PROBLEMA JUDÍO) “problema (…..) muy antiguo y conocido, y (del que) resulta di¬fícil decir algo sobre él que no sea vulgar ni demuestre algún tipo de prejuicio (desde el punto de vista del lector), ni despierte en el judío una reacción indeseable. Sin embargo de nada sirve decir lo que será aceptable o que coincida con todos los puntos de vista, o reiterar todo lo dicho hasta ahora. Hay cosas que deben decirse, que no son conocidas y raras veces se han dicho, o fueron dichas con espíritu de crítica o antisemita, y no con espíritu de amor, como se intenta hacerlo aquí”. (LOS PROBLEMAS DE LA HUMANIDAD. Alice A. Bailey. 1947, pp. 50 y siguientes.”El Problema Judío”).
En las noticias, en la calle, en los foros de discusión en televisión o Internet, en las listas de email, etc. miles de personas vierten y cruzan a diario sus opiniones -a veces duras, parciales, infundadas, arbitrarias, injustas o radicales- y ello bien favor bien en contra de los protagonistas, lo cual da un indicio del grado de implicación y la importancia y preocupación que dicho conflicto produce.
De la extensa obra que Alice A. Bailey escribió para el Tibetano –salvo alguna alusión menor- son básicamente tres los apartados que hacen referencia y tratan específicamente a esta cuestión. Dichos apartados están contenidos en otros tantos libros (Los ya citados “Psicología Esotérica 1”, y “El Destino de las naciones”, mas el de “La Exteriorización de la Jerarquía” escritos todos en el entorno de la segunda guerra mundial y publicados en los años 1936, 1937 y 1957 respectivamente).
Confiamos que su atenta lectura, estudio y sosegada reflexión, arrojen luz al estudiante esotérico y buscador sincero sobre las claves de este problema –algunas de las cuales pueden resultar para la mayoría sorprendentes e inéditas- y le predispongan a la correcta actitud y acción que contribuya y acelere la justa resolución del actual conflicto, primero, y del problema de fondo después. Que asi sea.
Extraído literalmente del texto de Alice Bailey “LA EXTERIORIZACION DE LA JERARQUIA” y de su capítulo dedicado a “LA CAUSA OCULTA DEL DESORDEN EXTERNO”
Enero 1939
“Otro ángulo que será benéfico y desde el cual puede considerarse la situación mundial, es buscar la causa oculta del desorden externo, la cual no es lo que los hombres piensan a menudo, pues su origen reside en el reino de las energías y fuerzas. Como lo he explicado en otra parte, hay tres grandes corrientes de energía que actúan poderosamente en el mundo en esta época, y otras dos luchan también por expresarse, constituyendo las cinco que, en conjunto, determinarán el curso de los asuntos mundiales. Repetiré, abreviando:
1. La primera y más poderosa fuerza es la que afluye al mundo desde Shamballa, el centro planetario donde la Voluntad de Dios es conocida. Sólo dos veces en nuestra historia planetaria se ha hecho sentir directamente esta energía de Shamballa: la primera, cuando sucedió la gran crisis humana en la individualización del hombre en la antigua Lemuria; la segunda, en los días atlantes, en la gran lucha entre los Señores de la Luz y los Señores de la Forma Material, denominados también Fuerzas Oscuras. Actualmente la fuerza de Shamballa afluye desde el Centro Sagrado y personifica al aspecto Voluntad de la crisis mundial actual, y sus dos efectos o cualidades subsidiarias son:
a. La destrucción de lo indeseable y obstaculizador en las formas mundiales actuales (gobierno, religión y sociedad).
b. La fuerza sintetizadora que une lo que hasta ahora había estado separado.
La fuerza de Shamballa es tan nueva e irreconocible, que le resulta difícil a la humanidad conocerla por lo que es –la demostración de la benéfica Voluntad de Dios en una nueva y poderosa vivencia.
2. La segunda fuerza principal que se está haciendo sentir potentemente ahora es la fuerza de la Jerarquía espiritual, el centro planetario donde rige el Amor de Dios, al entrar en uno de sus principales acercamientos cíclicos a la Tierra. El problema ante la Jerarquía es ahora dirigir y controlar de tal manera esas cinco poderosas energías, que el Plan divino pueda materializarse y al finalizar este siglo se vea que el Propósito de Dios para la humanidad asume la correcta dirección y proporción.
3. La humanidad misma es el tercer centro planetario principal por el cual se expresa uno de los tres aspectos divinos, la Inteligencia, produciendo sus efectos mundiales.
Estos tres centros están estrechamente interrelacionados y deben ser considerados como expresiones de la vivencia divina, personificando tres etapas en el desarrollo del Plan de Dios, y constituyen los tres centros principales –cabeza, corazón, garganta— en el cuerpo de Aquel en Quien vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser. Los estudiantes pueden relacionar estos tres centros con los tres sistemas solares mencionados en Tratado sobre Fuego Cósmico. En el primer sistema solar fue preparado el centro Humanidad, y el principio de la inteligencia vino a la manifestación. En el segundo sistema solar hizo su aparición la Jerarquía de Amor, y debe manifestarse plenamente, a fin de que el amor de Dios sea percibido. En el próximo sistema solar, el centro que ahora denominamos Shamballa manifestará inteligentemente el aspecto Voluntad de la Deidad por medio del amor. Es interesante observar que sólo mediante los seres humanos estos tres centros inician siempre una verdadera actividad funcionante; análogamente las tres principales ideologías (totalitaria, democrática, comunista) pueden ser la respuesta –distorsionada aunque responda— a las fuerzas que actúan sobre el centro humano desde los dos centros superiores. Hemos tratado esto con anterioridad en el libro.
Los que tratan de servir a la humanidad y unirse al esfuerzo jerárquico para curar a un mundo dolorido, deben aprender a penetrar detrás de las apariencias, de los métodos y esquemas, de los resultados y efectos, en el plano físico, y tratar de establecer contacto con las fuerzas de Shamballa o de la Jerarquía, y con la necesidad humana que ha producido estas expresiones, y considerarlas por lo que son –no como sistemas caducos y esfuerzos infantiles para mejorar, sino planes embrionarios por los cuales, oportunamente, podrá llegar la liberación, la cultura y la civilización de la nueva era. Si tratan de llevar la iluminación a los lugares oscuros de la Tierra (es decir, a las mentes de los hombres), entonces deberán ver con claridad y relacionar lo abstracto y lo concreto, de manera que pueda verse en sus propias vidas un idealismo actuante; sólo así podrá verse también un idealismo activo de carácter nacional, racial y humano. Debe em¬plearse tanto la cabeza como el corazón, y esto muchas personas vehementes tienden a olvidarlo. Al realizar este esfuerzo ¿podrían trabajar a alta tensión –tensión producida por la interrelación de la cabeza y el corazón, actuando en forma creadora por inter¬medio del centro laríngeo— esotéricamente entendido? En esta última frase he expresado para los discípulos, la índole del esfuerzo que deben realizar.
La mejor manera de servir, de parte de los pensadores del mundo y el nuevo grupo de servidores del mundo, es reconociendo lo que le sucede al género humano como un todo y lo que ocurre detrás de la escena; lo de mayor importancia es el desarrollo de la conciencia humana, en respuesta a las condiciones presentes en cualquier país o países; recién ahora el "estado mental humano" está comenzando a centrarse en las cosas importantes y a expresarse en forma viviente. Los pensadores y servidores deben aprender a concentrarse en la conciencia que empieza a despertar, y no en los movimientos superficiales. Este despertar avanza satisfactoriamente y a grandes pasos hermanos míos. La forma o formas podrán sufrir, pero la percepción intrínseca del hombre está llegando a ser en este siglo expresivamente divina.
Las otras dos fuerzas que tienden a acrecentar la tensión ya prevaleciente en el mundo son:
4. Las fuerzas del materialismo, que afluyen a los tres mundos desde las así llamadas "Fuerzas Oscuras" o Logia Negra, y de esos grupos de vidas y de trabajadores que son la antítesis de la Gran Logia Blanca.
5. La fuerza que emana de ese sector de la humanidad que reside en todas partes del mundo y denominarnos el pueblo judío. Lo expuesto no se refiere específicamente a ningún individuo, sino que considero el problema mundial centrado alrededor de los judíos como un todo.
Ambas fuerzas complican grandemente el problema que enfrentan la humanidad y la Jerarquía, pero debe recordarse que producen también el equilibrio tan necesario para el establecimiento de las condiciones correctas.
Poco puedo decirles acerca de las Fuerzas Oscuras. No constituyen un problema para la humanidad sino para la Jerarquía. La tarea de estas fuerzas consiste en preservar la forma y desarrollar los métodos y objetivos inherentes a los procesos de la manifestación. La Logia Negra, según se llama, se ocupa del aspecto forma de la manifestación y la Logia Blanca del aspecto conciencia. Por lo tanto, podría decirse que:
1. Shamballa se ocupa de los impulsos graduados del aspecto vida.
2. La Jerarquía se ocupa de la serie de expansiones graduadas del aspecto conciencia.
3. La Logia Negra se ocupa de la multiplicidad de formas del aspecto materia.
Repito, la luz les podrá llegar si relacionan este triple enunciado con los tres sistemas solares y con los tres aspectos de la divinidad. Por lo tanto, el mal o la maldad existe sólo cuando se pone el énfasis sobre el aspecto erróneo, desde el punto de vista del desarrollo alcanzado, o cuando lo que ha sido utilizado y desarrollado hasta la necesaria etapa, retiene la vida o conciencia demasiado tiempo. De allí, hermanos míos, la naturaleza benéfica de la muerte.
Las Fuerzas de la Oscuridad son energías poderosas que actúan para preservar lo antiguo y material; por eso son preeminentemente las fuerzas de la cristalización, de la conservación de la forma, de la atracción de la materia y de la seducción de lo que existe en la vida de la forma de los tres mundos. En consecuencia, bloquean deliberadamente la afluencia de lo nuevo y dador de vida; trabajan para impedir la comprensión de lo que pertenece a la nueva era; se esfuerzan en conservar lo familiar y antiguo, en contrarrestar los efectos de la cultura y la civilización venideras, en enceguecer a los pueblos y nutrir constantemente los existentes fuegos del odio, de la separatividad, de la crítica y de la crueldad. Estas fuerzas, en lo que concierne a los pueblos inteligentes del mundo, trabajan insidiosamente y engalanan su esfuerzo con bellas palabras, y conducen, hasta a los discípulos, a manifestar odio a personas e ideologías, nutriendo las ocultas simientes del odio que existen en muchos seres humanos. Aventan hasta el ensañamiento, el temor y el odio que hay en el mundo, en un esfuerzo por conservar lo anticuado, haciendo que lo desconocido parezca indeseable y deteniendo las fuerzas de la evolución y del progreso para sus propios fines, los cuales son tan inescrutables para ustedes como lo son los planes del Regente de Shamballa.
Sería bueno reconocer que estas fuerzas existen, pero ustedes, como individuos o grupos, poco pueden hacer respecto a ellas, excepto procurar que –por insignificante que sea— en nada les sirva de punto focal de sus esfuerzos, ni los convierta en agentes para la distribución de su tipo peculiar de energía –la enfocada y dirigida energía del odio—, de la separatividad, del temor y del orgullo. Quienes estamos vinculados directamente con la Jerar¬quía debemos ocuparnos de ellas, pero ustedes pueden ayudar más de lo que creen, controlando los pensamientos y las ideas, cultivando un espíritu amoroso y empleando en forma general la Gran Invocación.
Ahora, consideraremos brevemente la cuestión judía. Recuerden que es un hecho interesante que los judíos residen, sin excepción, en todos los países, que su influencia es poderosa y amplia (mucho más de lo que ellos mismos están dispuestos a reconocer) y que manejan muy eficazmente esa peculiar concreción de energía denominada dinero. Constituyen, en forma extraña, un centro mundial excepcional de energía y característicamente separado. La razón de ello es que representan la energía y la vida del sistema solar anterior. Se ha dicho a menudo que al finalizar este sistema solar, una parte de la familia humana no llegará a la cima y pasará al pralaya, o estará en vías de solución hasta que llegue el momento de la manifestación del siguiente y tercer sistema solar. Entonces constituirá la vanguardia y el símbolo de la futura humanidad de ese sistema. Lo mismo ocurrió en el sistema anterior a éste, y los que ahora llamamos judíos (nombre y distinción puramente modernos, como he tratado de demostrarlo en las últimas páginas de Tratado sobre los Siete Rayos, T. I)., son los descendientes de ese primitivo grupo mantenido en pralaya entre el primer sistema solar y el segundo. Si recuerdan que el tercer rayo rigió ese sistema y gobierna también a la raza judía, que ese sistema se ocupaba solamente de los aspectos divinos de la materia y de las condiciones externas y que los judíos eran el producto más elevado de ese sistema, podrán llegar a comprender la separatividad del judío, su deseo de obtener la pureza racial y su interés en lo comercial y tangible. El judío, a través de las edades, ha insistido en separarse de todas las otras razas, pero trajo del sistema anterior el conocimiento (necesario entonces, pero caduco ahora) de que su raza era el "pueblo elegido". El "Judío Errante" ha deambulado desde el primer sistema al actual, donde debe aprender la lección de absorción y cesar en sus andanzas. Ha insistido sobre la pureza racial, porque ese fue su principal problema en la primitiva época lemuriana, cuando la raza vino a un mundo donde no existía el ser humano, pues fue antes de la llegada de los Señores de la Llama; esta insistencia ha persistido en ellos en el transcurso de las edades y ha regido las reglas del matrimonio y de la preparación del alimento, insistencia que debió haber abandonado hace millares de años. Estos hechos (desconocidos para el judío moderno) militaron en contra de ellos a través de los años e hicieron posible que las fuerzas de la separatividad y del odio empleen a la raza judía para provocar la dificultad mundial, a fin de llevar a una crisis el fundamental problema humano de la separatividad. Cuando la humanidad haya resuelto el problema judío (con la colaboración comprensiva de su parte) y dominado las antiguas antipatías y odios, podrá fusionar el problema en una vasta situación humanitaria. Cuando ello suceda, el problema se solucionará rápidamente y desaparecerá de la faz de la tierra una de las ma¬yores dificultades. Entonces será posible la fusión racial. Nuestra humanidad terrena y el grupo de seres humanos de origen mucho más antiguo que el nuestro, formarán una sola humanidad, y entonces habrá paz en la Tierra.
Por qué nuestro planeta y nuestro sistema solar debieron ser constituidos en el vivero de la simiente de la separatividad, y por qué ese remanente de la humanidad mucho más avanzada que la nuestra, fue destinado a realizar su futuro en nuestra Tierra, lo sabe el Señor de Shamballa, un conocimiento inalcanzable para ustedes y en realidad para muchos que pertenecen a la Jerarquía. Es un hecho que simplemente deben aceptar. Como dije, la solución vendrá cuando las razas consideren el problema judío como humanitario y también cuando el judío haga su parte para comprender, amar y actuar correctamente. Hablando racialmente, todavía no lo ha hecho. Debe abandonar sus propias tendencias separatistas y su profundo sentido de persecución. Posteriormente lo hará con más facilidad cuando comprenda, como raza, el significado y la inevitabilidad de la Ley del Karma, y por un cuidadoso estudio del Antiguo Testamento y de los actos y hechos que allí se proclaman como sus actos y hechos raciales (conquista, terrorismo y crueldad), y también comprenda que la ley está actuando y liberándolo incidentalmente para un futuro mejor. Al mismo tiempo, el judío y el gentil deben comprender la igualdad de responsabilidad y culpabilidad por las actuales dificultades mundiales.
Por lo tanto, las dos fuerzas a las cuales me he referido, deben ser tenidas en cuenta por los discípulos al tratar de servir en este ciclo crítico; ambas fuerzas deben entrar en los cálculos cuando comience este nuevo trabajo grupal, o sus idealismos y pensamientos erróneos podrán obstaculizar el trabajo grupal. Deben reconocer teóricamente las cinco fuerzas (tres mayores y dos menores) que se encuentran y chocan actualmente en la familia humana. Fue necesario llamar su atención sobre estos hechos. Si los discípulos deben realizar juntos un trabajo grupal en niveles mentales, también deben liberar sus mentes del prejuicio, los odios y cualquier tendencia a la superioridad y a la crítica. No pueden trabajar como grupo si existen estas ideas y pensamientos, y estoy preparándome para enseñarles algunas de las primeras etapas del trabajo y la utilidad grupales. No hubiera sido necesario ocuparme de estos problemas mundiales si no hubiesen reaccionado emocionalmente hacia ellos; muy pocos poseen una mente libre de prejuicio y de odio, y esos pocos posibilitan la tarea de que el resto aparte su mente de la indebida influencia y de las ideas erróneas.
Les pido que en este trabajo se concentren sobre las fuerzas de Shamballa y de la Jerarquía, que se conserven canales puros y despejados y que traten de vincularse con el alma de cada uno y de todos, cuya naturaleza es amor puro, síntesis y poder divino.
Sin embargo, es esencial que a pesar del trabajo para el cual he llamado a estos grupos y que –como bien saben— está destinado a sentar las bases del trabajo de las futuras escuelas esotéricas, los miembros de todos los grupos comprendan que debe ser emprendido también el trabajo grupal exotérico. Una gran mayoría de quienes participan en estos grupos están satisfechos por lo que significa su propio trabajo grupal y permiten que ello usurpe el lugar del servicio objetivo.”
Otro texto de Alice Bailey: Psicología Esotérica, Tomo I
Pag. 208 y sig. “El Problema Judío”
“En relación con las naciones y los rayos quisiera ahora exponer ciertas condiciones fundamentales que en forma parcial explican el así denominado problema judío -problema que ha existido durante siglos y que actualmente preocupa profundamente a infinidad de personas, incluyendo a los miembros de la Jerarquía planetaria.
Si este problema puede ser resuelto, constituirá uno de los factores más poderosos para restablecer la comprensión y la armonía mundiales, pero no puede resolverse sin la colaboración de las personas de buena voluntad de todo el mundo.
Muy poco puedo decir referente a esta cuestión, pasible de ser controlada y probada, porque la clave del problema reside en la misma noche de los tiempos, es decir, cuando el sol pertenecía a la constelación de Géminis. En esta época se erigieron dos pilares que, como todos los masones saben, son los dos grandes jalones de la masonería. A esto se debe el matiz judío de todo trabajo masónico, aunque no es judío en el sentido que imparte hoy dicha palabra. Por lo tanto, si los hechos son tan antiguos, ¿quién puede creer que lo que digo es exacto o que mis conclusiones son correctas o erróneas? Sólo presento los hechos tales como los conozco, porque tengo acceso a los archivos más antiguos que conoce el hombre.
El rayo de la personalidad, el rayo de la forma material del pueblo judío, es el tercero. Su rayo del alma es el primer rayo. El signo astrológico que le pertenece es Capricornio, con Virgo en el ascendente. El planeta Mercurio y el signo Virgo desempeñan una parte prominente en su destino. Tales indicaciones son suficientes para proporcionar al estudiante avanzado y al astrólogo los puntos sobresalientes que arrojarán luz sobre su extraña historia.
La tendencia del judío a manipular fuerzas y energías y a utilizar "cuñas" para llevar a cabo sus fines deseados, se debe a la influencia de tercer rayo. Como raza son legisladores natos, de allí proviene su tendencia a dominar y a gobernar, pues su rayo egoico es el primero y de aquí la constante aparición de la cabra en su historia, y la enseñanza sobre la madre virgen que deberá dar a luz al Mesías.
En todo grupo -en el cielo como en la tierra- algunos entes del grupo tienden a rebelarse y a demostrar una iniciativa distinta de los demás entes del grupo.
Cuando nuestro universo solar vino a la existencia, en el lenguaje alegórico de las antiguas escrituras, que se dijo "hubo guerra en el cielo", "el sol y sus siete hermanos" no actuaron con verdadera unanimidad, por eso (y aquí hay una insinuación) nuestra Tierra no es uno de los siete planetas sagrados.
Como sabemos existe la antigua leyenda de una de las pléyades que se perdió y muchas historias similares. Tampoco en la Cámara del Concilio del Altísimo todo ha sido paz y comprensión, sino a veces guerra y discrepancia; esto está muy bien aclarado en las diversas historias narradas en El Antiguo Testamento.
Simbólicamente hablando, algunos de los hijos de Dios, cayeron de su elevado estado, conducidos en una época por "Lucifer, hijo de la mañana". Esta "caída de los ángeles" fue un extraordinario acontecimiento en la historia de nuestro planeta, aunque sólo un fenómeno pasajero e interesante en la historia del sistema solar, y un incidente sin importancia en los asuntos de las siete constelaciones a las cuales pertenece nuestro sistema solar. Deténganse por un momento, reflexionen sobre esta afirmación y reajusten su sentido de los valores. El valor de los acontecimientos varia en importancia de acuerdo al punto de vista, y lo que (desde el ángulo del desarrollo de la conciencia en nuestra Tierra) puede ser un factor de mucha importancia y de valor determinante desde el ángulo universal no lo será. Si para un individuo sus asuntos son de capital importancia, para la humanidad no lo son. Todo depende de quien se mantiene en el Centro del escenario en el drama de la vida, y alrededor de qué factor central giran los acontecimientos triviales e importantes cíclicamente.
Dentro del rayo del poder y de la vida, la expresión del cuarto reino de la naturaleza, el humano, existía una analogía de esa independencia y separación que caracterizó a los grupos principales. En los postreros tiempos lemurianos, un grupo de hombres altamente desarrollados, desde el punto de vista de esa época, que se contaban entre los que entonces eran discípulos mundiales, discreparon con la Jerarquía planetaria y se – separaron de la "ley de los iniciados".
Fue una época en que la enseñanza ponía de relieve la parte material de la vida y el enfoque de la atención se centraba sobre la naturaleza física y su control. El Antiguo Comentario define lo sucedido con las siguientes palabras, y a medida que se lea la mesurada cadencia de esa antigua escritura, sería de valor comprender que las frases se refieren a ese grupo de discípulos que fueron los primitivos fundadores de la actual raza judía:
"La ley se proclamó en el grupo interno que guiaba los destinos de los hombres: Desapéguense. Retengan en sí el poder de aferrar, adquirir y recibir. Los hijos de Dios que se entrenan para dejar el mundo de los hombres y entrar en la luz, siempre viajan libremente. No se aferran a lo que poseen. Libérense y penetren por los portales de la paz.
"Algunos hijos de Dios, cargados con los tesoros de la tierra, esperaban afuera de los pórticos, preparados para entrar cuando fuera pronunciada la palabra que abriría de par en par las puertas. Traían sus dádivas como ofrendas para el Señor de la vida, el Cual no las necesitaba. Querían atravesar esos portales, no con fines egoístas, sino para presentarle los tesoros recogidos en el mundo y así demostrar su amor.
"Nuevamente se pronunció la palabra: Abandonen todo y traspongan el portal sin llevar nada de la tierra. Esperaron y discutieron. El resto de los que estaban preparados entraron en la luz y pasaron entre los pilares del portal; abandonaron las cargas que habían traído, entraron libres y fueron aceptados sin llevar nada.
"Debido a que viajaban como grupo, progresaban y adquirían cosas grupalmente, respondieron al mandato divino y se detuvieron. Allí esperaron, permaneciendo ante el portal del Sendero, aferrados a los tesoros acumulados durante miles de ciclos. Nada querían abandonar. Habían trabajado para adquirir las riquezas que poseían. Amaban a su Dios, y a Él querían entregar la medida más plena de sus riquezas. No amaban la disciplina.
"Nuevamente se pronunció la Palabra: Abandonen todo lo que poseen y entren libres.
“Pero tres se rebelaron contra ese mandato austero. Los demás obedecieron. Atravesaron los portales, dejando a los tres afuera. Muchos fueron elevados a alturas de bienaventuranza. Los tres quedaron afuera aferrados firmemente a sus tesoros."
En esta milenaria escritura, la más antigua del mundo, reside el secreto de la historia masónica y la muerte del Maestro por los tres que estaban más íntimamente asociados a Él en su muerte y sepultura. Los masones reconocerán a los tres a que me refiero aquí, porque fueron los fundadores de la moderna raza judía, tres discípulos avanzados que les indignaba la orden de entrar libres y sin trabas en el lugar donde se halla la luz. Trataban de retener lo que habían reunido y ponerlo al servicio de Dios. Ellos no podían reconocer que su móvil era el amor a las riquezas y el deseo de retener lo que habían ganado. La antigua tradición, como lo enseñaron los instructores del pasado, dice que…
"Volvieron sus rostros hacia los portales de la tierra. Sus amigos siguieron adelante… Ellos quedaron atrás… Los Maestros se reunieron en cónclave y decidieron cual sería el destino de quienes, habiendo llegado hasta los Portales de la Luz, amaban más las posesiones del mundo que servir a la luz. Nuevamente se pronunció la Palabra dirigida a los tres rebeldes, que esperaban fuera de los portales:
"Retengan lo que poseen y reúnan más, pero no conocerán la paz. Cosechen los frutos de la mente, busquen el poder en las grandes posesiones, pero no tendrán un lugar seguro donde habitar. Aunque son discípulos del Señor, no participarán internamente de la paz, no tendrán seguridad ni conocerán el éxito ni tendrán el poder de retener las ganancias.
"Tendrán siempre un conocimiento superficial de Aquel que vigila a todos. Tendrán siempre el impulso de reunir y amasar riquezas. Nunca tendrán tiempo para retenerla y gozarla.
"Continúen hasta que llegue el momento de permanecer nuevamente ante los Portales de la Luz, pero entonces con las manos vacías. Entren libres, aceptados por los Servidores del Señor y conocerán eternamente la paz.’"
La antigua leyenda dice que los tres partieron con pena y rebeldía, cargados con sus tesoros; así comenzó la historia del judío errante. Es significativo recordar que uno de los más grandes Hijos de Dios que ha trabajado en la tierra y ha compendiado en Sí Mismo el camino de la realización, Jesús de Nazaret, era judío. Invirtió las primitivas condiciones; absolutamente nada poseía. Fue el primero de nuestra humanidad que logró la meta; descendía directamente del mayor de los tres discípulos originales que se revelaron contra el drama del desapego. El judío personifica en sí mismo al hijo pródigo mundial. Es el símbolo del discípulo que todavía no ha aprendido la lección del justo sentido de los valores. Ha sido la víctima de la Ley de la Luz y es incapaz de acatar esa ley. Pecó voluntariamente sabiendo cuáles serían los resultados. De allí que conoce la ley como ninguna otra raza, porque es eternamente su víctima. Ha proclamado la ley desde su ángulo negativo; la Ley de Moisés rige hoy en gran parte del mundo y, sin embargo, no logra traer a la vida la justicia y la verdadera legalidad.
Los discípulos del otro grupo que en su día y época representaron a la raza, pasaron a través de los antiguos portales de la iniciación y dieron el primer gran paso. Volvieron con un vago y latente recuerdo del episodio que los separó de sus tres condiscípulos. Al retornar a la vida terrenal hablaron de este acontecimiento. Ése fue su error, y comenzó el largo antagonismo que aún continúa. Estos discípulos hicieron un largo peregrinaje y entraron en la paz eterna, pero persisten todavía los resultados de su primitiva deslealtad, la de revelar los acontecimientos ocultos de la iniciación.
En forma curiosa esta antigua raza, fundada por los tres que amaban más lo que tenían para ofrecer, que lo que ansiaban obtener, fueron los originadores de la tradición masónica. Su historia (e incidentalmente la historia de la humanidad) está personificada en ese dramático ritual. En recompensa a su sinceridad -porque se sublevaron sinceramente, creyendo que estaban en lo correcto- se les concedió el permiso de representar cada año, en el día correspondiente al que podían haber entrado en la luz, la historia de la búsqueda de la luz. Debido a que habían estado al borde de resucitar de la muerte terrenal a la vida de la luz, ellos iniciaron la gran tradición de los misterios. Eligieron la muerte y mataron lo que "había vivido y podía reclamar la recompensa" y lo que debería haber pronunciado la palabra de poder que abriría de par en par las puertas de la resurrección.
Se dice que los tres juraron permanecer eternamente juntos y nunca separarse. Este voto ha sido mantenido en el transcurso de las edades y, en consecuencia, ha producido esa separación racial y esa comunidad de intereses que despierta el antagonismo de otras razas.
En el transcurso de las edades el judío ha andado errante produciendo mucha belleza en el mundo y dando a la humanidad sus más grandes hombres; pero al mismo tiempo ha sido odiado y perseguido, traicionado y acorralado. Personifica en sí, simbólicamente, la historia de la humanidad. La antigua tendencia de los judíos de obtener y retener y también de mantener su integridad racial y nacional, son sus características sobresalientes. No pueden ser asimilados; sin embargo, la raza es tan antigua que no existe nación en el mundo que no tenga raíces en ese grupo, el cual en la antigua Lemuria había logrado tal grado de evolución que sus personajes más destacados estaban en el sendero del discipulado. No hay ningún linaje racial en el mundo occidental que no tenga vástagos de este antiguo y selecto pueblo, excepto los finlandeses y los lapones y esas naciones que tienen una definida descendencia mongólica. Pero lo que hoy se denomina sangre judía no es pura, y el judío moderno sólo es un subproducto, igual que la raza anglosajona; únicamente la tendencia selectiva impuesta y la segregación racial han mantenido intactas la mayor parte de las características originales.
La comprensión de este origen común ha llevado a los angloisraelitas a tergiversar la verdad, y a decir que la historia occidental moderna comenzó en la época de la Dispersión Judía. Tiene una relación mucho más antigua, se remonta a un período anterior a la historia de los judíos, según lo relata El Antiguo Testamento. Los tres discípulos originales y sus familias fueron los progenitores de tres principales agrupaciones raciales, que pueden clasificarse en forma general:
1. La raza semita o las razas de los tiempos bíblicos y modernos; los árabes, afganistanes, moros y los vástagos y las afiliaciones de esos pueblos incluyendo los modernos egipcios, son descendientes todos del mayor de los tres discípulos.
2. Los pueblos latinos, sus diversas ramas en todo el mundo y las razas celtas, dondequiera se encuentran, son descendientes del segundo de los tres discípulos.
3. Los teutones, los escandinavos y los anglosajones son descendientes del tercero de los tres discípulos.
Lo antedicho es una amplia generalización. El período abarcado es tan vasto, y las ramificaciones en el transcurso de las épocas tan numerosas, que sólo puedo dar una idea general. Los descendientes de dos de estos tres discípulos han aceptado paulatinamente las leyendas difundidas en la época atlante y se han ubicado de parte de quienes antagonizan con el judío, tal como es en la actualidad, y perdieron todo el sentido de su común origen.
No existe hoy en el mundo una raza pura, porque los matrimonios interraciales, las relaciones ilícitas y la promiscuidad, durante los últimos millones de años, han prevalecido de tal modo que no existe una estirpe pura. El clima y el medio ambiente son fundamentalmente factores más grandes y determinantes que cualquier segregación impuesta, excepto aquella que proviene de constantes matrimonios entre razas. Respecto a este último factor, sólo los hebreos han conservado cierta medida de integridad racial.
Cuando la humanidad despierte al hecho de su origen común y se reconozcan las tres principales estirpes en nuestra civilización moderna, entonces desaparecerá el antiguo odio hacia el judío, quien se fusionará y mezclará con el resto del género humano. Hasta las razas orientales, que son remanentes de la gran civilización atlante, tienen vestigios de uniones entre ascendientes de judíos modernos y otros tipos raciales, pero no se han mezclado bien, por eso han logrado mantener mejor sus características que los grupos occidentales.
Si se reflexiona sobre esto y se estudia detenidamente la tradición masónica, muchas cosas se aclararán en la mente. Los etnólogos podrán disentir, pero no podrán probar lo contrario de lo que he dicho, porque los orígenes de la actual situación racial mundial se remonta tan lejanamente en la historia de la humanidad que ni siquiera pueden probar sus propias convicciones. Sólo pueden basarse en la historia de los últimos cien mil años, trabajar con los efectos de ese pasado y no con las causas originantes”.
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